La manzana de las ciencias naturales

Desde el Jardí Botànic de la Universitat de València, Jardín de las Hespérides, Colegio de los Jesuïtes y solar, a la derecha. Foto: José Plumed

La Universitat y el Ayuntamiento de València han aprobado un convenio histórico para diseñar el futuro del espacio conocido como solar de Jesuitas, esquina entre el paseo de la Pechina y la Gran Vía de Fernando el Católico, muy cerca del Jardí Botànic de la Universitat de València. Después de casi tres décadas de conflicto y la victoria de una lucha ciudadana paradigmática, liderada por la asociación cívica Salvem el Botànic, la entidad académica y el consistorio han llegado a un acuerdo para recuperar para la ciudadanía este espacio emblemático y su relevancia histórica, ambiental y paisajística. El Jardí Botànic como parte de la Universitat, ha sido miembro de la comisión mixta creada por ambas instituciones públicas y su perspectiva será fundamental para el desarrollo del futuro de este espacio verde, de huerta, biodiversidad y ciencia.

El solar de Jesuitas de la ciudad de València forma parte de una área mucho más extensa de interés tanto histórico como ambiental, donde se integran el Jardí Botànic de la Universitat de València, el antiguo Colegio de los Jesuitas, el templo parroquial de San Miguel y San Sebastián, las torres de Quart o el antiguo museo que alberga, a puerta cerrada, las colecciones entomológica de Juan de Torres Sala y malacológica de Siro de Fez. Por este motivo, el convenio que firmarán próximamente la Universidad y el Ayuntamiento de València –aprobado por ambos órganos de gobierno el pasado diciembre- considera que el futuro del solar de Jesuitas requiere formar parte de una solución integral alrededor de la creación de un gran espacio urbano dedicado a las ciencias naturales en el entorno del Botànic, al mismo tiempo, ordenado por su propio plan especial aprobado el 2019. “Sería una situación ideal que tiene que ser abordada por una comisión con amplia participación de más servicios municipales, varios vicerrectorados de la Universitat de València y otras partes implicadas como, por ejemplo, la Compañía de Jesús o la Conselleria de Educación”, según el texto del acuerdo de ambas instituciones.

El pacto entre Universitat y Ayuntamiento se produce después casi tres décadas desde el inicio de las movilizaciones en contra de la construcción de varios edificios de unas veinte plantas –el proyecto fue evolucionando a lo largo del tiempo- y plantea la creación de un jardín singular centrado en los cultivos valencianos y la agricultura urbana con la finalidad de desarrollar un espacio formativo alrededor de la huerta, su historia y biodiversidad, además, complementado con la vertiente de la investigación. De este modo, prevé dar continuidad al Jardín de las Hespérides, inaugurado en 2000, y al mismo Jardí Botànic, desde 1802 trasladado extramuros al lugar actual, entonces conocido como el Huerto de Tramoieres.

Jardín de las Hespérides (delante), solar de Jesuitas y Jardí del Túria (derecha). Foto: José Plumed.

Esta idea deja atrás iniciativas anteriores, algunas diseñadas desde los colectivos cívicos, para crear un espacio de huertos urbanos o un lugar dedicado a la historia natural. Por ejemplo, en 2014 Salvem el Botànic y más de una decena de organizaciones presentaron el proyecto Huerto urbano Botánico-Jesuitas. La Universitat de València, en 2018, también propuso que el solar se convirtiera en un jardín complementario del Botànic, dedicada a la representación de la flora y los hábitats protegidos en la Comunitat Valenciana, con una gran presencia de formaciones forestales. Los diversos planteamientos han sido debatidos desde que el 23 de julio del 2013 el Ayuntamiento de València consiguió la cesión del solar de Jesuitas después de una permuta al promotor hotelero -la familia Mestre de la cadena catalana Expogrupo– por otro espacio en la avenida de Aragón, en las dependencias municipales que, finalmente, se demolieron en noviembre de 2015.

Un espacio cultural, social y de relevancia científica

El vicerrector de Economía e Infraestructuras de la Universitat de València (UV), Justo Herrera, ha sido miembro de la comisión para decidir el futuro del solar de Jesuitas en representación del equipo rectoral presidido por Mavi Mestre, como también el director del Jardí Botànic, Jaime Güemes. Herrera destaca “el alto nivel de compromiso de ambas instituciones para llegar a la solución óptima en plena colaboración, evitando apropiaciones o notoriedades. De hecho, la dinámica de esta comisión ha sido muy fluida y de máximo respeto”.


