Leche de almendras y escorbuto
En Valencia se habló mucho hace poco de la detección de un caso de escorbuto por haber alimentado a un bebé a base de leche de almendras en sus primeros meses de vida. Os contamos más de esta bebida vegetal, su aporte nutritivo y las opciones de su inclusión en la dieta.
El consumo de bebidas vegetales siempre ha sido muy popular entre la población, y desde la antigüedad han formado parte de la gastronomía popular. Por ejemplo, Cervantes escribe que “Don Quijote” probó, a su paso por Barcelona, el menjar blanc, entre cuyos ingredientes está la leche de almendras. Estas bebidas también han sido recomendadas para tratar la fiebre o el buen funcionamiento del hígado. Mención especial recibe la horchata, bebida que se hace a partir de las chufas (tubérculos de Cyperus esculentus L.) y que además de ser excelente desde el punto de vista organoléptico, tiene interesantes propiedades nutricionales. Pero, ¿tiene la leche de almendras todos los nutrientes necesarios para la alimentación de un adulto? ¿Y de un bebé? ¿Presenta carencia de algún nutriente esencial?
Amendro en flor, flor y semillas
El almendro, Prunus dulcis, es una especie que pertenece a la familia de las rosáceas. Tiene su origen en Asia Central y se extendió por todo el mediterráneo durante el Imperio Romano. Su semilla, la almendra, es muy apreciada en gastronomía, y actualmente en España se cultivan diferentes variedades de almendras dulces. La variedad marcona es la de mayor calidad y la más apreciada tanto por su sabor como por sus características óptimas para trabajarla en repostería (turrones y mazapanes).
Las almendras son semillas que aportan gran cantidad de nutrientes (tabla 1). En 100 gramos de almendra cruda hay proteínas, grasas y azúcares, así como micronutrientes muy importantes; en especial potasio, fósforo, magnesio, hierro y calcio, y también vitaminas como la E, A, B2, B9 (ácido fólico) y carotenos. Por tanto, es un producto que beneficia al sistema cardiovascular y nervioso. Su consumo está desaconsejado en caso de problemas de riñón y vesícula biliar por los oxalatos que contienen, así como en las personas que presentan alergia. Además, se le atribuyen diferentes propiedades medicinales como hipotensor o antitusígeno, y a partir del aceite de almendras se pueden obtener diferentes moléculas para elaborar la base de muchos emolientes.
Tabla1. Composición nutricional de la almendra. Fuente: www.bedca.net/bdpub/index.php
Tabla 2. Comparativa d’alguns valors de components nutricionals per 100g d’almetla. Nota: *equivalentes niacina, ** equivalentes retinol
Lo que sí es cierto, y llama la atención, es que hay diferencias significativas en los valores de algunos nutrientes que se observan según las tablas de composición nutricional que se consideren. En la tabla 2 se muestra la comparativa de algunos valores de nutrientes que varían bastante en función de qué fuente se consulte.
En formato líquido
Una de las formas de consumir almendras es en forma de bebida vegetal. La palabra leche se reserva para “la secreción mamaria normal de animales lecheros, obtenida mediante uno o más ordeños sin ningún tipo de adición o extracción, destinada al consumo en forma de leche líquida o a elaboración ulterior”. No obstante, a una bebida hecha a partir de almendras se le puede llamar “leche de almendras” en España, según la legislación europea (Decisión de la Comisión Europea 2010/791/UE, de 20 de diciembre). Es la única excepción que se hace a la hora de llamar leche a una bebida vegetal. Al resto de estas bebidas, preparadas a partir de soja, arroz, avena etc. Se les llama “bebida de …”.
Hay diferentes formas de preparar la leche de almendras, generalmente crudas se ponen a remojo durante 4-8 horas a fin de reblandecerlas, se mezclan con el agua y se trituran (el agua del remojo se desecha y se utiliza agua fresca). Después se filtra la mezcla y se guarda en nevera, pudiendo usar diferentes variedades de almendra, como la comuna, la marcona o la pestaña.
Para hacer un estudio de los aportes nutricionales de la leche de almendras se puede partir de la proporción 100 g de almendra cruda y 1l de agua. De esta forma es fácil calcular el aporte nutricional por cada 100 ml de bebida, dividiendo los valores de las tablas nutricionales por 10.
En el mercado se pueden encontrar varias marcas de leche de almendras, pero es importante leer detenidamente la etiqueta de los ingredientes y de la composición nutricional. En la tabla 3, se muestra una comparativa de ingredientes de diferentes marcas comerciales de leches de almendra. Simplemente observando el dato referente a la proporción de almendras para elaborar 100 ml del producto, ya es posible comparar el aporte nutricional del producto comercial comparado con el proporcionado por una receta tradicional casera común.
