Agricultura

10 Jul 2014

Sandía, un cultivo de verano

Refrescante y ligera, la sandía es una de las reinas del verano. Originaria de África tropical, en la actualidad se comercializan más cincuenta variedades de esta fruta rica en vitamina A, antioxidantes y, sobre todo, en agua. Para su cultivo sólo se requieren dos cosas: un riego constante y un huerto lleno de vida, con gran cantidad de insectos capaces de polinizarlas con éxito.

A la sandía lo de reina del verano no le viene sólo por ser una fruta de esta época del año. También por ser una de las más refrescantes, con un contenido en agua que supera el 90%, y porque se conserva muy bien a pesar del calor. Puede estar en perfectas condiciones durante dos semanas si se mantiene a 15°C y hasta tres si está entre 7 y 10° C (nunca a menos de 7 grados, ya que es muy sensible al frío). El motivo de que sea tan resistente es su fuerte corteza, que le protege del exterior y regula su temperatura.

 

Precisamente, es su corteza lo que nos indicará si elegimos una buena sandía, un labor que para muchos es casi un ritual digno de estudio. Los “expertos” dicen que para saber si un sandía está madura, sinónimo de que su sabor será dulce, hay que fijarse en la mancha de la cáscara que ha estado en contacto con el suelo. Si ésta es de color amarillo crema quiere decir que la sandía está madura; si es blanca o verdosa, significa que ha sido recogida antes de tiempo y que casi con seguridad su sabor será algo insípido. Otro de los trucos para seleccionar un buen ejemplar es darle pequeños golpes con los dedos o las palmas de las manos, esperando que suene a “hueco”. Una cáscara tersa y la ausencia de cicatrices o quemaduras solares también es augurio de que comeremos una sabrosa fruta.

 

Todas estas pruebas para elegir una buena sandía se multiplican en verano, la época en la que tiene más oferta y demanda en el mercado. El motivo es que las sandías florecen a finales de primavera y principios de verano, así que su punto álgido de sabor se encuentra en los meses de julio, agosto y septiembre. Por supuesto, hablamos de sandías cultivadas al aire libre, ya que podemos encontrar sandías de invernadero prácticamente durante todo el año.

También la corteza de la sandía, símbolo de su pertenencia a la familia de las Cucurbitáceas, pone la duda de si nos encontramos ante una fruta o ante una verdura. Esa “polémica” viene sustentada porque dentro de su misma familia se encuentran vegetales como el pepino, la calabaza o el calabacín. Sin embargo, si atendemos a la definición de fruta como “aquellos frutos comestibles cultivados o silvestres que por su sabor generalmente dulce-acidulado, por su aroma intenso y agradable, y por sus propiedades nutritivas, suelen consumirse mayormente en su estado fresco, como jugo o como postre” no hay duda, ya que en España la consumimos generalmente como postre y, por lo tanto, esa es su calificación más acertada.

sandia Crimson SweetVariedad Crimson Sweet

sandia venta

Con semillas, sin semillas, redondas o alargadas

Aunque tiene muchos nombres comunes (sandía, patilla, aguamelón o melón de agua) el nombre científico de la sandía es Citrullus lanatus. Como hemos dicho, se trata de una planta trepadora originaria de África tropical y cuyo cultivo se remonta al Antiguo Egipto, en las riberas del Nilo, lugar desde el que se fue extendiendo a todo el Mediterráneo. Etimológicamente, su nombre refleja este origen que viene del árabe hispánico sandiyya, que posiblemente hacía referencia a la región paquistaní de Sind, donde esta planta era común. Con la conquista de los españoles la sandía llegó al continente americano, donde empezó a cultivarse de norte a sur. También es un fruto muy preciado y cultivado en Oriente. De hecho, China y Japón son junto a los países de las costas mediterráneas (Turquía, Grecia, Italia y España) sus mayores productores a nivel mundial. Sin embargo, es el clima mediterráneo el más adecuado a las exigencias de luz y calor de esta planta.