El convenio para el solar de Jesuitas muestra “un camino clarificador”, en opinión de Herrera, quien resalta “la responsabilidad histórica de la Universitat con la sociedad y, en este tema, consideramos que se tiene que retornar a la ciudadanía no un parque convencional, sino un espacio de desarrollo cultural y social, con relevancia científica, divulgativa y educativa, en concordancia con el Jardí Botànic”.

Jardí Botànic de la Universitat de València, edificios de la calle Beato Gaspar Bono y, al fondo, el Colegio de los Jesuitas. Foto: Emma

El vicealcalde y coordinador general del área de Ecología Urbana, Emergencia Climática y Transición Energética, Sergi Campillo, integrante de la comisión mixta, reconoce que el resultado de este convenio será “prueba piloto de una nueva relación entre administraciones públicas, donde puedan confluir el conocimiento y la divulgación, la participación ciudadana y la academia, con el fin de favorecer la transferencia de conocimiento a la sociedad, a la vez que se mejoran los umbrales de salud de la ciudadanía gracias a la ampliación de los espacios verdes”.

Recuperar la tradición de los bosques en la ciudad

“Dedicaremos el solar de Jesuitas a la biodiversidad de la agricultura centrada en la huerta, remarcando la importancia de la botánica en el cultivo tradicional, a la vez que recuperando la tradición de los bosques en la ciudad”, en palabras del concejal, “siempre de la mano de la institución académica puesto que la idea es codiseñar este espacio tan referente de la lucha vecinal, donde nacieron los movimientos Salvem”.

Movilizaciones de Salvem el Botànic, en este caso, con la implicación de artistas. Imagen del catálogo de la exposición ‘Botànic-Jesuïtes. Un paisatge compartit’, promovida desd el Vicerrectorado de Cultura de la Universitat de València en 2008.

El alcalde de València, Joan Ribó, afirma que con este acuerdo “resolvemos un tema enquistado en la ciudad, cargado de un enorme simbolismo de lucha ciudadana, indicador de la vitalidad de los movimientos sociales que han trabajado para dignificar el municipio como, por ejemplo, El Saler per al poble o El riu és nostre i el volem verd”. En coincidencia con Herrera, Ribó subraya el trabajo en común de la comisión y el acuerdo “muy positivo para hacer un espacio de naturaleza y ciencia en un solar tan simbólico, a pesar de las complicaciones y el reto de conseguir recursos económicos”.

Vínculos con la huerta, la biodiversidad y el modelo alimentario

El futuro jardín temático en el solar de Jesuitas dedicado a la huerta y la biodiversidad “mostrará –según el primer edil- los vínculos existentes entre la protección de la biodiversidad y la naturaleza con la huerta, para reflexionar también sobre la importancia del mundo natural para la agricultura, el modelo de alimentación y la salud, de hecho, durante la pandemia por COVID-19 ya hemos comprobado su relevancia”. Ribó concluye: “Será un espacio que conectará con el trabajo que se desarrolla en el Centro Mundial de València para la Alimentación Urbana Sostenible (CEMAS)”.

Perspectiva del solar de Jesuitas, el Jardín del Turia (delante) y el Jardí Botànic de la Universitat de València (izquierda) en el año 2008. Foto: Neus Lozano

Campillo insiste en la relevancia de haber desbloqueado el futuro del solar de Jesuitas y “hacerlo de la mano de la academia, de la Universitat de València, porque es un espacio de propiedad y gestión municipal, integrado en la red de jardines municipales, aun así, dispondrá de la ventaja de disponer con la visión de la vertiente científica y del estrecho vínculo con el Jardí Botànic”. Esta colaboración también ayudará a “cohesionar el futuro espacio verde con el Jardín de las Herpèrides, el bosque urbano del Turia y el triángulo monumental formado por la Gran Vía, con el bulevar arbolado, el patrimonio BIC y el Botànic”, asevera el vicealcalde y responsable municipal de Ecología Urbana.

