Lecturas

31 Mar 2023

Queremos un huerto (o un jardín), libros para atreverse

Vuelve #PlantesContades consciente de que el despertar de la primavera está a la vuelta de la esquina y, con él, despertarán también las ganas de naturaleza, y por qué no, las ganas de hacernos responsables de una parte de ella. Crear un huerto, o un jardín, puede ser una tarea fantástica para abordar en familia, y os proponemos cuatro publicaciones para disfrutar del aprendizaje y del proceso.

Te lo veo en la cara, ya hace tiempo que miras con envidia sana el balcón de la casa vecina en la que lucen unas macetas rebosantes de manchitas verdes y rojas que imaginas comestibles, no puedes esconder las ganas de ser algo menos urbanita (tanto si vives en la ciudad como si tu hogar está en un pueblo, muchos pueblos se asemejan una urbe en pequeño) y empezar a familiarizarte con los ciclos de la naturaleza, aquello que nos ofrece, qué tenemos que hacer parar, en cierto modo, domesticarla. Las librerías tienen infinitas opciones en este sentido, y yo solo he seleccionado cuatro para que te animes a dar el primer paso, y si con él animas a algún pequeño o pequeña que tengas a tu alrededor, el goce será doble y no dejará de crecer. ¿Quieres un huerto o un jardín? Pasa las páginas, la acción vendrá sola. 

El meu hort 

El meu hort

En esta historia hay muchos protagonistas, Sofía, la niña que va a pasar las vacaciones a casa de sus abuelos, también esa familia, que le enseña todos los secretos del campo que trabajan, y la huerta, siempre cambiante y siempre generosa. Cada uno tiene un papel en la historia, claro. Sofía se dedica a observar, descubrir y disfrutar, que lo que le toca por la edad que tiene. Con ella veremos, a través de ojos curiosos, todo aquello que la huerta nos da, y también todo aquello que hay que hacer para que nos lo dé. La niña, que trabaja de lo lindo y disfruta del aire libre, irá poniéndolo en práctica de la mano de los abuelos, que con sus explicaciones indirectamente también instruyen a quién tiene el placer de estar leyendo. Regar, trasplantar, quitar las malas hierbas, observar la polinización, ¡las tareas no acaban nunca! Además, diferentes personajes como Tom o Lluc, ayudan a fijar conceptos e ideas necesarias para el fascinante mundo de las hortalizas.

Y es que al final, este es un cuento para poner en valor las verduras, que ya aparecen nada más empezar el libro, en las guardas, clasificadas en ocho grupos: las que son frutas, bulbos, flores, tubérculos, hojas, raíces, las que son grandes y las que son con tallos. Nunca se trabaja suficiente para fomentar su consumo, y aquí los niños prueban guisantes como si fueran golosinas. ¿Es posible? Solo hay que tener hambre y un paladar abierto a nuevos sabores, aunque decir que son mucho más buenos que los bombones no sé si es pasarse un poco, lo tengo que reconocer. Pero no nos olvidemos de que también comemos flores, como las alcachofas y el brócolo, así que es una fuente de descubrimientos. 

¿Sabemos cómo, dónde y cuándo crecen las verduras? No todas son iguales, ¿o es que las imaginamos solo en las cajas de madera de la verdulería? A veces hay muchas cosas que, por no tenerlas cerca del todo, desconocemos o se nos olvidan, y acompañando a Sofía sabremos también de los problemas con las plagas, del compost, del viento que puede echar a perder las plantaciones, y cómo no, del camino que recorren las hortalizas desde donde nacen hasta el pueblo. Una ruta que acaba en los mercados y los supermercados, y de ahí en nuestra mesa. 

La niña, acabadas las vacaciones, volverá en otoño y encontrará el huerto cambiado. En ese momento hacen falta hoteles de insectos, y también realizar las tareas de invierno, cuando el jardín se sumerge bajo la nieve. Quizá parezca que entonces no hay nada a hacer, pero sí, hay que arrancar las verduras que se han marchitado y las plantas de las tomateras, limpiar las herramientas y guardarlas en el cobertizo, y también quemar verduras podridas o enfermas. Con todos estos conocimientos, Sofía volverá a su balcón urbano, donde veremos que también se puede intentar tener un huerto, aunque sea de dimensiones muy reducidas. Y con las muchas semillas y otros regalos de invierno de sus abuelos, se comienza una nueva aventura. 

En el jardín 

Aquí nos encontramos con un libro grande, pleno de pestañas enormes, que es un regalo para la vista, porque de forma sencilla y muy visual vamos recorriendo las estaciones, y con ellas, vamos viendo como el Jardín muta y se transforma. Y quizá diréis, ¿cómo es que hay tantos cuentos ilustrados con las estaciones? Puede ser es una moda, pero en realidad todo viene de nuestra necesidad de conexión con la naturaleza y de conocer los ciclos que la mueven, y que también nos marcan el ritmo a nosotros. En un entorno urbano, donde cada vez más las temperaturas se suavizan y al mirar por la ventana no sabrías decir si es febrero o septiembre, siempre es enriquecedor volver a estar cerca de la caída de las hojas, de las ranas de los charcos, de los pétalos llenando todo de color. 

Si paseamos por estas ilustraciones de líneas sencillas y con pocos detalles, por sus grandes manchas de color, será como pasear por un cuadro abstracto. Y en este paseo encontraremos consejos de jardinería y de plantación, cómo hacer un esqueje, cómo recolectar o hacer uno de los famosos hoteles de insectos, descripciones botánicas, muchos conceptos interesantes y muchos nombres de especies escondidas. Rosa y Bruno, que viven en el cuento, tienen mucho trabajo por hacer y mucho en que pensar, y lo comparten con nosotros. 

