Entrevistas

29 Jul 2022

Botánica del mes: Anna Nebot

Visita a una de las áreas de producción de Cicadáceas de Nong Nooch Tropical Botanical Garden durante el workshop Cycad Horticulture

Vamos este julio con una botánica joven y llena de ganas de seguir aprendiendo y haciendo camino entre plantas. Anna es una buena muestra de cómo un contacto positivo con la botánica durante los estudios y las experiencias enriquecedoras posteriores en diferentes centros, pueden hacer de la curiosidad y el interés, una dedicación y un camino profesional. Ella pone el foco de su tarea en la satisfacción de colaborar en la conservación de especies, pero también en la suerte de poder estar en medio de la naturaleza mientras trabaja. Salimos al campo con ella y hablamos un poco de retos, ilusiones y mucha paciencia.

 

¿Qué te atrajo de la Botánica?

Desde muy pequeña he tenido un vínculo con la montaña gracias a mi familia y quizá fuera el desencadenante para que me decidiera a estudiar biología. Los primeros cursos no sabía hacia dónde quería dirigir mis estudios, pero mientras cursaba la asignatura de botánica y hacía las salidas de campo para hacer el herbario, me cambió la forma de observar el entorno. Todas las semanas repetía el mismo itinerario, pero cada semana observaba especies nuevas y en diferente estado fenológico.

Ya durante los últimos cursos fui eligiendo asignaturas encaminadas hacia la botánica, pero el momento definitivo fue durante el último año de carrera, cuando realicé las prácticas externas en el CIEF (Centro para la Investigación y Experimentación Forestal) y el Trabajo fin de grado (TFG) en el Jardín Botánico de la Universitat de València. Estas dos experiencias y las personas que me formaron fueron el punto de inflexión para querer continuar formándome en botánica y sobre todo en el campo de la conservación de plantas.

Salida de campo de la asignatura de geobotánica en el Parque Natural de Cazorla

¿Nos podrías resumir tu trayectoria profesional?

El primer trabajo de investigación lo realicé durante el último año de la carrera para la realización del TFG. Realicé estudios de biología reproductiva sobre la Silene hifacensis, especie endémica de Alicante e Ibiza. Al finalizar la carrera en la UV conseguí una beca Leonardo da Vinci que me permitió hacer una estancia de 6 meses en el CCB (Centro Conservazione della Biodiversità), situado en el Orto Botanico de la Universidad de Cagliari (Cerdeña, Italia), donde pude seguir realizando estudios de biología reproductiva con especies endémicas de la isla. Después de esta estancia, empecé el Doctorado en botánica aplicada en esta misma universidad y el 2017 me doctoré.

A los pocos meses de volver a casa tuve la oportunidad de realizar una estancia de 6 meses en el Departamento de Biología Comparativa de Plantas y Hongos del Royal Botanic Gardens de Kew (Reino Unido) donde pude adquirir nuevas competencias sobre la conservación de polen, desarrollando protocolos a corto y largo plazo. Estos conocimientos me llevaron a participar en un proyecto para estudiar la colección de polen de cicadáceas que tienen en el Nong Nooch Tropical Botanical Garden (Tailandia), una de las más completas en el mundo.

En cuanto al presente, desde 2020 trabajo en el Jardín Botánico de la Universitat de València y me encargo de realizar estudios para mejorar la conservación de especies endémicas y amenazadas de la península ibérica.

¿En qué consiste tu trabajo?

Actualmente me encargo del estudio de la biología reproductiva de dos de las especies de flora endémica más amenazadas de la Península Ibérica, la Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis) y el Conejito de la sierra de Gádor (Gadoria falukei). Además, también me encargo del resto de trabajo de campo vinculado con estas especies, como por ejemplo los censos poblacionales, investigación de nuevas poblaciones… Conocer cómo se reproducen las plantas, sus polinizadores, la capacidad germinativa de las semillas y el hábitat donde viven nos puede ayudar a conocer las causas de su amenaza, y es muy útil para poder desarrollar medidas de conservación adecuadas.