Favorecer corredores ecológicos y la conectividad en verde

Para el director del Jardí Botànic de la UV, Jaime Güemes, el resultado de este acuerdo constituye “el germen para que el nuevo jardín de Jesuitas se convierta en una chispa de transformación integrada de toda la manzana, actualmente, muy deteriorada. Y, a la vez, este espacio sea inspirador para la transición verde de la ciudad de València”. Güemes estima que, de este modo, “se cumple un viejo sueño surgido en el siglo XVIII, aquel que aspiraba a integrar todas las ciencias naturales en el espacio urbano y, de alguna manera, también favorecer corredores ecológicos, es decir, la conectividad en verde”. 

El Jardí Botànic -imagen del pasillo de acceso principal- podrá aportar al nuevo espacio su experiencia en investigación, docencia, divulgación y comunicación. Foto: M.J.Picó

El proyecto para el nuevo solar de Jesuitas representa, desde el punto de vista de Güemes, “una gran oportunidad para trasladar la experiencia en investigación, docencia, divulgación y comunicación que ha adquirido el equipo de personas que han trabajado al Jardí Botànic durante los últimos 30 años –desde la restauración dirigida por catedrático Manuel Costa entre 1989 y 1991- a un nuevo jardín que nace también con la vocación de formar, informar y sensibilizar la ciudadanía sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

Por su parte, el arquitecto Carles Dolç, miembro fundador de la extinta plataforma Salvem el Botànic –que se disolvió en 2017 después de haber conseguido parar la urbanización del solar-, argumenta que el convenio para el solar de Jesuitas es “muy positivo y la vía lógica, que implica la estrecha colaboración entre dos instituciones públicas de la ciudad: la Universitat de València, mediante el Jardí Botànic, y el Ayuntamiento”. Además, “la propuesta inicial de hacer un espacio mixto, botánico y agrario resulta muy acertada puesto que el solar de Jesuitas se salvó de la construcción, precisamente, por motivos como la conservación de la trayectoria histórica del Jardí Botànic. Y a la ciudad, nunca le sobran espacios verdes y jardines, como se está demostrando en esta crisis sanitaria por la pandemia causada por la COVID-19”.

Integrantes de Salvem el Botànic, y otras personas representativas, como por ejemplo la catedrática de Historia Moderna de la Universitat de València Isabel Morant, o la arquitecta y catedrática de la Universitat Politècnica de València (UPV) Carmen Jordà, han reivindicado a la arquitecta y profesora de la UPV Trini Simó para dar nombre al solar de Jesuitas, a la vez que destacar la trayectoria de esta activista urbana pionera en València, integrada en varios movimientos ciudadanos, ecologistas y democráticos.

Espacios para reflexionar alrededor de la relevancia del mundo natural para la agricultura, la alimentación y la salud. Foto: M.J.Picó

Desde la perspectiva personal, algunos miembros de Salvem el Botànic, advierten de la demora en la recuperación del solar de Jesuitas para la ciudadanía. En la misma línea, el Colectivo vecinal barrio botánico y adyacentes, aplaude la firma del convenio, aun así, expresa su preocupación, puesto que, además de aprobar la planificación, “es fundamental dotar económicamente el mantenimiento del futuro jardín para evitar problemas como es el caso de los asentamientos de personas en el entorno de las Hespèrides, porque es fundamental recuperar este espacio para los vecinos y vecinas. Estamos ante una gran oportunidad”, arguye el presidente de la asociación, Eugenio Pavetti.


“Viajamos al pasado para hacer un proyecto de presente y de futuro”

El arquitecto David Estal, asesor de la Alcaldía del Ayuntamiento de València en materia urbanística y representante a la comisión, apunta que lo más remarcable del convenio es “recuperar la memoria del jardín de Colegio de los Jesuitas, recordando la parte agrícola de la zona extramuros con huertas. Viajamos al pasado para hacer un proyecto de presente y de futuro”.

Jardín del hermano Prat hacia el año 1907, ubicado en el cuadrante suroriental del Colegio de los Jesuitas.

El solar de Jesuitas representa unos 6.000 metros cuadrados de reto y “se ha decidido el protagonismo de la alimentación como paisaje, un ámbito agrícola en el centro histórico, en un espacio representativo y monumental, también en diálogo con la Pechina, las Hespèrides y la iglesia del Colegio de los Jesuitas, ahora en rehabilitación”, expone Estal, quien recuerda: “No se ha partido de cero sino que hemos incorporado trabajos anteriores como el documento Ideas para una oportunidad, de Salvem el Botànic (1999) o Huerto urbano Botánico-Jesuitas, donde hizo una gran tarea de coordinación Alfons Àlvarez”.

