Conservando el dragoncito de la Sierra de Gádor

Explorar cuevas cercanas en busca de nuevas poblaciones así como evaluar su capacidad reproductiva y su diversidad genética, estas son las líneas principales de investigación del nuevo proyecto del Jardí Botànic de la Universitat de València para salvaguardar esta especie rupícola tan amenazada, que crece únicamente en un enclave concreto de la Sierra de Gádor. Nos cuentan los detalles, Jaime Güemes, director del Botànic, y la botànica Anna Nebot.

Gadoria falukei, una de las plantas con flores más amenazadas de Europa, crece en los abrigos de la parte baja de la Sierra de Gádor, muy cerca de los invernaderos que cubren el Campo de Dalías. El característico mar de plástico que sorprendió a los astronautas de la Estación Espacial Internacional, por ser la única estructura de origen humano que se podía ver sin ningún aparato de observación desde el centro espacial, en órbita a unos 400 km de la Tierra. Pero nuestra planta se encuentra fuera del ámbito de influencia de los invernaderos y su intensa actividad humana. En un lugar en el que no hay sendas próximas, en las primeras paredes rocosas de la vertiente sur de la Sierra, lo que dificulta la aproximación a la zona y ha facilitado que la planta pasara desapercibida para la comunidad científica hasta la última década. Solo el ganado y los pastores subían a dormir, al abrigo de la cueva y de las paredes de piedra seca de los apriscos hechos para refugiarse dentro, junto a las plantas que crecían muy cerca, sobre sus cabezas.

Vista del mar de plástico desde la Sierra de Gádor. Imagen: Anna Nebot

Esta especie endémica de la sierra almeriense fue descubierta hace tan solo cuatro años por Francisco Rodríguez (conocido con el sobrenombre de Faluke y miembro del Grupo Naturalista de Almería) y descrita formalmente en 2017 por Jaime Güemes, conservador del Jardí Botànic de la Universitat de València, en aquel momento, y Juan Mota, catedrático de la Universidad de Almería. Durante esos años, los investigadores realizaron un amplio estudio taxonómico y filogenético que les permitió ubicar la nueva especie en un género, también nuevo, establecer que la especie más próxima es Asarina procumbens Mill., localizada en los Pirineos, y que esta nueva especie podía tener unos 7 millones de años.

Una gran labor de investigación que ahora, en 2021, con el proyecto Let’s save Gadoria falukei, a Critically Endangered and very singular plant species recently discovered in southern Europe, financiado por la Mohamed bin Zayed Species Conservation Fund[https://www.speciesconservation.org/case-studies-projects/gadors-snapdragon/20359], hemos podido continuar para conocer mejor la situación de amenaza, la diversidad genética y la biología reproductiva del dragoncito de la Sierra de Gádor (Gadoria falukei), del que solo se conoce una población en el mundo y con menos de un centenar de individuos.

Gadoria falukei. Imagen: Anna Nebot

Así, los objetivos de este proyecto han sido establecer las bases para conseguir la conservación de, la que podría ser, la especie más amenazada de la flora europea. Por eso, hemos visitado cuatro veces la población y la Sierra de Gádor, para contar los individuos vivos y recorrer las montañas buscando en otras cuevas y abrigos nuevas poblaciones que pudieran reducir el grado de amenaza de la especie. También para conocer su capacidad reproductiva y diversidad genética.

Trabajo de campo

Desde 2013 se han realizado censos anuales de la única población conocida y ahora tenemos datos de casi 10 años para poder ver su evolución y poder calcular la probabilidad de supervivencia o de extinción. El seguimiento de las poblaciones nos permite conocer la evolución demográfica de la especie y anticipar a corto y medio plazo cómo variará el número de individuos. Por tanto, es un valor imprescindible para diseñar cualquier estrategia de conservación. El hábitat rupícola del dragoncito de Gádor, que crece en grietas de paredes verticales y rocas sobresalientes elevadas, no da facilidades para hacer el censo y, por eso nos hemos ayudado de telescopios, prismáticos, cámaras fotográficas y vehículos aéreos no tripulado (VANT) , los populares drones. Tenemos fotografías panorámicas y de detalle de las grutas y las paredes donde hemos encontrado la planta y año tras año repetimos las fotografías para determinar la presencia de nuevos individuos, identificar las plantas que han muerto y ver cómo evolucionan las que ya teníamos localizadas en censos anteriores (cambio de tamaño, floración, fructificación…).

