Salvia punta de lanza
Tras 79 días de confinamiento, en los que desde el Jardín os hemos presentado en Una Finestra Al Botànic una planta diaria para alegrar mente y espíritu, realizamos una votación en redes sociales para saber cuál os había gustado más. La ganadora fue la Salvia punta de lanza (Salvia oxyphora Briq.), así que vamos a aprovechar vuestros gustos para permitirnos el lujo de explicarnos largo y tendido sobre los aspectos relacionados con esta planta y sus circunstancias, como diría Ortega y Gasset.
Empezaremos por el principio y comentaremos quién fue su descriptor, ese tal Briq. que vemos al final del nombre de la planta. Pues bien, Briq. es la abreviatura oficial de John Isaac Briquet (1870-1931), un botánico suizo afincado en Ginebra especializado en nomenclatura botánica y que realizó varios trabajos sobre la familia de las labiadas, a la que pertenece la planta en cuestión, así como importantes aportaciones a la flora francesa.
Briquet fue director del Conservatoire et Jardin botaniques de la Ville de Genève desde 1896 y gracias a él actualmente Ginebra posee uno de los herbarios más importantes a nivel mundial, con alrededor de 6 millones de pliegos. Es importante reseñar que fue Briquet el presidente de la comisión encargada de elaborar el primer proyecto internacional para elaborar unas reglas de nomenclatura botánica, que fueron presentadas en el Congreso Internacional de Botánica de Viena en 1905, siendo estas predecesoras del actual Código Internacional de Nomenclatura para algas, hongos y plantas (Código Shenzhen), que actualmente rige las normas para nombrar a las plantas.
El caso es que Briquet describió esta especie en 1896, en una trabajo que sería el cuarto de una serie de artículos monográficos que el botánico suizo dedicó a la familia de las labiadas, en los que, aparte de estudiar en profundidad las especies del género Mentha y describir gran cantidad de especies, subespecies y variedades, en este cuarto fascículo se encarga además de describir un gran número de especies americanas, especialmente de Centroamérica y Sudamérica, que pudo estudiar a través de pliegos depositados en el herbario de Ginebra.
La planta que nos ocupa fue recolectada por el alemán Otto Kuntze (1843-1907) en Bolivia, en la localidad de Río Juntas a unos 1.200 metros de altitud, en abril de 1892. Todo esto lo sabemos por la etiqueta manuscrita que acompaña al material original sobre el que se hizo la descripción de la especie. Observando el pliego vemos una gran diferencia respecto a una foto a todo color de la planta, o vista en todo su esplendor en el propio Jardín Botánico, pero es a través del estudio de estos fragmentos de plantas, secas y prensadas, como se puede saber que características vieron los botánicos antiguos en las especies que describieron y pusieron nombre.
Pero, por suerte, aún se conserva material del recolectado por Kuntze, incansable botánico que no paraba quieto y realizó varias expediciones por América de el Sue, el sur de África o los territorios de Australia y Nueva Zelanda. Y digo por suerte, porque muchos de los pliegos recolectados por Kuntze se perdieron con la destrucción del herbario de Berlín el 1943. Pero, también había enviado duplicados de sus pliegos a otros herbarios y colegas También el de la Salvia oxyphora que envió a Briquet junto con un centenar de plantas, sobre todo labiadas, para que las estudiara. Ya tras la muerte del botánico alemán su herbario privado fue vendido al Jardín Botánico de Nueva York, donde podemos encontrar otro pliego de esta planta, procedente de la misma recolección de Kuntze.
Descripción botánica
Al estudiar Briquet el material enviado por Kuntze, se dio cuenta que se trataba de una especie, dentro del género Salvia, todavía no descrita. Este género cuenta actualmente con alrededor de 1000 especies, distribuidas por todo el mundo, que se agrupan fácilmente por presentar la corola bilabiada y dos estambres. Y dentro del género Salvia podemos distinguir nuestra planta ganadora del concurso del confinamiento por ser un arbusto herbáceo que puede alcanzar hasta el metro y medio de altura. Tiene los tallos cuadrangulares (como el resto de labiadas), verdes y cubiertos de pelos dispersos. Las hojas, de hasta 22 cm de longitud, son simples, pecioladas, opuestas, de lanceoladas a aovadas, largamente acuminadas, con el margen serrado en la parte central del limbo y de color verde brillante
En cuanto a la inflorescencia, de hasta 20 cm de longitud, es terminal, no ramificada, compacta y está formada por verticilos de flores muy juntos, a modo de pisos. En cada verticilo encontramos dos brácteas opuestas, persistentes y acabadas en punta alargada. Las flores, de hasta 4 cm de largo, son hermafroditas, encontrando en ellas tanto órganos reproductores femeninos como masculinos. Estos están escondidos por un cáliz y una corola, que es lo vistoso de la flor. El cáliz, de 1 a 1,5 cm, es campanulado, verde y terminado por tres dientes acuminados, siendo los dos inferiores iguales y el superior mucho más ancho.