Y no olvidéis abrir todas y cada una de las pestañas que encontraréis, porque también se abrirá vuestro conocimiento y descubriréis todo lo que hay dentro, por ejemplo, de un bulbo, de un cobertizo, de una gema, de una semilla, de una calabaza… En este Jardín todos conviven: frutos, insectos, flores, hortalizas, aves, y todos saben una cosa, que la naturaleza tiene ciclos y cada ciclo tiene sus encantos, y que incluso, al final del invierno, aunque hace frío, también florecen las mimosas. 

El huerto. Un libro para iluminar

¿Sabéis aquello de que una cosa esconde mucho más del que es? Pues un poco así pasa con este álbum ilustrado que es sobre el huerto, pero en realidad es también sobre ir descubriendo secretos de toda la vida y procesos que rodean el maravilloso hecho de plantar una semilla y tener después, al cabo de un tiempo, un alimento ante nosotros sobre el plato. 

Tomad asiento en un lugar cómodo y no demasiado iluminado, y tened preparada una linternita. Con ella iréis pasando de página en página y, además de seguir la historia de unas semillitas secuestradas sin mala intención por unos gorriones, también iréis destapando todos los detalles que cada hoja nos tiene preparados. El juego de sombras resultante os encantará porque las ilustraciones solo están completas cuando están iluminadas y esto nos hace partícipes, en cierto modo, de su creación. 

Así, iremos siguiendo el rastro a las semillas de tomatera mientras nos relacionamos con toda la vida de conejos, gusanos, caracoles, abejas, que comparten espacio con ellas. La planta irá creciente, y junto con ella otras muchas que acabarán pintando el paisaje de calabazas, lechugas, patatas, zanahorias o calabacines, y que después de llenar el paisaje llenarán una cesta, el plato de ensalada y, al fin, nuestro estómago. Porque siempre está bien parar con los peques y contar, de forma divertida, que las verduras que tanto nos gustan (o a veces no), han sido tan pequeñas como es una semilla y han ido creciendo de la tierra hasta convertirse en lo que son. Parece magia de la mejor calidad, como la de los cuentos de hadas, con la suerte de que esta es real, y está en la naturaleza. 

Manos a la tierra (crea tu propio jardín) 

El título invita a la acción. ¿Estás dispuesto o dispuesta a tener tu jardín? ¿Nos ponemos manos a la obra? La primera premisa es: no importa dónde vivas, si tienes un gran campo o un pequeño balcón, el caso es tener ganas de crear y pasarlo bien. 15 propuestas sin necesitar casi la ayuda de los adultos son todo un reto para los pequeños jardineros y jardineras. Por ejemplo, plantar cebollitas y boniatos nos descubrirá cómo no siempre hace falta una semilla para tener planta. Pero también podemos coger semillitas de plantas aromáticas que después podremos usar en la cocina. 

Hay una página para los tipos de sustrato, cómo hacer compost o cómo saber si tenemos que regar. ¿Cosas básicas? ¡No si estás aventurándote con la jardinería por primera vez! Esta información útil se intercala con las páginas de las actividades. ¿Quiénes son los polinizadores y dónde están? ¿Sabes que pueden ser pequeños como un insecto, transparentes como el viento o cantores como pequeñas aves? También hay consejos útiles para llevar un diario de tu jardín, porque cuanto más lo observas ¡más te sorprenderás y más aprenderás sobre él! Además, está lleno de vida que puedes descubrir, como libélulas, arañas, hormigas, mariquitas…  

Se puede disfrutar de la naturaleza de una forma pasiva e ir al campo a disfrutar de todo aquello que nos ofrece el paisaje, pero también podemos ser parte activa del proceso de renaturalizar aquello que vemos alrededor, ¡y además pasarlo bien! ¿Y si invitamos a los insectos a pasar temporadas cerca de nosotros construyéndoles un hotel? O invita a las aves a comer ofreciéndoles aquello que más les gusta. Podemos preparar bolas de semillas y plantarlas o regalarlas, porque al ponerlas en algún lugar y regarlas o esperar que llueva, ¡en un tiempo se hará la magia de la que hablábamos antes! Y las ideas no se acaban, imagina hacer tu propio kokedama, basado en una técnica japonesa para crear una maceta que esté viva, crear un terrario y ver naturaleza en tu mesilla de noche nada más levantarte, e incluso construir una cabaña y cubrirla de plantas de haba. 

Las ilustraciones de este libro son pequeñas láminas llenas de creatividad que encienden automáticamente en nosotros el espíritu jardinero y explorador de los secretos de la naturaleza. Si nuestra casa está rodeada de jardín, nos conducirá a sacarle el máximo rendimiento, y si lo que tenemos es un balcón, podremos convertirlo en nuestra jungla en miniatura particular. ¡Nos ponemos manos en la tierra?

Bibliografia

Gerda Muller (2017) El meu hort. Animallibres. 32 pág.
Emma Giuliani (2018). En el Jardín. Maeva Young. 14 pág.
Carron Brown (2020). El huerto. Un libro para iluminar. Giordano Poloni (il). Astronave. 34 pág.
Kirsten Bradley. Manos a la tierra. Crea tu propio jardín (2019) Aitch (il.) Libros del zorro rojo. 49 pág.

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Responsable de Cultura y Comunicación del Jardí Botànic UV
Me gusta la música, los libros, viajar, escribir, la divulgación científica e ir al cine con todas las consecuencias; hacer cola, comer palomitas... Me divierte ordenar con mis hijos la colección de coches de Cars. Nunca he comprendido las reglas del tenis y me da dentera cortar la pizza con tenedor y cuchillo.
botanic Equipo botánico
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