En ruta

22 Mar 2017

Un paseo por la prehistoria, ¡En Gandía!

Imatge del Facebook del Paratge Natural Municipal Parpalló Borrell. Gandia

Hoy paseamos por la por la vertiente sur del Mondúber, un macizo cretácico que esconde una joya antropológica, la Cova del Parpalló. Ven a este Paraje Natural Municipal en Gandia y disfruta de la naturaleza de la montaña y de la historia que esta brecha con nombre de ave esconde desde el paleolítico superior.

La cueva del Parpalló se encuentra situada dentro del Paraje natural Municipal Parpalló-Borrell, un espacio natural protegido de 560 ha. localizado en el término municipal de Gandia. Está catalogada como Bien de Interés Cultural y, desde el año 2008, está en proceso de revisión por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Pero, para entender cómo era la vida de nuestros antepasados ​​en esta cueva, es necesario describir el entorno y el clima.

El día a día de una glaciación

Viajamos en el tiempo al paleolítico superior, durante la última glaciación, uno de períodos más fríos de la historia de nuestro planeta. La etapa más fría alcanza hace unos 18.000 años cuando la línea de costa estaba entre 15 y 20 kilómetros más alejada. Así, la cueva del Parpalló quedaba 100 metros más elevada que en la actualidad. ¿Qué implica todo esto? Temperaturas entre 10 y 15 grados más bajas que las actuales y menos precipitaciones, rasgos que configuraban una vegetación esteparia con predominancia de Pinus nigra y arbustos como el enebro y la sabina. Pero al pasar la glaciación las temperaturas aumentaron progresivamente hasta la media actual (hace 8000 años). Se establece el bosque mediterráneo de encinas (Quercus ilex), coscojas (Quercus coccifera) y olivos silvestres.

 

¿Quién se alimentaba de estas plantas? Ahora que ya nos hemos imaginado la flora a seguir con los herbívoros que se alimentan de ella. Los alrededores de la cueva del Parpalló estaban habitados por ciervos (Cervus elaphus), cabra montés (Capra pyrenaica), caballos (Equus ferus caballus) y urs (Bos primigenius) el antepasado salvaje del toro. Pero no todo eran grandes herbívoros ya que también vivían conejos, linces, zorros, jabalíes, asnos, gamuzas, topos y perdices.

Y llegan los humanos

La cueva del Parpalló es un abrigo natural formado por la disolución de rocas calcáreas del macizo del Mondúber. La ocupación por humanos comienza hace unos 23.000 a 21.000 años, como hemos dicho, en el Paleolítico superior y permanece ocupada hasta hace 11.000 años.

Según las pruebas arqueológicos hallados durante las excavaciones sabemos que la parte este de la cueva era usada en las tareas cotidianas mientras que la zona oeste serviría de espacio para la reparación de instrumentos rompientes y de acumulación de los cuerpos de los animales consumidos. Esta cueva contiene el mayor conjunto de arte mueble prehistórico de Europa con más de 6.000 plaquetas de piedra caliza con representaciones simbólicas y de animales.

Riparia riparia es el ave que da nombre a la cueva. Imagen de Åsa Berndtsson. fuente FlickR

Cabe recordar que los habitantes del paleolítico superior eran Homo sapiens sapiens, intelectual y físicamente como nosotros. Tenían un vida nómada y ocupaban estacionalmente cuevas como la que ahora nos ocupa. Vivían de la caza, persiguiendo las presas que también tenían movimientos estacionales, de la recolección de plantas y frutos y puntualmente de la pesca de peces o moluscos. Desarrollaron técnicas de caza muy perfeccionadas usando, incluso, el propulsor y el arco pero no toda la carne se consumía inmediatamente ya que conocían técnicas de conservación como el ahumado o secado al aire libre.

Visitando la cueva con el Centre d’Interpretació Parpalló Borrell

Imagens del Facebook del Paratge Natural Municipal Parpalló Borrell

Con el cuero y pieles de los animal fabricaban sus ropas como ha permitido deducir el hallazgo de agujas de coser o punzones. También usaban ornamento como collares y pulseras hechos de conchas, caracoles, huesos, cuernos, dientes de animales, piedra y, también seguramente, madera y cuero. Algunos de estos objetos ha aparecido en enterramientos por que se han deducido prácticas. Dentro de la cueva del Parpalló se encontraron restos de huesos humanos, lo más importante es el cráneo de una chica de unos 15 años que seguramente sería enterrada dentro de la cueva, hace unos 20.000 años.

El redescubrimiento de la cueva

El yacimiento fue descubierto por Juan Vilanova y Piera en unas prospecciones en 1872. Hasta el momento la cueva era utilizada como refugio de pastores y rebaño. En 1913 Henri Breuil prospectar la cueva y encontró la primera plaqueta grabada. Breuil solicitó excavar la cueva en 1914 pero el estallido de la I Guerra Mundial se lo impidió. Viajó por Francia, África, España, Italia, Portugal, Irlanda y China y en 1904 estudiar las pinturas rupestres de Altamira. En 1928 Lluís Pericot visita la cueva por recomendación de Breuil para comenzar las excavaciones en el que recoge y estudia 6.000 plaquetas grabadas.

Grupo de obreros de Atzeneta d’Albaida en la Cova del Parpalló (Gandia), 1930. Imagen de Museo de Prehistoria de Valencia. Fuente: FlickR

Actualmente, las plaquetas se tromeb expuestas en el Museo de Prehistoria de Valencia, en el Museo Arqueológico de Gandia y también podemos ver algunas reproducciones en el Centro de Interpretación Parpalló-Borrell. Si quieres visitar la cueva sólo debes reservar siguiendo los pasos de la página web.

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Revista de divulgación científica del Jardí Botànic de la Universitat de València.
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