Ensayos de crioconservación de polen realizados durante la estancia en el Royal Botanic Gardens Kew (2018)
Analizando la producción de flores de Gadoria falukei durante el censo del 2022

Tu especialidad es la biología reproductiva de plantas endémicas y amenazadas. ¿Qué te interesó de este campo de estudio?

Actualmente hay muchas plantas amenazadas o en peligro de extinción en todo el mundo. Para poder conservarlas tenemos que conocer las especies, así desarrollaremos mecanismos efectivos de conservación tanto in situ (en su medio natural), como ex situ. A veces nos encontramos con especies que año tras año van perdiendo individuos por factores biológicos o antropológicos, y otras, como es el caso de una de las especies con las que estoy trabajando actualmente, se han descubierto recientemente y todavía hay mucha información desconocida sobre ellas. Se trata de especies únicas con muy pocos representantes en el mundo y poder aportar mis estudios y conocimientos para mejorar su conservación es muy satisfactorio. Además, la mayoría de estos experimentos se llevan a cabo en el campo, rodeada de naturaleza y tranquilidad, y eso todavía me gusta más.

Estudios de la producción de néctar de Dianthus morisianus durante el doctorado

¿Te sientes orgullosa de haber participado en algún proyecto especialmente?

Todos los proyectos en los que he participado han estado vinculados a especies muy amenazadas, por lo que me alegre mucho de haber podido contribuir a mejorar su conservación. De todos los proyectos destacaría dos: el proyecto llevado a cabo entre Inglaterra y Tailandia, donde pude desarrollar protocolos para la conservación del polen de numerosas especies, sobre todo cicadáceas (el grupo de plantas más amenazadas al mundo) y que podrán ser aplicados por los numerosos grupos que trabajan con estas plantas en todo el mundo.

El otro proyecto del que estoy muy orgullosa es sobre de Gadoria falukei, una especie que se describió el 2017 en la sierra de Gádor (Almería) y de la que actualmente solos se conocen 79 individuos agrupados en una única población. Ya tenemos semillas conservadas en diferentes bancos de germoplasma y la estamos cultivando en el Jardín Botánico, donde nos estamos centrando en los estudios moleculares y de campo, para localizar nuevas poblaciones y poder realizar introducciones en el medio natural y así incrementar el número de plantas en el campo.

Análisis de los resultados con Anders Limstrong, conservador de la colección de cicadáceas del Nong Nooch Tropical Botanical Garden, y el profesor Kanchit Thammasiri que nos cedió su laboratorio para la realización de los experimentos en la universidad de Majidol

¿En qué proyecto trabajas ahora mismo?

Actualmente estoy participando en dos proyectos y cada una de las especies requiere afrontar los estudios de forma diferente. El primer proyecto trata sobre la conservación de la Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis) en València, donde solos se conocía un individuo en la población natural y actualmente se han introducido numerosos individuos a lo largo de numerosas poblaciones. Estamos implicados gran parte de los investigadores e investigadoras del Jardín Botánico de la Universitat de València y yo me estoy encargando del seguimiento de las reintroducciones y de testar la capacidad reproductiva de las plantas una vez establecidas en el campo.

El segundo está destinado a los estudios de Gadoria falukei, con más trabajo de campo, dado que hace poco que se descubrió. Esta planta crece en una balma y las paredes verticales donde crece con rocas sobresalientes elevadas no facilitan los censos. Para cada censo fotografiamos las diferentes zonas de la balma para poder determinar con más precisión la presencia de nuevos individuos, ver la evolución de las plantas conocidas e identificar las plantas que han muerto. Con los datos de campo que estamos obteniendo podremos hacer una estimación de la evolución de la población. Además, seguimos buscando individuos en áreas que presentan las mismas condiciones climáticas.

Cistus heterophyllus subsp. Carthaginensis durante los experimentos de biología reproductiva
Individuo joven de Gadoria falukei en la población natural

¿Qué relación tienes con el Jardín Botánico de la Universitat de València?

