Tesoro de coral bajo el agua
Hace algunos meses, un informe de la WWF alertaba sobre los peligros del cambio climático en el denominado Triángulo de Coral. Su devastación podría afectar a más de 100 millones de personas de más de seis países. ¿Qué sabes de este importante rincón del planeta?
El Triángulo de Coral es una de las zonas del mundo con mayor biodiversidad marina. Se localiza prácticamente al otro lado del mundo, según nuestra perspectiva, claro, y comprende parte de Indonesia, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, Islas Solomon y Timor Este. Se localiza en el Océano Pacífico, entre Asía y Oceanía. Las aguas que comprenden el Triángulo de Coral bañan seis países y albergan un total de 18.500 islas de las que de las que apenas un 10% están habitadas. Pese a ello, más de 126 millones de personas dependen directamente de esta gran región marítima cuyos límites científicos y geográficos vienen determinados por las corrientes.
Cabeza de Pájaro: el corazón del Triángulo
La riqueza de este lugar es tan grande que, aunque en extensión represente apenas un 1% de la superficie de la Tierra, alberga prácticamente a toda la fauna marina del mundo. Y no sólo eso, el llamado Triángulo de Coral es visto por algunos como un ente vivo en sí mismo, como un gran corazón que en cada bombeo distribuye la vida. De hecho, estas aguas son la cuna de muchas de las especies y la fuente de alimentos de millones de personas y especies marinas. Este Triángulo hace fluir la vida hacia el sur, hacia Australia, a través de dos corrientes (la de Leeuwin y la de Australia Oriental) y además llevan el alimento hasta la Gran Barrera de Coral australiana. Del Triángulo salen, además, camino del Índico, grandes peces y alimentos microscópicos hasta las costas africanas. Visto así, entendemos que el Triángulo es el corazón, y las corrientes las venas y arterias que bombean el alimento hasta distintas partes del mundo.
Foto: Lakshmi Sawitri
El Triángulo de Coral cubre una extensión aproximada de seis millones de kilómetros cuadrados, e incluye el 30 por ciento de los arrecifes del planeta, el 76 por ciento de las especies que construyen los corales y más del 35 por ciento de los seres vivos que dependen de estos ecosistemas marinos. Así que, a pesar de su nombre, el Triángulo es mucho más que corales.
El epicentro de este corazón natural es la Península de Cabeza de Pájaro, una gran península que constituye la mayor parte de la provincia indonesia de Papúa Occidental. Los restos arqueológicos encontrados allí confirman que la vida humana se desarrolló hace unos 26.000 años, aunque ahora su población vive casi exclusivamente en las zonas del litoral. El interior de Cabeza de Pájaro alberga una gran ecorregión en la que destacan las selvas lluviosas o selvas de montaña, que ocupan más de 22.000 kilómetros cuadrados a más de mil metros de altura. Cabeza de Pájaro también es rica en manglares, siendo la zona de más endemismo y variedad de esta especie de Indo-Malasia y una de las más pobladas del mundo. En el año 2006 la Península de Cabeza de Pájaro se consideró como un auténtico “Jardín del Edén” de los mares, puesto que allí se catalogaron más de 1.200 especies de peces y casi 600 de arrecifes de coral.
Foto: Jonathan Chase
El gran pulmón marino
“Jardín del Edén” o “Amazonas de los mares” no son los únicos apodos de esta zona del planeta. Estas aguas del Pacífico ofrecen una zona perfecta para el desove y la protección de crías del atún, entre ellas el atún de ojos grandes o Patudo (Thunnus obesus), el atún listado (Katsuwonus pelamis) y el atún de aleta amarilla (Thunnus albacares), por eso se le denomina también “Guardería del atún”. En esta zona los atunes encuentran alimento y protección, es aquí donde crecen y se crían y también donde se reproducen. Pueden llegar a poner hasta 45 millones de huevos cada año y aunque la mayoría son comidos por otras especies, son muchos de ellos los que sobreviven y después se distribuyen por todo el Pacífico. Después, es desde aquí donde muchas especies de atún comienzan su ruta migratoria hacia otros lugares donde serán pescados convirtiéndose en la principal fuente de alimento y económica de cientos de personas.
Thunnus obesus
Además, el Triángulo de Coral es el hogar de más de 2.000 especies de peces de arrecife y del 37% del total de los peces del mundo. Es un punto en el planeta vital para la supervivencia de las tortugas marinas ya que seis de las siete especies existentes anidan y se alimentan en esta zona, al igual que los tiburones, que tienen gran importancia en los ecosistemas marinos. La abundancia de plancton en la región la convierte también en un punto de parada y fonda para las poblaciones migradoras de mantas marinas, mamíferos (más de veinte especies de delfín), el dudongo o manatí, la ballena Bryde, el calderón tropical, el cachalote y la ballena jorobada. El Triángulo de Coral está rebosante de vida marina, pero también se está esforzando en soportar una de las mayores densidades de población humana en el mundo, suministrando alimento e ingresos a 500 millones de personas.
Flora marina
Al Triángulo se le conoce como “el Amazonas submarino” por ser el lugar bajo el agua con mayor biodiversidad, pero también por su incalculable aportación de oxígeno a la atmósfera ya que no hay que olvidar que el 80% del oxígeno que respiramos proviene del océano, en su mayoría de la vegetación submarina. También por ser uno de los lugares más admirados y visitados por los submarinistas y fotógrafos marinos. Sin embargo, este tipo de actividades de ocio se están reduciendo en los últimos años por miedo a que un abuso sea perjudicial para la diversidad marina, que la explotación pesquera ha mermado ya considerablemente. A pesar de eso, en la actualidad el Triángulo de Coral y sus cientos de islas son uno de los paraísos de los buceadores. Las frías aguas de la Isla de Komodo, los inmaculados campos de coral de Raja Ampat, la diversidad de Bali o los extravagantes animales de la Isla de Sulawesi son los lugares más demandados.