Aplicaciones para frenar la deforestación
GOTILWA+, Global Forest Change y Global Forest Watch son tres aplicaciones diseñadas para realizar simulaciones forestales que ponen ante nuestros ojos los problemas reales que puede implicar para el planeta no cuidar nuestros bosques y espacios verdes.
El pasado mes de marzo un informe publicado en la revista Ecosistemas, editada por la Asociación Española de Ecología Terrestre, presentaba los datos obtenidos por GOTILWA+ (Growth of Trees Is Limited by Water), un simulador forestal que, basado en procesos ecofisiológicos, permite conocer cómo serán las diferentes masas forestales de varias zonas de nuestro país atendiendo a diferentes parámetros ambientales.
La herramienta, enmarcada dentro de los proyectos Consolider Enginy Montes y Med-Forestream y desarrollada por el Departamento de Ecología de la Universitat de Barcelona y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), está centrada en el análisis de las consecuencias del efecto invernadero y el cambio climático en nuestros bosques, ya limitados en su disponibilidad de agua. Estas zonas son los bosques mediterráneos de encina, pino, carrasca y pino silvestre, situados en el sudeste de la Península Ibérica.
Pinus sylvestris
GOTILWA+ estudia, entre otros parámetros, la radiación en las hojas, su transpiración, su dependencia de la presión de vapor de aire y otros aspectos como la asimilación de carbono de cada masa forestal, su producción, respiración y la temperatura y humedad del suelo.
Pero además, y por primera vez, GOTILWA+ incorpora también la simulación de flujos de aguas en los diferentes ecosistemas forestales, de especial utilidad en bosques sensibles como los del sudeste de la península, muy áridos y sometidos a temperaturas y radiaciones muy elevadas. Gracias a los resultados de este simulador sabemos que existe un importante riesgo de que parte de los ecosistemas forestales españoles se conviertan en emisores de carbono durante las próximas décadas.
GOTILWA+ es un ejemplo más de cómo la tecnología se pone al servicio del medio ambiente para saber cómo será el mundo si no cambiamos algunos de los errores del presente. Cuidar nuestros bosques y grandes espacios verdes, que son los auténticos pulmones del planeta, es fundamental para mantener el equilibrio medioambiental protegiendo el suelo de la erosión del viento y del agua, descomponiendo las hojas y fertilizando el suelo. Además, son la mayor fuente de oxígeno, esencial para la vida, y se han revelado como muy útiles para luchar contra el efecto invernadero.
A finales de noviembre de 2013 la revista Science publicó los resultados del mapeo de las principales zonas de bosque, jungla y vegetación del planeta desde 1999 hasta 2012. Lo hizo gracias a los resultados de Global Forest Change, el primer mapa global de alta resolución creado con la colaboración de científicos de más de quince universidades, el gobierno de EEUU yGoogle. En la elaboración de este mapa se usaron las imágenes obtenidas durante más de una década por el satélite Landsat 7, en total, más de 650.000 fotografías disponibles en el centro del Servicio Geológico de Estados Unidos para Recursos de Observación y Ciencias de la Tierra.
Los resultados de este estudio fueron alarmantes. El mapa pone en evidencia algunas situaciones ya denunciadas como la deforestación de la selva amazónica por parte de Brasil pero también ha servido para comprobar que durante los últimos años el país americano ha hecho esfuerzos para frenar esta situación. Si entre 2003 y 2004 la pérdida de bosques tropicales era de 40.000 kilómetros cuadrados, entre 2011 y 2012 se redujo a la mitad. Esto contrasta con otros datos obtenidos y que ponen el punto de mira en zonas del mundo en las cuales hasta ahora la deforestación no se veía como problema grave, como Malasia, Paraguay, Bolivia, Angola o Indonesia, que en los últimos años han perdido más del 20% de su cubierta forestal.
Según los creadores de Global Forest Change el mapa global de la deforestación se publicará anualmente, incorporando a las variables los efectos provocados por diferentes fenómenos como incendios, inundaciones, grandes tormentas y zonas de explotación de la madera.
Pero además, la publicación de los resultados de Global Forest Change ha propiciado la creación de una nueva herramienta de simulación, Global Forest Watch (GFW), que permite ver en tiempo real y en directo la superficie de los bosques en áreas vulnerables del sudeste asiático, África y el Amazonia. Este nuevo simulador es de acceso público y se enmarca dentro de las acciones de la asociación internacional World Resources Institute con la ayuda de Google Earth y la financiación de diferentes países, entre ellos EEUU, Finlandia y Reino Unido.
La herramienta Global Forest Watch utiliza alrededor de 500 millones de imágenes en alta resolución obtenidas por satélite e incorpora alarmas que se activan cada vez que se localizan un nuevo claro de bosque. También introduce información sobre las diferentes compañías que explotan las zonas forestales de la aplicación, de tal forma que podríamos saber si una determinada empresa de explotación de madera opera en una zona que ha mostrado una reciente deforestación.
Según sus creadores, Global Forest Watch se convertirá en un gran vigilante de defensa del medio ambiente, presionando los gobiernos para que tomen medidas activas contra la deforestación y para que los datos publicados por países e instituciones sean cada vez más transparentes
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