El tajinaste blanco de Gran Canaria planta de marzo del Botánico

La primavera se conoce por la estación del boom de las flores y su paso por el Botánico no pasa inadvertido. Marzo nos abre las puertas en un mundo de colores, a pesar de que podemos encontrar flores durante todo el año, esta estación destaca por su abundancia. Pero todavía estamos en el inicio y las plantas lo saben, así que nos tocará esperar unas semanas más para encontrar flores por todas partes. Sin embargo, al Botánico contamos con varios individuos de tajinaste blanco de Gran Canaria, miembros de la colección Macaronésica que ya están en auge.

El Echium decaisnei cuenta con dos subespecies endémicas de las Islas Canarias muy similares, la subespecie purpuriense, endémica de Fuerteventura y Lanzarote, descrita por el botánico David Bramwell recientemente desaparecido y director durante décadas del Jardín Botánico Canario ‘Viera y Clavijo’, y la subespecie decaisnei, endémica de Gran Canaria, la cual describiremos en este artículo. En esta ocasión, el estudio etimológico del nombre científico del tajinaste blanco de Gran Canaria, nos da muchas pistas sobre sus orígenes. Por un lado, el género tiene origen griego derivado de la palabra échion utilizada para hierbas medicinales útiles para combatir el veneno de mordiscos de serpiente. Por otro lado, el epíteto específico decaisnei es un reconocimiento que hizo Philip Barker Webb, descriptor de la especie, a Joseph Decaisne, el descubridor de la misma en el siglo XIX, porque fue él quien le envió muestras de la planta a Philip Webb.

Descripción botánica

Haciendo una pequeña descripción botánica, el tajinaste blanco es un robusto arbusto perenne perteneciente a la familia Boraginaceae que puede llegar hasta los 2 metros de altura. Además, el aspecto de esta subespecie llama la atención por sus hojas de un verde intenso y grandes inflorescencias blancas, que proporcionan un extraordinario contraste con los suelos rojizos de origen volcánico típicos canarios.

El aspecto globoso de la mata se debe a la gran cantidad de ramificaciones decumbentes, ramas que se disponen sobre el suelo sin arraigar en él, que derivan del tallo principal, y a su follaje siempreverde que forma una espiral con entrenudos cortos a lo largo de las ramas. Para conocer más detalles sobre las hojas, nos tendremos que aproximar a un tajinaste blanco y fijarnos bien, porque son de color verde oscuro menos intenso hacia la base, simples, enteras, lanceoladas de hasta 15 cm de largo y 2,5 cm de ancho con extremo agudo, cortamente pecioladas, con nervio central muy marcado y un tacto áspero a causa de los pequeños indumentos, o pelos rígidos, que cubren parte de su superficie.

Pero sin lugar a dudas, uno de los aspectos más destacables de esta subespecie grancanaria son las notorias inflorescencias de hasta 40 cm. Estas están formadas por un ramo de racimos de flores muy denso siguiendo la forma helicoidal de las hojas situadas a los extremos de las ramas, el que se conoce como inflorescencia paniculiforme terminal.

El color de las flores puede variar según el individuo del cual tratamos, como regla general encontraremos que son blancas con nervios y garganta azulados o púrpuras, aunque las tonalidades varían en la misma inflorescencia. Sin embargo, todas ellas son pentámeras y pequeñísimas, de entre 12 y 15 mm, con 5 sépalos verdes soldados en la base y una corola en forma de embudo (infundibuliforme) formada por 5 pétalos anchamente soldados en un largo tubo más allá de los sépalos. Además, respecto a los órganos masculinos y femeninos, el androceo tiene 5 estambres curvados y el gineceo tiene 4 carpelos soldados con estigma bífido respectivamente, todos ellos exertos, es decir, se alargan más allá de la corola.

Y si la flor es pequeña, los frutos todavía lo son más. Estos son pétreos en tetranúcula, es decir, tienen 4 núculas o nuevos monospermas ovoides aciculares, para que nos entendamos, que tienen forma de huevo de gallina puntiagudo, con únicamente una semilla, rodeada por una cubierta muy dura (pétrea).

¿Dónde podemos encontrarla en la naturaleza?

Cómo hemos nombrado antes, el Echium decaisnei subsp. decaisnei se trata de un endemismo de la Isla de Gran canaria. A pesar de que el hecho de ser endémico no significa que esté en peligro, puesto que es una planta muy abundante que podremos encontrar tanto en zonas secas como en zonas forestales de montaña entre los 100 y 1000 metros de altitud. La encontraremos en ecosistemas típicos donde dominan las tabaibes dulces (Euphorbia balsamífera Aiton) y los cardones (Euphorbia canariensis L.).

Espectacular floración y fructificación

Normalmente, se puede disfrutar de las magníficas inflorescencias del tajinaste blanco una o dos veces en el año si las precipitaciones lo permiten, puesto que la principal floración se da entre los meses de noviembre y abril, y en algunos casos se puede volver a disfrutar del espectáculo floral que ofrecen en verano. Además, resulta ser una especie muy complaciente para todos aquellos que quieran disfrutar de ella, por el hecho que en climas templados es común encontrar individuos en flor durante todo el año. Además, podremos observar todos los estados de su floración, desde el origen de las flores hasta llegar al fruto maduro, en una misma inflorescencia.

Estrategia de diversificación

Muchas especies vegetales son hermafroditas, sus flores contienen tanto órganos masculinos como femeninos, lo cual suele darlos problemas de autofecundación y falta de variabilidad genética, el que puede hacer que la especie no evoluciono y aumenta su riesgo de extinción. Las flores del tajinaste blanco de Gran Canaria son proterandras, en otras palabras, utilizan un sistema de reproducción en el cual primero maduran los estambres, que empiezan a dispersar el polen antes de que el estigma esté receptivo. Después, cuando las anteras están vacías, el estigma de la misma flor madura para recibir polen otras flores.

Como sabemos, las plantas se han adaptado a lo largo de millones de años ante estas situaciones de la vida desarrollando varias estrategias para fomentar la polinización cruzada, y así los individuos evitan echarse piedras sobre su propio tejado. Así mismo, a causa de la explosión floral que desarrolla, se ha utilizado mucho de manera ornamental en la jardinería, sin embargo, no es muy común en nuestro territorio.

Desde el Botánico os animamos a que vengáis este mes de marzo a visitar nuestro jardín entre fiesta y fiesta para reencontrar unos momentos de calma y tranquilidad que tanto nos gustan, ¡nuestros estimados tajinastes blancos te esperen en la colección de flora macaronèsica para dejarte atónito!