Izquierda: Nuevo individuo creciendo entre las grietas de la pared rocosa. Derecha, detall d’una de les parets amb la distribució dels individus de Gadoria falukei. Imágenes: Anna Nebot

Para facilitar la observación de los individuos, llevamos a cabo el censo durante los meses de floración, entre abril y junio, ya que las flores intensamente amarillas destacan sobre las paredes y las hojas, facilitando su identificación frente a otras especies que comparten hábitat con morfología de hojas y hábito muy parecidos, como es el caso de la orejilla de roca (Lafuentea rotundifolia), otro endemismo del sudeste peninsular, aunque mucho menos raro, distribuido desde Málaga hasta Alicante, que crece junto a Gadoria falukei en la población conocida.

Las observaciones de estos 9 años nos han permitido descubrir, en 2017, dos nuevas subpoblaciones, muy cerca de la original, sin aparente aislamiento reproductivo, que elevaron mucho el número total de individuos. Sin embargo, el análisis pormenorizado de la evolución del censo por subpoblaciones indica la existencia de cierta dinámica poblacional (con bajas que son sustituidas por nuevos individuos) y cierta estabilidad demográfica.

El gráfico de barras nos indica la distribución de los individuos de Gadoria falukei en las 3 subpoblaciones identificadas según el año del censo, mientras que la línea naranja nos indica el número total de individuos en la población

La subpoblación original está formada por unas 25 plantas (desde 2013 siempre hemos contado entre 22 y 26 individuos), mientras que las subpoblaciones encontradas en 2017 reúnen a unos 55 individuos desde entonces. Según nuestras observaciones, en 2021 la población mundial de la especie estaba formada por 79 individuos, de los que sólo 35 eran adultos capaces de florecer y producir semillas.

Aprovechando la realización del censo, hemos cogido hojas de todas las plantas accesibles para realizar los estudios moleculares que nos informen de la diversidad genética de la especie y de la existencia o no de diferenciación entre las subpoblaciones. La depauperación genética puede ser un indicador de la falta de resiliencia de las especies y del riesgo de extinción. Los estudios preliminares han confirmado la previsible homogeneidad genética entre todos los individuos de la población, un comportamiento propio de poblaciones reducidas de especies de escasa distribución. Quizás, más adelante, con el uso de otros marcadores moleculares más específicos, podamos encontrar cierta diversidad genética en la especie y alguna diferencia entre las subpoblaciones conocidas.

Individuo de Gadoria falukei durante los experimentos de biología reproductiva. Imagen: Anna Nebot

Y es que conocer la capacidad reproductiva de una especie es clave para valorar el grado de amenaza y diseñar cualquier plan de conservación. Por eso, durante nuestras visitas de este año, también planteamos diferentes ensayos que nos dieran datos sobre el comportamiento y el éxito reproductivo de los ejemplares adultos. Aislamos flores dentro de unas bolsas de gasa muy fina para evitar el acceso de los polinizadores y estimar la capacidad de autogamia (existencia de autopolinización efectiva) de las flores. Otras flores fueron polinizadas manualmente, depositando sobre su estigma, con la ayuda de pinzas y pinceles, el polen de flores alejadas, reduciendo así la consanguinidad. Por último, la producción de frutos y semillas de estos experimentos fue comparada con la de flores sin manipular. También estimamos su calidad (peso) y su viabilidad (capacidad de germinación).

Con todos estos datos hemos averiguado  que Gadoria falukei es capaz de producir semillas sin intercambio de polen entre las flores, que en la población no hay falta de polinizadores, que no hay depresión por endogamia (pérdida de calidad o viabilidad de las semillas producidas por autogamia) y que las semillas tienen una alta capacidad germinativa. Por tanto, el proceso reproductivo no está poniendo en riesgo la supervivencia de la especie.

