Visitantes de terrazas urbanas IV

La cochinilla de las Seychelles y la parra virgen

Comenzamos con un visitante no bienvenido ni en jardines ni en cultivos. Es una plaga y puede llegar a desmejorar o incluso matar los ejemplares de los que se alimentan. Me refiero a la cochinilla de las Seychelles, Icerya seychellarum (Westwood). Un insecto del orden de los hemípteros descrito en 1855 en el Reino Unido, pero encontrado sobre una palmera importada de las islas Seychelles. Desde entonces, se ha citado en 50 países del sur de Europa, Sudamérica, Asia, África y Australia.

En España se localizó por primera vez hace unos 5 años. Las hembras adultas son móviles, pero también pueden quedarse fijas en la planta, acarreando centenares de huevos en una estructura cerosa en forma de saco llamada ovisaco. Una vez eclosionan los huevos, las larvas, y posteriormente las ninfas, pican la planta para alimentarse de la savia. Además, pueden ser transportadas por el viento, gracias al cual la plaga se puede extender a plantas cercanas.

La cochinilla de las Seychelles es una especie muy polífaga, puede alimentarse de numerosas especies vegetales. También se puede encontrar en numerosas plantas de jardinería como la Parthenocissus quinquefolia (L.) Planch. una trepadora perteneciente a la familia de las vitáceas conocida vulgarmente como parra virgen. Esta enredadera de hoja caduca es originaria de Norteamérica, desde el sudeste de Canadá hasta el este de México. Se utiliza mucho para tapizar paredes, pérgolas y fachadas ya que cuando llega el otoño sus hojas pasan a un color rojizo oscuro muy atractivo antes de caer. Además de por este aspecto estético, es una especie muy apreciada porque en primavera y verano produce sombra y en invierno deja pasar el sol (ver Visitantes de terrazas urbanas I).

Si la plaga de cochinilla de las Seychelles no es muy grande se pueden eliminar con unas pinzas uno a uno todos aquellos ejemplares que se encuentren fijos en una ramita. Cuando la plaga se descontrola hace falta hacer un tratamiento rociando las hojas o sistémico, es decir, añadido al agua de riego.

En jardinería y cultivos se usa control biológico con Rodolia cardinalis (Mulsant), ya que las hembras de este coleóptero, también originario de Australia, depositan los huevos sobre la cochinilla acanalada con el objetivo de que sus larvas se alimenten de los huevos de ésta (o de sus larvas recién nacidas). Los adultos de esta especie también se alimentan de la cochinilla acanalada.

La salamanquesa común

Es muy común ver este precioso reptil en terrazas, balcones, fachadas etc., especialmente en la época estival. Su nombre científico es Tarentola mauritanica L. y pertenece a la familia Gekkonidae. Es originaria de la región mediterránea y se encuentra introducida en algunos territorios lejanos como California o en islas como Tenerife, Madeira, Azores o Alborán. Presenta un cuerpo aplanado, de piel suave y coloración en tonos grises y pardos. Es de hábitos nocturnos y sus ojos grises presentan una pupila vertical de día. Sus patas acaban en cinco dedos anchos, que le permiten trepar por las paredes sin dificultad. Los adultos pueden llegar a medir unos 15 cm y vivir unos doce años en cautividad. Emiten sonidos para defensa y comunicación con otros individuos.

Es una especie carnívora, que acecha las presas que se posan en las paredes o rocas, y también, las que se posan cerca de las luces artificiales. Por esta razón es fácil verlas en las terrazas de ciudad, adonde se acercan para cazar mosquitos, grillos, arañas o cochinillas.

No son animales venenosos ni muerden, aunque puede intentarlo si se les molesta. Realmente, la salamanquesa, lejos de atacar huirá a esconderse si detecta peligro. Hay muchos mitos alrededor de esta especie. Se dice que se puede introducir por la nariz u oídos, que canta o que escupe y su “veneno” puede cegar o hacer que caiga el pelo. Nada de esto es cierto. Lo que sí es verdad es que son un fabuloso control de plagas de origen natural, ya que se puede comer aquellos insectos molestos o que causan daño a nuestras plantas de terraza. Este año no hemos visto salamanquesas por la terraza, pensamos que salían por la noche y siempre con cuidado. ¿Sería nuestro nuevo miembro de la familia, Lía, ¿la responsable de que las salamanquesas estuviesen alerta? Sospecho que sí.

Agradecimientos de la serie de Visitantes de terrazas urbanas: X. Cuchillo, J. Güemes, C. Pomares, @DrLitos, @copepodo, @Dr.BioBlogo