Estal recalca que el jardín de Jesuitas será experimental porque mostrará una nueva tendencia de la ecología urbana porque confluirán las ciencias naturales, la botánica, la alimentación e, incluso, la emergencia climática, tanto a nivel de cultivo como en el aspecto teórico de la investigación y la reflexión. Además, tendrá que ser armónico con el plan director que desarrolla el Plan especial de protección de los alrededores de los bienes de interés cultural Jardí Botànic de la Universitat de València, templo parroquial de San Miquel y San Sebastián y puerta de Quart, y su catálogo de protecciones.

Plano de Tosca (1738). En el barrio de Quart se aprecian las Torres de Quart, el convento de Mínimos -origen de la actual iglesia de San Miguel y San Sebastián-, el del Socorro y elde San Felipe. AHMV

En este sentido, la arquitecta Inés Esteve –quien formó parte del equipo redactor de este plan especial aprobado el 2019- explica que se regulan “las condiciones de las edificaciones y espacios libres de un ámbito con una estructura urbana singular, fruto de su situación limítrofe con la ciudad histórica, donde la trama de la Ciutat Vella y el antiguo arrabal de Quart se entreteje con el nuevo orden del ensanche ochocentista que dibuja el desarrollo urbano alrededor del Jardí Botànic en los albores del siglo XX”.

Cuando se derribaron las murallas de la ciudad en 1865, los ensanches urbanos adoptan tramas basadas en retículas regulares y en el caso del ensanche del Botànic, se implantan con cierta dificultad, según Esteve. A pesar de contar con una importante superficie de suelo vacante aportada por conventos desamortizados como el de San Felipe y huertos, por ejemplo, el de Tramoieres, la arquitecta indica que permanecen importantes preexistencias “como el propio Jardí Botànic, así como también caminos históricos, como es el caso del de Quart, que hacen que la nueva retícula pierda su ortogonalidad para integrar estos elementos. Así, quedan fosilizados en la estructura del barrio hasta nuestros días, enriqueciéndola con testigos de su historia”.

La participación ciudadana será fundamental en el diseño del futuro jardín en el solar de Jesuitas. Foto: M.J.Picó

En sintonía con Inés Esteve, el arquitecto José María Tomás Llavador expone que el conjunto arquitectónico muy relevante de la Compañía de Jesús también se está recuperando. “Ya se ha rehabilitado el edificio del colegio, dedicado a usos sociales, mientras que también está en ejecución la rehabilitación de la iglesia neobizantina, en consecuencia el conjunto será muy enriquecedor”, arguye.

Tomás Llavador –también arquitecto responsable de la rehabilitación del Colegio Mayor Lluís Vives de la UV- valora la firma del convenio entre la Universitat y el Ayuntamiento de València “por la recuperación de una zona con tanta carga social y del movimiento vecinal y también porque este espacio se pueda abrir definitivamente a la ciudad en una intervención coordinada con el Jardí Botànic, teniendo en cuenta la perspectiva actual, pero sin olvidar su protagonismo básico en la escuela médica valenciana”. Esta área “tiene un gran valor para València: el Botànic es una joya que se tiene que extender, colonizar espacios y aportar sabiduría que complete y aglutine el barrio en un entorno de actualidad en el siglo XXI”.

El nuevo jardín resaltará la importancia de la botánica en el cultivo tradicional en la cuenca mediterránea. Foto: M.J.Picó

Inés Esteve recuerda que los objetivos del Plan especial son potenciar los valores patrimoniales, ambientales, paisajísticos, culturales y naturales, teniendo en cuenta también su singularidad. Además, considera que el futuro del solar de Jesuitas tendría que generar un vínculo, como señalaba Estal, con las calles, espacios libres y las parcelas ajardinadas que lo rodean, como el propio Jardí Botànic, el jardín del Colegio de los Jesuitas o el espacio de la alquería de la calle Beato Gaspar Bono, poniendo en valor una zona donde el predominio de los jardines y el espacio libre constituye un valor tanto ambiental como histórico. Además, “la intervención en este espacio potenciaría el valor patrimonial de la calle histórica del Beato Gaspar Bono, mejoraría la visibilidad de la fachada de la iglesia del Colegio de los Jesuitas y dotaría de la calidad urbana necesaria al espacio libre que articula la Gran Vía y el Paseo de la Pechina”, en opinión de la arquitecta.