Conservación ex situ

La dificultad de trabajar en el hábitat natural con una planta como el dragoncito de Gádor, la oportunidad de establecer un huerto semillero (para producir y recoger grandes cantidades de semillas) y la necesidad de obtener ejemplares para poder plantear en el futuro acciones de reforzamiento de la población con nuevos individuos, nos llevó a cultivar cientos de plantas fuera de su hábitat, en el Jardí Botànic de la Universitat de València. Recolectamos semillas de todas las plantas accesibles de la población natural, aproximadamente el 20% de las observadas, y sembramos una parte para producir nuevas plantas en el vivero del Botànic.

Plántas cultivadas en los invernaderos del Jardí Botànic. Imagen: Anna Nebot

Con las plantas cultivadas, que florecieron a los 5-6 meses de la siembra, hemos podido ampliar el número de ensayos reproductivos, repitiendo ex situ los mismos que hicimos en el campo, así como otros que aumentaron nuestro conocimiento de la biología reproductiva de la planta. El resultado ha sido la obtención de miles de semillas viables, con una capacidad de germinación superior al 90%, tanto en condiciones de laboratorio, en cámara de germinación a 20 ° C de temperatura y una alternancia de 12 h de luz y 12 h de oscuridad, como en el semillero del vivero, con temperaturas y luz propias de los meses de enero y febrero.

Tanto las semillas recolectadas en la población natural, durante los estudios reproductivos, como las producidas en el vivero del Botànic fueron conservadas en el Banco de Germoplasma del Jardín. Manteniendo siempre las semillas separadas por individuos, por si en un futuro hiciera falta material de una planta concreta, se introdujeron en cápsulas herméticas a una temperatura de -20°C, después de los tratamientos previos de deshidratación y limpieza.  De este modo, Gadoria falukei ha quedado conservada ex situ y contamos con material reproductivo abundante para realizar nuevos ensayos y plantear nuevas acciones de conservación en el medio natural, como podrían ser el reforzamiento de la población conocida o la creación de nuevas poblaciones en lugares adecuados de la Sierra de Gádor.

Nuevas tecnologías al servicio de la conservación de la especie

Volviendo al campo, para intentar localizar nuevas poblaciones de la especie en la Sierra de Gádor, hemos utilizado un análisis con modelos predictivos de distribución de especies. Estos modelos se basan en procedimientos estadísticos de análisis de datos climáticos, edáficos, geológicos, geográficos y cartográficos. Así, las variables ambientales de las poblaciones conocidas son comparadas con las que se dan en cada lugar de la Sierra. El modelo sugiere localidades, de elevada similitud ambiental con las poblaciones originales, en las que potencialmente pueden encontrarse nuevas poblaciones de la especie de estudio. Este tipo de modelos ha ayudado mucho en los últimos años a encontrar nuevas poblaciones de especies amenazadas y de distribución escasa, contribuyendo a reevaluar su grado de amenaza.

Algunas de les cuevas visitadas durante la búsqueda de nuevas poblaciones. Imagen: Anna Nebot

La Sierra de Gádor es un gran macizo montañoso con 82.400 hectáreas de superficie y millares de cuevas y grutas parecidas a las de la planta que estudiamos. La aplicación del modelo predictivo al caso del dragoncito de Gádor, señaló más de cien puntos potenciales en la Sierra donde hay abrigos y cuevas con características similares a las de la población conocida. Durante 2021, hemos visitado más de 30 lugares de los marcados, recorrido más de 200 km por pistas forestal y caminado durante muchas horas por las escarpadas laderas de la Sierra, atravesando densos espartales y observando con prismáticos las cuevas y paredes indicadas. De momento, sin éxito, no hemos podido encontrar ninguna nueva población.

En la primavera de 2022 regresaremos a la Sierra con una actualización del modelo, poniendo como nueva información la ausencia de Gadoria falukei en los lugares visitados sin éxito, para intentar afinar sus predicciones y aumentar la probabilidad de acertar con las localidades elegidas automáticamente. También queremos volver a visitar la Sierra con drones que nos facilitarán la aproximación visual a las rocas y el acceso a las partes altas y escondidas de las paredes. Además, nos permitirán capturar imágenes panorámicas que después trataremos con sistemas análisis de imagen para detectar la presencia de la especie entre las plantas que viven en las rendijas de las paredes.