El primer trabajo de investigación lo hice en el Botánico dirigida por Jaime Güemes. Estos experimentos me abrieron un nuevo campo de estudio para mí y fueron el inicio de mi carrera investigadora. Y el 2020, después de haber estado formándome en diferentes laboratorios volví al Jardín, donde actualmente trabajo como doctora investigadora.

¿Cómo valoras la situación laboral del sector?

La investigación en general en España no recibe toda la financiación que debería y si nos centramos en la botánica todavía menos. Desde el primer momento me advirtieron que “la biología no tenía salidas”, que eligiera otra carrera, pero para mí es más importante estudiar lo que me gusta independientemente de la salida laboral, y a tiempo de trabajar de otra cosa siempre estamos. Actualmente, costa mucho conseguir un trabajo estable como botánica puesto que los contratos suelen ser temporales y hay mucha competitividad para conseguir proyectos. Lo que está claro, es que se trata de un trabajo muy vocacional y es lo que nos hace seguir intentando trabajar en el mundo de la botánica.

¿Te permite tu trabajo aprender sobre temas no relacionados con la Botánica?

Por supuesto, en la naturaleza hay muchos factores que influyen sobre las plantas que estudiamos. En mi caso, por ejemplo, es importante poder conocer los polinizadores que intervienen en la reproducción de las especies de estudio o cuales son las condiciones ambientales que tenemos que recrear para poder cultivar las plantas que estudiamos fuera de su hábitat. Las ciencias están relacionadas entre ellas y esto hace que muchas veces nos pongamos en contacto con especialistas de otro ámbito para poder seguir nuestros estudios, por lo que en cada proyecto aprendemos nuevas competencias sobre otros campos.

¿Has conocido a personas interesantes gracias a tu trabajo?

A lo largo de estos años como investigadora he trabajado en diferentes laboratorios internacionales, algunos de ellos de reconocido prestigio, lo que me ha permitido trabajar y conocer numerosas personas de todo el mundo. He conocido a estudiantes y personal investigador que estaban empezando su carrera investigadora como yo, pero también personas muy importantes en el mundo de la conservación de las plantas. Los congresos tanto nacionales como internacionales, los workshops y los encuentros de proyectos también me han permitido conocer gente que hasta ese momento solos conocía como autores y autoras de investigaciones vinculadas a mi campo de estudio. En algunas ocasiones incluso me han invitado como ponente de los congresos que organizaban. De todas estas personas, algunas han sido tan interesantes que han marcado el camino de mi carrera investigadora

Foto de grupo de la 3rd Mediterranean Plant Conservation Week (3MPCW) celebrada en Creta

¿Qué es importante para ti en la docencia?

Este curso he tenido la oportunidad de ejercer docencia tanto en instituto con alumnos de bachillerato como en la universidad con alumnado de primero de carrera. Me he dado cuenta de que muchos están alejados de la naturaleza y por tanto lo primero que tenemos que hacer es acercársela, cautivarlos, despertar su curiosidad por la naturaleza en general y por la botánica en particular, para poder llegar a ellos y ellas, y aportarles los conocimientos necesarios. Tienen que entender la aplicabilidad de lo que los enseñamos en el aula por lo que pienso que si pudiéramos llevar a cabo más salidas de campo sería más fácil atraer a los y las estudiantes hacia nuestros ámbitos de estudio. Durante estos últimos años he tenido estudiantes de prácticas, y para mí lo más importante es enseñarles diferentes ámbitos y tipologías de estudios, y que experimenten para descubrir nuevas habilidades y empiecen a definir hacia dónde se quieren dirigir.

Visita de los estudiantes de 4.º de Magisterio de la UV al Jardín Botánico

¿Qué papel tiene para ti la divulgación?

Actualmente, gran parte de la sociedad está más aislada de la naturaleza que en décadas anteriores. Considero que es muy importante poder aproximar la investigación y conocimientos a la sociedad, que entiendan la importancia de estos estudios, puesto que se necesita el esfuerzo de todos y todas para conseguir conservar la naturaleza. Hay falta de conciencia sobre biodiversidad y para revertirlo primero tenemos que acercar los estudios que se hacen sobre ella. Todas no tenemos la capacidad de divulgar a grandes masas, pero sí que podemos aportar en cada una de las visitas que nos hacen los y las estudiantes, a las visitas del Jardín o en el día a día con las personas próximas.