Tabla 3. Comparativa de ingredientes de diversas marcas comerciales (incluye la fórmula casera típica hecha con 1 litro de agua y 100gr de almendra)
Una almendra estándar de cualquiera de las variedades pesa aproximadamente 1g (con un ligero cambio según variedades). Por esta razón, en un vaso de 200ml de leche de almendras comercial hay entre 4 y 14 almendras. En la misma cantidad de leche, pero con la fórmula casera, hay aproximadamente 20 almendras. Como puede verse, una leche de almendras casera aporta entre una y media y cinco veces (según la marca) más nutrientes que la comprada en el supermercado. Si se tiene en cuenta la cantidad de azúcar y otros componentes añadidos a las leches de almendras comerciales, como la lecitina de soja o de girasol, los aportes nutricionales y kilocalóricos son muy diferentes entre marcas y la leche casera.
¿Una buena alternativa a la leche?
Hay personas que consumen bebidas vegetales como alternativas a la leche de vaca por diferentes motivos. Uno de ellos puede ser la intolerancia o alergia a la lactosa o a proteínas vacunas, en este caso se trata de un tema de salud y debe ser el médico quien recomiende el no consumo de lácteos tanto en crudo (leche) como fermentados (quesos, yogur, kéfir). Pero en otros casos el motivo no es médico, como en las dietas veganas o vegetarianas, se trata de una elección propia y en ese caso debemos preguntarnos si es saludable consumir la leche de almendras. Y la respuesta es sí, pues aporta diferentes nutrientes interesantes que, combinados con otros alimentos, completan las necesidades diarias de macronutrientes (proteínas, glúcidos y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales).
Pero, ¿se puede sustituir una leche materna o leches maternizadas en el primer año de vida de un bebé por una bebida vegetal como la de almendras? Una pregunta que surgió con fuerza en la opinión pública a partir del caso de escorbuto detectado en el Hospital La Fe de Valencia. La noticia aparecía en prensa a mediados de enero de 2016, coincidiendo con la publicación del caso clínico por parte de investigadores de dicho hospital y del departamento de pediatría del Hospital de Elda2. En la publicación se analiza el aumento del consumo de las bebidas vegetales en sustitución de la leche materna y la maternizada, y los problemas que pueden causar en los bebés menores de un año.
La alarma saltó cuando el bebé, que consumía un preparado a base de leche de almendras desde los dos meses de edad, propuesto por un médico a raíz de problemas de piel, llegó al hospital con 11 meses de vida y un cuadro clínico preocupante (irritabilidad, pérdida de masa ósea, fracturas en piernas y espalda, cansancio, valores anómalos de Vitamina C, D, zinc, hormona tiroidea). Al realizarse analíticas se diagnosticó escorbuto, una enfermedad causada principalmente por falta de vitamina C. Esta vitamina se debe incorporar en su totalidad de la dieta, puesto que el ser humano es incapaz de sintetizarla, y es necesaria en multitud de reacciones bioquímicas y, además, incrementa la absorción del hierro a nivel intestinal (imprescindible en bebés y niños debido al crecimiento en esta etapa).
Los bebés, hasta el año de vida, requieren entre 50-60 mg de Vitamina C. En ese primer año de vida, el bebé obtiene la vitamina C necesaria de la leche materna3 (6,5 mg/100ml) o de una leche maternizada, y de la ingesta de diferentes alimentos (frutas, carnes, verduras) introducidas progresivamente en función de la edad. Según la OMS, se recomienda la lactancia materna hasta los seis meses de vida y también la incorporación paulatina de alimentos como frutas, verduras, carnes, pescados, legumbres y huevos según pauta del pediatra.
El bebé enfermo, pese al ofrecimiento de alimentos variados a partir del sexto mes, no quería comer, y por tanto se alimentaba del preparado a base de almendras, sésamo, mijo, arroz y probióticos autorizados. La leche de almendras no proporciona vitamina C, y tras un cambio de alimentación basada en fruta, verdura, cereales, lácteos, carnes, y suplementos de vitaminas D y A, el bebé presentó valores normales en las analíticas al poco tiempo, y mejoraron los problemas de fracturas. A los dos meses de correcta alimentación comenzó a caminar.
En conclusión, la leche de almendras es un producto que aporta nutrientes interesantes a la dieta y es bien tolerado en general. Como se ha visto, las marcas comerciales suelen contener porcentajes bajos de almendra, por lo que su preparación casera es una buena alternativa, siendo un buen complemento en el marco de una dieta variada. Sin embargo, nunca puede ser un alimento casi exclusivo, y menos en determinadas etapas de la vida como el primer año de vida de un niño, ya que es un alimento interesante, pero no completo,
Notes:
2. Vitoria I. et al. Im-proper Use of a Plant-Based Vitamin C–Deficient Beverage Causes Scurvy in an Infant. Pediatrics. 2016; 137(2): e20152781
3. Base de datos española de composición de alimentos
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