La corola es bilabiada, de color rosa intenso, formada por 5 pétalos soldados en un tubo largo, con dos labios terminales y está densamente cubierta de pelos largos. El androceo, como se denomina el aparato reproductor masculino de las plantas y donde se forman los granos de polen, está constituido por dos estambres dispuestos en el interior del labio superior de la corola. Y el gineceo (aparato reproductor femenino), acaba en un estigma bífido que sobresale ligeramente del tubo de la corola por el labio superior.
Distribución i hábitat
Esta planta es endémica de Bolivia, extendida en pequeñas poblaciones a través de las colinas y zonas de baja altitud de la zona este de la cordillera andina, entre los 300 y los 2.200 metros, desde la zona de Las Yungas, en el departamento de La Paz, hasta la zona de Santa Cruz. Es decir, se distribuye más o menos en la parte central y centro occidental del país. Habita terrenos rocosos, suelos perturbados y márgenes de arroyos de los bosques subtropicales húmedos, si bien parece que no le van bien los bosques ya estabilizados.
Floración y fructificación
En el estado silvestre no suele hacer grandes y espectaculares floraciones, solo unas escasas plantas florecidas pueden encontrarse en cada población. Aunque es cierto que podemos encontrar flores prácticamente todo el año si se mantiene la humedad, salvo los meses de invierno, que en Bolivia son desde junio a septiembre. Además, una de las grandes singularidades de esta planta es que no se la ha visto fructificada, ni silvestre ni en cultivo. Atendiendo a lo que indica Briquet al describir la especie y al resto de especies de salvia afines, suponemos que será una núcula ovoide y lisa.
Polinización
Al igual que muchas otras especies del género Salvia, las flores púrpuras de Salvia oxyphora están adaptadas para ser polinizadas por colibríes. Este tipo de adaptación no solo es exclusivo de las salvias, también en otros géneros de la familia de las labiadas como Scutellaria o Clinopodium podemos encontrar especies adaptadas al mismo tipo de polinizador, al igual que hay innumerables ejemplos en otras familias. En este caso, la corola tubular de la salvia esconde en su interior y cerca de su base unos sacos de néctar que buscan los colibrís insertando el pico por debajo de los estambres. Al abrir con el pico la corola, el filamento de cada estambre, que está unido a la corola, se desplaza hacia abajo entrando en contacto con el píleo del colibrí (que vendría a ser la parte de arriba de la cabeza). El colibrí, cargado de polen en su cabezota, va en busca de otra flor de salvia para tomar su néctar, y así es como traspasa el polen de una planta al estigma de otra, y se produce la polinización.
Conservación
Por lo que conocemos de la distribución y abundancia de esta especie en Bolivia, actualmente cuenta con alrededor de 15 poblaciones naturales, si bien cada una presenta escasos individuos, generalmente menos de 10, y a veces solo uno o dos ejemplares. Esto unido a que las plantas parece que no presentan reproducción sexual, hace que la situación de esta especie en la naturaleza deba considerarse en riesgo de extinción.
Etimología
El nombre del género lo tomó Linneo del latín salvia, -ae con el que se hacía referencia a distintas especies de salvias. El epíteto específico deriva de las palabras griegas oxýs, -eîa, -ý = agudo, penetrante, agrio, ácido; y phorós -ón = que lleva en sí o produce. Seguramente en referencia a las agudas hojas y brácteas, similares a puntas de lanza, y que como ya hemos comentado, es uno de los caracteres que el propio Briquet al describir la especie remarcó con la siguiente frase “…s’en distingue facilment par ses feuilles et son calice”.
Bibliografia
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