¿Cómo animarías a quien estudia biología actualmente para que se dedicaran a lo mismo que tú? ¿Qué les hace falta?

Este trabajo es muy vocacional y requiere de muchos esfuerzos. No es una trayectoria laboral fácil, pero si realmente te gusta vale mucho la pena. A mí lo que me atrajo hacia la botánica fue el trabajo de campo, observar, fotografiar, tocar y disfrutar de las plantas y la naturaleza en general. Está claro que siempre he estado vinculada a la naturaleza, por el que una vez en la carrera tuve claro que era bióloga “de bota” y poco a poco descubrí mi afinidad por las plantas. Así que les recomiendo que salgan al campo y que intenten aplicar los conocimientos del aula para explorar su entorno y seguir aprendiendo. Durante las últimas décadas las salidas de campo se han ido reduciendo, hecho que dificulta el aprendizaje, pero seguro que una vez vuelven al campo por su cuenta después de haber cursado las diferentes asignaturas de la carrera les cambiará la percepción del entorno.

En todos estos años como botánica, ¿cuál es la situación más curiosa o divertida, que se pueda contar, con la que te has encontrado?

Pensándolo ahora años después lo veo de forma diferente, pero el primer año de doctorado, cuando ya tenía todos los tratamientos hechos sobre las plantas y solo tenía que esperar a que maduraran los frutos para recolectarlos y analizar los resultados, un día llegué y me encontré gran parte de las plantas comidas, eso sí, las cabras habían sido tan amables de dejarme los saquitos mordisqueados junto a las plantas. El trabajo de campo está ligado a las inclemencias del tiempo, a la fenología de las plantas y a la presencia de animales en el hábitat de estudio, así que cuando te pasa no hay más remedio que intentar repetir los experimentos antes de que acabe el periodo o si ya es tarde, esperar al año siguiente y pensar algo para evitar volver a perder los resultados de los experimentos.

¿Cuál es la habilidad imprescindible para tu trabajo?

Supongo que como en otros muchos, la paciencia. Nuestros experimentos van ligados a la fenología de las plantas y por tanto trabajamos a su ritmo. Normalmente los trabajos de biología reproductiva se concentran en 1-2 meses en el año y tienes que realizarlos antes de que acabe la floración, puesto que no se pueden volver a realizar hasta la siguiente. Además, la climatología también afecta a algunos de los experimentos, así que no siempre podemos realizarlos el día indicado. También es muy importante saber moverse por el campo. Cada especie crece en un ambiente diferente y para llegar a ellas a veces nos toca escalar, hacer rapel, subir campo a través, andar un rato, o todo junto como es el caso de Gadoria falukei.

Vistas de las paredes donde crece Gadoria falukei desde mitad del camino hacia ellas

¿Trabajas sola o en equipo? ¿Cómo es trabajar así?

Los estudios siempre los hacemos en equipo, puesto que así cada cual se encarga de su especialización y aporta sus conocimientos para conseguir unos resultados más completos. Algunos de los experimentos de laboratorio los realizo individualmente. En cuanto al trabajo de campo, actualmente siempre voy acompañada, puesto que la realización de censos de polinizadores, de poblaciones, de investigación de nuevas poblaciones es mucho más fácil en grupo. Durante el doctorado muchos días iba sola a realizar los estudios, así que siempre que podía dejaba las salidas de campo que requerían poco tiempo para el fin de semana y así me podían acompañar compañeros o amigos.

Trabajo de campo durante el doctorado con la colaboración de un amigo
Puesta de sol en Nebida después de una de las salidas de campo para ver el estado fenológico de las plantas, con compañeras de la Universidad de Cagliari
Acceso a una sima para buscar poblaciones de Asplenium scolopendrium
Realización de experimentos para conocer la biología reproductiva del conejito de la sierra de Gador y la Jara de Cartagena
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