El nacimiento del Pitarque
Hay numerosas rutas que recorren fantásticos ríos, rodeados de vegetación de ribera, un paisaje fuertemente modelado y abundante arquitectura relacionada. Descubrid una propuesta de visita a la geografía del agua
El nacimiento del río Pitarque, declarado Monumento Natural, lo podemos encontrar en la comarca del Maestrazgo, al pie de la montaña de Peñarrubia, junto a la población que lleva su nombre. Este enclave turístico tiene una gran riqueza de flora con una gran cantidad de bosque mediterráneo caducifolio y una gran variedad de fauna con buitres, águilas o cabras.
En cualquiera otro país esta pequeña comarca de Teruel sería un enclave turístico de primer orden, pero por suerte este encantador paisaje no está masificado y podremos pasearlo con tranquilidad. El parque geológico, escultórico y paleontológico, los increíbles órganos de Montoro o las cuevas de vidrio, además de toda una serie de maravillas naturales y culturales, conforman un espacio natural detenido en el tiempo, donde podremos encontrar el auténtico sabor de pueblo, pero de todo esto hay que destacar la gran maravilla que nos llama la atención, el nacimiento del río Pitarque.
¿Por qué es tan especial el nacimiento del Pitarque?
Este río recorre el Sinclinat Fortanete, flanqueado por las Sierras de Canyada al este y la Sierra de la Lastra al oeste. El origen de la formación de este valle se sitúa en el Cretácico Superior. El agua de la lluvia se recoge y se incorpora al flujo subterráneo pasando a formar parte de un acuífero libre. Una de las características del nacimiento son al menos una docena de agujeros en las rocas de diferentes tamaños que hay dependiendo de la época del año. El más conocido es el llamado “chimenea”, como consecuencia del cambio de presión del agua.
La flora es otro valor destacable de gran importancia dentro del Monumento Natural, puesto que Pitarque es una localidad clásica de la botánica turolense. Este paraje tiene unas condiciones de humedad muy buenas, por lo tanto la vegetación es abundante. Destacan en las riberas los sauces, chopos y alisos. En las vertientes encontramos robles junto en al y guillomos, y en las zonas rocosas del cañón podemos encontrar todo tipo de flora rupícola especializada, Y para rematar las impresionantes sierras que tenemos en los alrededores. Dentro de este cañón se hace más densa la vegetación con servales, avellanos, arces, almeces, hiedras y en el otoño flores como las violetas y euforbias.
Este monumento es un entorno único e irrepetible no os podéis perder, un espacio con mucha diversidad de flora y fauna a un paso de nuestra comunidad. Además de ser un lugar donde la masificación del turismo todavía no ha llegado y dónde todavía podremos disfrutar en tranquilidad. Si os apetece encontraréis esta y otras actividades en el club de viajes Fil per Randa, que trabaja para la difusión del patrimonio cultural, monumental y medioambiental. Y desde Fil per Randa os continuaremos recomendando rutas como esta, para que consigáis sacar el máximo provecho al entorno natural que os rodea y tenéis tan cerca. Y si sois de fuera, esperamos daros buenos motivos para visitarnos.
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