¿Qué sabemos ahora sobre el dragoncito de la Sierra de Gádor?

Después de todos estos estudios, hemos obtenido información muy importante. Hemos confirmado que Gadoria falukei es una especie muy rara, en peligro crítico de extinción, con tan solo 80 individuos en el mundo y en una superficie de poco más de 2000 m2. Además, la especie podría estar genéticamente depauperada, ya que presenta muy baja diversidad genética y, hasta ahora, no tenemos ninguna evidencia de que pueda haber otra población en ningún sitio.

Semillas de Gadoria falukei germinando durante los tests de viabilidad. Imagen: Anna Nebot

También sabemos que la especie es capaz de producir semillas viables sin la participación de polinizadores y que las paredes donde crece tienen pocas rendijas en las que establecerse las nuevas plantas. Pero, gracias al gran número de semillas que producen cada año los individuos adultos (unas 3000 semillas por individuo) y la elevada tasa de germinación, hemos podido observar plántulas y nuevas plantas jóvenes, lo que demuestra que tiene cierta dinámica poblacional.

La principal amenaza observada es la acción de los herbívoros sobre las plantas accesibles, que limita la expansión de la especie por la zona más baja de las cuevas, y el efecto del pisado sobre las semillas que, sin haber encontrado una fisura en la piedra, caen al suelo frecuentado por cabras y ovejas. Esto podría corregirse a corto plazo limitando el acceso del ganado a los abrigos y, en general, la reducción de la actividad ganadera en la zona podría tener consecuencias favorables sobre la población del dragoncito de Gádor.  Lo que no sabemos, de momento, es cómo puede afectar el cambio climático, es decir, la reducción de las precipitaciones y la subida de temperaturas, a una especie que vive en una de las áreas subdesérticas de Europa y que tiene una muy baja diversidad genética, lo que podría suponer una dificultad de adaptación a los futuros cambios ambientales.

Medidas de conservación

Aunque la conservación de las semillas de Gadoria falukei en los bancos de germoplasma de diferentes instituciones españolas aleje el riesgo de extinción de la especie, sigue en peligro su supervivencia en el medio natural. Por eso es necesario y urgente implementar diferentes medidas de conservación in situ que deberían pasar en primer lugar por su protección legal y, por ello, debe ser incluida en los Catálogos de Especies Amenazadas Nacional y de la Junta de Andalucía. También, se debería ampliar el área de protección de la Zona de Especial Conservación de las Sierras de Gádor y Enix para hacerla llegar hasta el Peñón de Bernal, paraje de gran interés botánico, geológico y paisajístico donde se encuentra la población de Gadoria falukei. Además, debería ser limitado el acceso de los herbívoros a los puntos de la cueva con mayor densidad de plantas para ver el efecto real de la ausencia de herbivoría y tránsito del ganado.

Por último, sigue siendo necesario el seguimiento de la evolución de la población, manteniendo el censo anual y la búsqueda de nuevas poblaciones con modelos predictivos, cada vez más precisos con la ayuda de drones. Una tarea en la continuaremos trabajando los próximos años para conocer realmente el riesgo de extinción de la especie por sus propias características evolutivas.

El equipo de investigación

Estos trabajos de investigación han sido posibles gracias a la ayuda de la Mohamed bin Zayed Species Conservation Fund y a la colaboración de equipos de investigación de la Red Andaluza de Jardines Botánicos (Vicky Hedwig), la Universidad de Almería (Juan Mota, Esteban Salmerón, Fabián Martínez Hernández, Antonio Mendoza), la Universidad Politécnica de Madrid (Elena Carrió) y la Universitat de València (Anna Nebot, Isabel Martínez Nieto, Javier Fabado, Elena Estrelles, Jaime Güemes).

Doctora en Botánica aplicada por la Universidad de Cagliari (Italia)
botanic Equipo botánico
Director y Conservador del Jardín Botánico y profesor de la Universidad de Valencia. Doctor en Ciencias Biológicas
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