Plantas

17 Oct 2015

Las rutas de la rosa

Esta flor, una de las más románticas, esconde un aroma que no es solo poesía, también química, y que estuvo en los inicios de la aromaterapia. En el Botánico hemos preparado un curso para profundizar en ellas y extraer su aroma con nuestras propias manos.

Según una antigua y poética leyenda, antes de la muerte de Adonis todas las rosas eran blancas. Desde entonces los cultivadores profesionales o aficionados no han cesado de obtener más y más variedades de rosas con todos los colores y formas imaginables. Aquí en Valencia, el establecimiento de viveros Robillard ofrecía en su catálogo, allá por 1905, más de 300 rosales distintos y bien caracterizados. Aunque lo que daba nombre a la empresa era su producción estrella: el geranio malvarrosa, una fragancia del mismo tono pero algo más asequible.

 

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L’Himàlaia a l’Atles en escollits agroentorns, la geografia terrestre de la rosa 

 

Y es que extraer y usar este armonioso e inconfundible aroma es costoso y siempre ha sido signo de la más refinada opulencia. Más allá de su agradable perfume y sus reconocidas propiedades medicinales, el agua de rosas, su attar o esencia y las innumerables preparaciones de las que es protagonista, sintonizan perfectamente con nuestro interior anímico, en su fortaleza y en sus debilidades siempre humanas, trayéndonos confianza, interés por la vida y aportándonos estímulo positivo para nuestros logros personales. Casi mágicamente la rosa acabará restaurando, por dañada que se encuentre, nuestra conexión con la madre tierra, devolviéndonos algo de ese espacio amoroso que originalmente encontró a nuestro destino en algún lugar del universo y lo trajo a este mundo.

 

La química de la rosa

Hay alguna explicación a todo esto en la química de las rosas, aunque varios de sus componentes también se encuentran en los aromas de otros vegetales: palma rosa, palo rosa, palo santo y el ya nombrado geranio malvarrosa son ejemplos a apreciar, todos con una cierta continuidad más o menos evidente y reconocible con las verdaderas rosas. Pero otros como el α-terpineol nos aproximan al petigrain de los cítricos, el linalool al Ilang ilang o el eugenol al clavo de olor, también próximos a la familia del tono rosa.

 

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Entre les roses més apreciades estan les varietats aromàtiques disposades per a una unió gairebé mística i atempora, L’Aigua de Roses

 

La fragancia de la rosa es como una mano amiga, una guía segura y fiable para emprender una excursión por la complejidad química de los aromas, pero también por la poesía, la historia, el arte, el simbolismo y desde luego la aromaterapia. Nacida a principios del siglo XX y basada en el poder sanador de las sustancias aromáticas de los vegetales, la aromaterapia, aún controvertida especialidad hija legítima de la fitoterapia, ha ido haciéndose por sí misma un espacio de respeto y prestigio.

 

Actualmente ligada a la cultura wellness, está además reconocida y demandada al menos como terapia complementaria. Pero indudablemente muchas de sus preparaciones y prescripciones hunden sus raíces en una tradición muy antigua. En ella encontramos la rosa como quizás la primera planta que se destiló para hacer algo tan simple como el agua de rosas. Se atribuye a Avicena, médico y erudito del s. X, la adaptación del utillaje de los alquimistas persas para este fin. Pero antes de la esmaltación de los metales que aseguraba la ausencia de los óxidos de cobre, probablemente la destilación se hacía en vasos cerámicos, ahora el acerinox lo ha mejorado todo.

 

El tiempo no pasa para las rosas

Tiempos nuevos con nuevas tecnologías obligan a conocer los últimos avances, ya que los solventes orgánicos y las columnas rectificadoras nos dan el concreto y el absoluto de rosas de la poderosa industria del siglo XXI. Lo último, la tecnología extractiva del CO2 supercrítico, sin embargo, las rosas aún hay que cogerlas a mano, una a una.

 

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De la historia, producción y comercio de los bienes de prestigio aromáticos han quedado lejanos, en el espacio y en el tiempo, enclaves donde aún perdura la actividad. Aunque los “puntos de venta” han ido, y siguen, variando con los agitados vaivenes de la historia: la Palmira de la reina Zenobia, Alejandría, Damasco… la mítica ruta de la producción de aromas de rosa aún puede seguirse en nuestros días.

 

Así todas las primaveras, solo de fines de abril a principios de junio, podemos ver afanarse hombres mujeres y niños desde Kannauj (India), Kashan (Iran), Gulbirlik (Turquía), Kazanlak (Bulgaria), Grasse (France), El Kelaat Mgouna (Marruecos)… Y es que para que el efímero estallido rosa de este aroma de la tierra, pase de las manos artesanas al vidrio que nos lo traerá intacto a flor de piel, hacen falta muchos pasos. Hubo un tiempo aquí en Valencia en que bastaba acercarse al jardín de la alquería real de Zaidía, a orillas del Turia, pero aunque es bueno y nos enriquece saberlo, no hace falta soñar con lo que tuvimos.

 

 

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La cultura del aroma. Matrícula disponible

 

Nuestras amigas las rosas siempre nos esperan. Para encontrarlas, conocerlas más y mejor, trataremos de acercar algo de ellas en esta edición del Curso sobre la Cultura del Aroma del 26 al 30 de Octubre en el Jardí Botànic

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Colector y cultivador de plantas autóctonas en las montañas del Alto Turia, viveros y jardines. Estudié en Valencia, London y Granada y en mi tiempo libre me dedico a la investigación histórica y a escribir en mi blog. Tengo la manía de limpiar siempre mis herramientas de jardinería después de usarlas. Nunca he pescado y a pesar de que de joven escalaba montañas ahora me dan miedo los abismos. Admiro a algunos viajeros naturalistas y jamás entendí el amor a las armas.
extern Colaborador Externo
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