NARCISO, LA FLOR PRESUMIDA Y BREVE
Los narcisos representan en el reino vegetal la frugalidad de la belleza, florecen 120 días después de haber sido plantados pero su esplendor apenas ve solamente 20 veces el sol. En menos de tres semanas, los narcisos se marchitan y mueren para siempre.
La historia de Narciso, el hombre que sólo se podía amar a sí mismo, es una de las más conocidas de la mitología griega. Las versiones sobre la maldición que le propinó su incapacidad de amar a otros son muchas. Una de ellas hace alusión a Aminias, joven tan apuesto como Narciso y enamorado de éste. Sin embargo, este amor no era correspondido y en acto de egoísmo extremo, Narciso pide a Aminias que se clave una espada como prueba de amor. Aminias lo obedece pero lanza una maldición contra Narciso, condenándole a que se enamore de su propio reflejo.
La versión oficial, la de Ovidio, hace alusión a otro personaje mitológico, Eco, una ninfa condenada por Hera a repetir siempre las últimas palabras que oía. Un día, andando Narciso por el bosque, preguntó si había alguien ahí y la ninfa repitió “aquí, aquí”. Cuando Narciso la vio, rechazó su amor y Eco huyó a una cueva, donde su llanto aún resuena. La diosa de la venganza no tuvo piedad de Narciso, le condenó, también, a enamorarse de su propio reflejo.
En ambas historias el resultado final es el mismo, queda embelesado de su imagen proyectada en un lago y cae al agua, ahogándose. De este personaje nace el término narcisista, que se asocia a personas que están más pendientes de sí mismos que de nadie más. Y también nace una planta, el narciso, que creció por primera vez donde murió el joven.
Narciso, más allá del mito
El narciso más que una planta es un género (de nombre científico narcissus), originario de Europa, Asia y el norte de África. Sus variedades son múltiples, al igual que sus colores, aunque lo más habitual es que sus pétalos se presenten en tonos cálidos que van del amarillo al dorado. El narciso o narcissus es una flor bulbosa de la familia de las amarilidáceas. Las flores del narciso se caracterizan por tener una base estrecha y tubular (hypanthium), tres pétalos (el perianto), y un apéndice central de cuplike (la corona) que puede ser de color diferente.
El género Narciso abarca a docenas de especies, híbridos, variedades y formas. Entre las más importantes encontramos los junquillos, que son de color verde oscuro, redondos, y con hojas pequeñas, flores fragantes, tempranas y amarillas. En segundo lugar encontramos los llamados propiamente narcisos, flores que normalmente se presentan en su máximo esplendor, grandes y florecidos. El otro tipo de narciso es el que se conoce popularmente como paperwhite, una variedad de floración temprana con flores blancas fragantes presentadas en forma de racimo.
El narciso es una flor agradecida, ya que generalmente soporta bien temperaturas bajas siempre que no sean extremas, aunque lo más adecuado es que estén en zonas de clima suave. Su riego ha de ser constante pero no excesivo. La época ideal de plantación de esta bonita flor es entre los meses de septiembre y noviembre. Debido a la gran altura que puede alcanzar la flor (hasta 40 cm, dependiendo de la variedad) sus bulbos han de plantarse con el ápice hacia arriba y a una profundidad del doble que su altura, y con una separación entre bulbos de unos 10 cm. Para su cultivo se recomienda no mezclar estas flores con ninguna otra variedad, ya que su savia es tóxica para otras plantas y puede marchitarlas.
Narcissus paperwhite
Narcissus tazetta (junquillo)
El narciso, una moneda de cambio
Los narcisos son cultivados principalmente en las Islas de Canal, las Islas de Sicilia, Gran Bretaña y Holanda, y fueron llevadas a América del Sur por los colonizadores Españoles, holandeses y portugueses. Las flores están disponibles desde noviembre a abril dependiendo de cada especie. Respecto a su simbolismo, en Asia el Narciso se consideraba como un símbolo de la felicidad y en muchos países se usa para felicitar el nuevo año. En la tradición hebrea, esta flor se une al lirio para simbolizar los cantos amorosos de la primavera.
Pero posiblemente el país donde esta flor está más arraigada es en el Reino Unido, donde se cultiva de forma masiva y donde le tienen especial devoción. De hecho la región de Gales ostenta con orgullo el narciso como uno de sus emblemas nacionales. Además, el 1 de marzo, día de San David y fiesta nacional galesa, todos los galeses utilizan narcisos para celebrar la fiesta de su patrón, un religioso cristiano del siglo VI que cobró fama y relevancia cuando fue declarado santo católico. El narciso es, además, utilizado en Gales como moneda, ya que 1 narciso es el pago anual que recibe el Príncipe Carlos como renta de las tierras vírgenes de las Islas Scilly, un archipiélago de cinco paradisíacas islas prácticamente deshabitadas que constituyen el punto más septentrional del Reino Unido.
Respecto a las propiedades de la flor, su fragancia, que se desprende desde que se abren los capullos hasta su floración ininterrumpidamente, es una de las esencias más caras del mundo. Los romanos ya la usaban como perfume a medio camino entre el jazmín y el jacinto, mediante la técnica de la decantación de los pétalos de la flor. Además, su delicada fragancia es la responsable de sus propiedades relajantes. Sin embargo, contiene narcisina, una sustancia fuertemente tóxica. El narciso además es de propiedades astringentes, eméticas, febrífugas y antiespasmódicas, se utiliza con éxito contra la tos nerviosa y la tos ferina, y es un excelente emenagogo de uso externo. Por último sus flores desecadas son narcóticas y producen sueño con sólo olerlas.
