LA FLOR PASIONAL DEL SUEÑO
La pasionaria es la flor del sueño, del dulce sueño. Por eso es precisamente también la flor de la pasión, de la pasión no erótica, del padecimiento, porque la tradición religiosa la vincula a la muerte de Cristo y a sus estigmas y a la base de su Iglesia.
Normalmente, cuando hablamos de la pasiflora (su variedad más común es la Passiflora incarnata) vinculamos esta planta trepadora a su uso medicinal, para el sueño y la tranquilidad. Uno de los usos más comunes es el de infusiones contra la ansiedad, por sus virtudes sedantes, siendo positiva en casos de nerviosismo, insomnio, ansiedad o estrés diario. La pasiflora también calma el dolor, especialmente cuando este está relacionado con problemas del sistema nervioso, y favorece la desaparición de una serie de síntomas físicos que tienen su origen en problemas emocionales.
Sin embargo, el propio nombre del género, Passiflora, nos indica otro significado, al menos desde el punto de vista etimológico, que poco o nada tiene que ver con el sueño, ya que significa flor de la pasión. El vocablo proviene del latín, flos passionis, que significa literalmente flor del sufrimiento o flor de la pasión. El origen de esta denominación, otorgada por Carlos Linneo está vinculado con la llegada de los españoles al Nuevo Mundo, y concretamente con la llegada de la orden Jesuita en en el siglo XVI.
Passiflora incarnata
La apariencia de la flor, similar a una corona de espinas, indujo a los colonizadores españoles a denominarla fruto de la pasión por ver en ella los instrumentos utilizados durante la Pasión de Cristo. Su estructura pentarradial recibió una interpretación teológica, con los cinco pétalos y cinco sépalos simbolizando a los diez apóstoles (doce, menos Judas Iscariote y Pedro), mientras que los cinco estambres representarían los cinco estigmas de Cristo. Finalmente, los tres pistilos corresponderían a los clavos de la cruz.
Además, la visión de popular de esta planta se vio reforzada años después con la leyenda de un sacerdote que salvó la vida de una niña en la selva cruzándose en el camino de la fiera que la perseguía. La fiera se abalanzó sobre el sacerdote y con zarpazos terribles y potentes destrozó su cuerpo. Según la leyenda popular, la sangre del misionero regó un suelo sobre el que al poco tiempo nació una planta, la pasionaria, cuya flor recordaría al mundo la belleza de sufrir por el bien de los demás.
Si hacemos una descripción botánica, la pasiflora es una planta perenne de la familia de las passifloráceas, que puede llegar a medir hasta 9 metros de altura. Tiene tallos trepadoras y leñosos, con hojas alternas, trilobadas y de color verde oscuro. Las flores son cremáceas con tintes rosados y sus frutos comestibles, conocidos como fruta de la pasión, pequeños huevecillos anaranjados que encierran unas semillas rojizas que se interpretan como las gotas de sangre coagulada que brotaron de las heridas del santo cuerpo.
Fruta de la pasión
Passiflora es el género más importante de la familia Passifloraceae, que cuenta con más de 530 especies. Crece principalmente en la zona tropical de América y sólo 22 especies crecen en el sur de Asia, Australia y Oceanía, por lo que podemos encontrar variedades del género de la Passiflora en casi todo el mundo, excepto en la Antártida y en el continente africano. Esta planta puede crecer a alturas muy diversas, desde el nivel del mar hasta altitudes superiores a los 3000 metros de altura, y por eso igual podemos encontrarlas en la cordillera de los Andes que en el litoral oeste del continente americano. Sin embargo, la mayor riqueza de estas especies se encuentra en las regiones templadas y cálidas, entre los 400 y los 2000 metros de altura.
Passiflora caerulea
Una planta protocarnívora con muchos usos medicinales
La compleja estructura de la pasionaria, única en el mundo, hace que en la mayoría de los casos tenga que ser polinizada por insectos de gran tamaño, por ejemplo las abejas. Por eso, en algunas zonas de América se montan vigas de madera cerca de las plantaciones de maracuyá para alentar a las abejas carpinteras a que aniden sobre ellas. En algunas zonas su tamaño se ha optimizado para permitir la anidación de abejorros, avispas y murciélagos.
Sin embargo, una de las curiosidades de la passiflora es que se trata de flores podríamos llamar inteligentes. Las larvas de una gran cantidad de especies de lepidópteros se alimentan de sus hojas, por eso muchas especies han desarrollado evolutivamente distintas estrategias para desalentar a los herbívoros. Por ejemplo, para evitar las puestas de gran cantidad de huevos de mariposa en la misma planta, algunas muestran unas flores pequeñas y protuberantes con los colores que asemejan a los de los huevos de las mariposas. De este modo, la mariposa es engañada y desiste de realizar la puesta en esa misma planta.
Además, existen algunas variedades, como la Passiflora foetida que están recubiertas por pelos que exudan un líquido pegajoso. Muchos insectos se quedan pegados a éste y terminan siendo digeridos por proteasas y fosfatasas ácidas hasta convertirse en una sustancia pegajosa rica en nutrientes. Dado que los insectos muertos por lo general rara vez son las principales plagas, esta flor de la pasión parece ser una planta protocarnívora.
Passiflora foetida
Pero evidentemente, la pasionaria destaca más que por su simbolismo o por sus curiosidades ecológicas, por ser una de las plantas medicinales más utilizadas del mundo, por el hecho de que ya era utilizada por los aztecas por sus destacadas e importantes virtudes tranquilizadoras y sedantes. Posee alcaloides y flavonoides ideales a la hora de luchar y evitar los diferentes trastornos del sueño (especialmente el insomnio), ayudando a restaurar de manera progresiva un sueño de calidad, reparador y positivo. Entre las ventajas de su uso hay que destacar que la mayoría de los tranquilizantes, especialmente los de naturaleza química, tienen un efecto inmediato en el ser humano, pero también producen efectos no deseables como la habituación, lo que requiere cada vez dosis mayores. En el caso de la pasionaria, por acción de los flavonoides, la planta ejerce un efecto sedante sobre el sistema nervioso sin crear efectos depresivos en el mismo. Por eso, como sedante se puede utilizar también en niños y en personas mayores, incluso con tratamientos prolongados.
En general, la flor de la pasión está indicada para todas aquellas situaciones de la vida que nos suponen una carga adicional de estrés (desde causas emocionales a físicas, como la menopausia, el síndrome premenstrual o los problemas de tiroides). Sin embargo, la pasionaria no puede combinarse con medicamentos con propiedades similares, como tranquilizantes, ansiolíticos, antihistamínicos o medicamentos para dormir. Además, algunos preparados con pasiflora contienen alcohol, por lo tanto, deberán abstenerse de tomarla personas que estén en proceso de deshabituación alcohólica.