La sandía no tolera las heladas en ninguno de sus estadios de crecimiento, siendo las temperaturas ideales entre 28 y 15 grados durante su germinación y de entre 26 y 15 durante su crecimiento. Con temperaturas medias inferiores a 17 grados su crecimiento se hace más lento, aunque también es posible. Respecto a dónde plantarlas, se recomiendan suelos ricos en humus y ligeros, preferentemente aquellos que se calientan rápidamente en primavera y que favorecen la maduración de los frutos. Estos son de gran tamaño, con un peso medio de cuatro kilos, aunque existen muchas variedades cuyos pesos pueden oscilar entre los dos y los diez kilos.

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sandia germinada3Sandía. Proceso de germinación y florecimiento. Imagen: http://www.agrupaejido.com/

El proceso de plantación y cultivo de la sandía atiende a dos aspectos: que es una planta de germinación complicada y que tiene que tener mucha luz y riego constante. Existen dos formas de plantas sandías: bien sembrando las semillas en interior con temperaturas controladas y trasplantándolas cuando la planta ya tenga varias hojas o bien ponerlas directamente en tu huerto. Si eliges la primera opción, recuerda que no puede trasplantarse a raíz descubierta así que tendrás que hacerlo en planteros. Si te decantas por la segunda opción, introduce varias semillas, por cada agujero de plantación.

Respecto al riego, tiene que ser constante. Nada como humedad para obtener unas sandías carnosas y dulces. La época de mayor necesidad de agua de la sandía es desde la floración hasta que el fruto es grandes, es decir, durante los últimos meses antes de la recolección. Una vez que el fruto ya alcanzado un buen tamaño, es importante controlar el riego para evitar el rajado o “cracking” en la piel de la sandía. Según algunas fuentes una reducción progresiva del caudal de riego en las últimas semanas garantiza el aumento de azúcar de la sandía. Antiguamente, el riego “a manta” que creaba una capa uniforme de humedad en el suelo era el ideal para este cultivo. Sin embargo, visto que con ese sistema se desperdicia mucha agua, en la actualidad la manta se ha sustituido por el riego por goteo, igualmente efectivo y con el que se consume mucha menos agua.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la polinización de las plantas. Para recolectar buenas sandías es importante que estén bien polinizadas. Una forma de conseguirlo es favoreciendo la presencia de insectos de distintas especies en nuestro huerto. Un entorno con más vegetación y con acceso al agua favorecerá la presencia de estos animales. Según la FAO, el cultivo de sandía es económicamente sostenible, aunque está muy sujeto a factores como el crecimiento insuficiente, las dificultades de fructificación, los riesgos del ambiente climático y la recolección precoz. Aún así, los costes de producción son inferiores a los de otras hortalizas, calculándose que son necesarias entre 400 y 700 horas de trabajo por ha y que la mano de obra representa un 40 a 50% del costo total de producción.

sandia cuadrada

sandia amarilla 2Las sandías cuadradas han causado sensación en Japón. Abajo, sandía amarilla

Existen multitud de variedades de sandías. Dentro de ellas encontraríamos las diploides o con semillas ( cultivadas tradicionalmente, que producen semillas negras o marrones de consistencia leñosa), de frutos alargados ( con la corteza verde y con bandas de color más claro, también llamadas melonas y que en España prácticamente no se cultivan), de frutos redondos (corteza de color verde oscuro o negro) y sin semillas ( suelen tener la corteza verde clara con rayas verdes oscuras y la carne puede ser roja o amarilla) . Entre las variedades más conocidas destacan Crimson Sweet, Meridian, Imperial, Pasión, Agua dulce, Sugar Baby, Early Star, Apiera y Reina de Corazones. En nuestro país las que más se cultivan son Crimson Sweet (Almería), Resistent (Valencia), Sugar Baby (en Valencia y Almería) y Reina de Corazones (también en Almería).

Más información relacionada:
http://www.fao.org/docrep/005/s8630s/s8630s08.htm

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