Plantas

22 Sep 2015

¡Pamplinas!

¿De dónde viene esa expresión? ¿sabías que tiene origen vegetal? Descubre a las curiosas pamplinas de la mano de nuestro bloguer Jon Marín, además de una rica receta de inspiración alemana que podrás introducir fácilmente en tu quehacer diario, eso sí, ¡si te animas a dejarlas crecer en tu jardín!

Cuando algo no tiene fundamento o es poco transcendente decimos que “son pamplinas” y todo el mundo nos entiende. Esta expresión tan nuestra procede del nombre con el que se conocen a algunas pequeñas flores de una serie de plantas. Entre ellas, cómo no, la que popularmente se conoce como pamplina: la Stellaria media. (aunque también hay otras del género Tradescantia que pueden recibir este nombre).

 

Debido al pequeño tamaño de estas flores – y, según el filólogo Joan Corominas, debido también a que los frutos resultantes era la humilde comida de los canarios – la palabra pamplina se usa popularmente para designar cosas banales. Hoy hablamos de la Stellaria media. Una planta que, pese a su nombre común, no es insignificante.

 

Etimología
Su nombre deriva del latín stella: estrella, debido a la forma de sus flores, y media: intermedio. A parte de pamplinas, tiene otros nombres en castellano y en catalán como hierba gallinera o picagallinas (en català, morró o herba gallinera), en relación a su uso como forraje avícola.

 

Kaldari Stellaria media 01

 

Ecología y descripción
Es una hierba erecta con hojas opuestas, agudas y sin pelos. Los tallos son cilíndricos y sí que tienen una línea longitudinal de pelos. Las flores, situadas sobre largos pedúnculos, son hermafroditas, con un cáliz de sépalos libres y una corola de cinco pétalos blancos profundamente bipartidos, pareciendo diez. Su fruto es una cápsula, mucho más larga que el cáliz. Es una planta a la que le gusta estar y destacar en todo tipo de parterres, jardines y terrenos de cultivo, generando un espeso tapiz verde.

 

Cultura
Tradicionalmente se han utilizado las semillas de esta planta para alimentar aves domésticas. Se decía que las gallinas ponían los huevos con una yema más amarilla cuando se alimentaban de ella. 

 

Valor medicinal
Desde un punto de vista medicinal, las pamplinas tienen un alto contenido en saponinas y se ha utilizado históricamente como expectorante. También tienen un alto nivel de potasio y silicio.

 

Valor culinario
A nivel culinario, hojas y tallos se utilizan como verdura, a menudo cruda en ensaladas. Son tiernas y refrescantes, con un ligero aroma a avellana. En Francia se hace un delicioso plato triturando un buen manojo de la planta, colándolo y añadiéndoselo a un puré de patata hervida, nata líquida, sal y pimienta. Se deja cocinar todo junto un par de minutos y se sirve. También es uno de los ingredientes del nanakusa-gayu, un plato típico japonés que se come en el festival de las siete hierbas, que se celebra el 7 de enero para comenzar el año con buena suerte.

 

pesto-pamplinas-jonmarin 

 Pesto de pamplinas. Foto: Jon Marín

 

Las recetas
Basándome en una receta de la alemana Usch von der Winden, he creado un pesto de pamplinas, ideal para acompañar platos a base de huevo, pastas o rosbifs, y fácil de hacer debido a la simplicidad de la receta y lo fácil que es encontrar el ingrediente principal entre nuestras plantas de jardín.

 

Se recogen un par de manojos de pamplinas, se lavan, se trocean con la mano y se vierten en el vaso para triturar. También perejil y la mitad de albahaca. Se tuestan unos piñones y unos anacardos. Se meten en el vaso. Se le echa también medio diente de ajo, sal y pimienta. Se tritura todo con la batidora y se le va añadiendo aceite de oliva virgen extra, hasta lograr la textura adecuada. Se rectifica de sal y ya lo tenéis listo. Los pestos se pueden conservar en tarros bien limpios. Una vez llenos, se vierte sobre el pesto una capa fina de aceite de oliva, se cierran bien y se guardan, en lugar fresco y seco, alrededor de un mes.

 

 PAMPLINAS-PESTO

Ensalada de patatas con pesto. Foto: Farideh Sadhegin

 

¿Y para qué puede servir este pesto? Pues yo lo aplico en una estupenda ensalada de patatas.

Para cocinar para 4 personas necesitareis medio kilo de patatas -si son pequeñas y de colores, mejor quedareis con vuestros comensales-, 16 huevos de codorniz, 150 gramos de guisantes, el pesto que hemos hecho anteriormente, un poquito de vinagre y unas hojas de menta para decorar.

 

Se trocean las patatas si son grandes y se cuecen durante 12 minutos con piel. A mi me gustan que no queden demasiado blandas. También se cuecen los huevos. Se retiran. En esa misma agua de cocción, se escaldan los guisantes durante 30 segundos y se reservan. Para emplatar, se mezclan patatas, huevos, guisantes, pesto y chorrito de vinagre. Se decora con unas hojas de menta troceadas y ya está listo para servir.

Biólogo y autor del blog Malahierbanunca.org
Defensor de las plantes silvestres comestibles que tenemos en las ciudades. Autor del libro "No hi ha mala herba".
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