La firma del convenio entre la Universitat y el Ayuntamiento de València constituye una valiosa primera piedra para empezar a construir y codiseñar el Jardín de Jesuitas, un espacio que, después de casi tres décadas, dejará su condición de solar objeto de disputa económica, política y lucha cívica. Y así, convertirse en un espacio verde abierto al disfrute y diálogo con la ciudadanía, dedicado a la biodiversidad de la huerta, su investigación y divulgación. De este modo, se inicia una nueva etapa, la del Jardín de Jesuitas, un nuevo tiempo para desarrollar el anhelado paisaje compartido en la manzana de las ciencias naturales de la València Verde.

Fotografía del centro histórico de València desde la perspectiva norte, más allá del cauce del río Turia, recogida en la exposición de la UV ‘Botànic-Jesuïtes. Un paisatge compartit’ (2008).

Cinco puntos clave del acuerdo para el Jardín de Jesuitas

  1. El jardín singular será complementario de las colecciones ya expuestas en el Jardí Botànic de la Universitat de València y a las del Jardín de las Hespérides. Tendrá como motivo principal los cultivos valencianos y la agricultura urbana, sin que esto suponga una cesión a terceros del espacio municipal.

  2. Tiene que ser un espacio visitable y atractivo para el vecindario, la comunidad educativa y el turismo y, por tanto, tiene que ser diseñado para acoger este uso con la prioridad sobre la producción agrícola que, en ningún caso, será privatizada. En consecuencia, se convertirá en un espacio sin los servicios habituales a los jardines de barrio como, por ejemplo, juegos infantiles o espacios para mascotas.

  3. Se convertirá en un espacio formativo capaz de atraer a la comunidad educativa y al público en general, además de convertirse en un foco de comunicación alrededor de la alimentación de proximidad, la sostenibilidad, los cultivos y la manera de desarrollarlos. Tiene que ser un museo vivo inspirado en la huerta, en su historia y biodiversidad.

  4. La Universitat de València aportará la base científica para el desarrollo del proyecto. También será la responsable del aprovechamiento didáctico y educativo posterior, a la vez que de mantener el contenido científico a largo plazo.

  5. El Ayuntamiento de València mantendrá la propiedad del solar, será responsable de la ejecución de las obras y del mantenimiento posterior a la inauguración del Jardín de Jesuitas.

El nuevo Jardín de Trini Simó

La rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, y el alcalde de la ciudad de València, Joan Ribó, firmaron el convenio para al solar de Jesuïtes el 22 de abril de 2021 en el Jardí Botànic de la Universitat de València.

El Ayuntamiento de València anunció que el solar se denominará Jardí de Trini Simó, en homenaje a la activista vecinal, ambientalista y feminista, miembr, entre otros, de Salvem el Botànic.

Noticia de la firma del convenio.

Sergi Campillo, Joan Ribó, Mavi Mestre y Justo Herrera. Foto: UV

Bibliografia

Exposició Botànic-Jesuïtes. Un paisatge compartit

Catàleg Botànic-Jesuïtes. Un paisatge compartit

Pla especial de protecció dels voltants dels béns d’interès cultural Jardí Botànic de la UV, temple parroquial de Sant Miquel i Sant Sebastià i porta de Quart i el seu catàleg de proteccions. Enlace

De «El Saler per al poble» a los «Salvem». Nuevos movimientos ciudadanos en la València de finales del siglo XX y principios del XXI (1974-2014). Enlace

Análisis y reconstrucción histórica de la manzana del Colegio San José de los Padres Jesuitas en Valencia : un espacio urbano educativo. Enlace

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Periodista ambiental y científica en Cultura y Comunicació del Jardí Botànic. Universitat de València
Compagino mi labor periodística con la docencia en el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universitat Jaume I y en el Máster de Comunicación Científica de la Universitat Pompeu Fabra. Investigo en #sostenibilidad #ODS #cambioclimático #narrativastransmedia desde el grupo ITACA-UJI y como asociada al BC3. Soy miembro del Living Lab Planeta Debug de videojuegos, cambio climático y arte de la UJI y la Fundación Carasso.
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