Una playa llena de estrellas
La Playa de la Estrella, situada al norte de Panamá, es famosa por sus estrellas de mar, visibles durante todo el año bajo las cristalinas aguas del mar Caribe. ¿Qué es lo que ha hecho de este recóndito lugar el paraíso de estas criaturas?
Era el 10 de octubre de 1502 cuando Cristobal Colón llegó a la parte atlántica del istmo de Panamá, en las actuales provincias panameñas de Bocas de Bou y Veraguas. Aquel era su cuarto y último viaje al Nuevo Continente. No sabemos si en aquella visita se dio cuenta que había una playa que deslumbraba por la claridad de su arena y porque estaba plagada de estrellas de mar. Aunque hoy en día la Playa de la Estrella es uno de los destinos más visitados de Panamá, no se sabe con certeza cuándo la cantidad de estrellas de mar empezó a ser tan elevada.
A principios del siglo XVI sólo los aldeanos podían llegar a la playa con mayor cantidad de estrellas de mar por metro cuadrado porque el acceso a la pequeña aldea de Boca de Drago, que alberga tan llamativa playa, no era fácil. Hoy en día, las lanchas-taxi y los autobuses que atraviesan la Isla Colón, la más importante de las islas de Panamá y capital del archipiélago de Bocas de Bou, se han convertido en medios habituales y prácticamente indispensables para cubrir las demandas de los turistas para llegar hasta la Playa de la Estrella.
Si Colón llegó a la escondida playa de las estrellas, pudo comprobar por si mismo la belleza de un paisaje invadido por gigantescas estrellas de color naranja. El ausencia de oleaje en este punto concreto de la isla y la temperatura favorecen que estos animales encuentren allí su hábitat natural y convivan en perfecta armonía con el medio. No obstante, en los últimos años algunas voces han denunciado la situación de la Playa de la Estrella en particular y de Boca de Drago, en general. Y es que el turismo desmesurado y la acción del hombre ha tenido consecuencias nefastas.
Las estrellas de mar son el principal atractivo de esta idílica y apartada playa y son muchos quienes se acercan hasta allí con el objetivo de verlas y fotografiarlas. Está terminantemente prohibido sacar del agua a las estrellas puesto que tienen branquias para respirar bajo el agua y cualquier actividad fuera de ella las mata en pocos minutos. Son muchas las estrellas de mar que mueren por culpa de los turistas a pesar de las prohibiciones. Las estrellas de mar son muy importantes para el ecosistema marino, puesto que son auténticas devoradoras de todo lo que encuentran, una actividad que evita que algunos animales se reproduzcan masivamente y generen desequilibrios en el medio ambiente.
Otros tesoros de la Boca de Drago
Aunque muchos lo piensen, las estrellas de mar no son peces y sólo se asemejan a ellos en su forma de respirar, a través de branquias. Las estrellas de mar pertenecen a la categoría taxonómica de los equinodermos, igual que los erizos de mar, las ofiuras o las holoturias (pepinos de mar). Se caracterizan por su forma simétrica y porque están dotadas de brazos. Lo más habitual es que las estrellas de mar tengan cinco brazos, pero bien es verdad que existen más de 2000 especies de estrellas habitando los mares de todo el mundo, y algunas tienen cuarenta extremidades.
Casi todas las estrellas de mar de la playa pertenecen a la especie Oreaster reticulatus, que se caracteriza para tener cinco brazos y colores rojos y anaranjados
El comportamiento de estos animales es peculiar: aunque su textura es en apariencia suave porque carecen de escamas o aletas, también tienen en su exterior unas púas que les sirven como defensa ante los depredadores. Además, son capaces de regenerarse, es decir, si pierden un brazo les vuelve a crecer.
Las estrellas de mar no tienen sangre sino un sistema hidrovascular que les permite nutrirse. Y es que, a diferencia de cualquiera otro animal, las estrellas de mar tienen el estómago reversible, lo que les permite digerir en la parte exterior de su cuerpo. Por eso, pueden comer todo tipo de animales, incluso moluscos y crustáceos de mayor tamaño que su boca. Lo que hacen para alimentarse es desplegar sus ventosas y adherirse a la presa y segregar el zumo gástrico que les permite realizar una digestión externa.
Se calcula que sólo en Panamá existen 414 especies de equinodermos de las cuales casi un centenar son estrellas de mar. 83 tipo de especies presentan la característica de tener simetría pentarradial, es decir, cinco brazos dotados de pies ambulacrales que los permiten moverse con facilidad por el fondo del mar o adherirse a las rocas y la arena. Esto hace que podamos ver a las estrellas de mar cerca de la costa.
Holoturias o pepinos de mar
Boca de un ejemplar de estrella de mar conocido como Ludia magnifica
Además de las estrellas de mar, en Boca del Drago encontramos espectaculares paisajes en el interior, como la Boca del Drago, rodeada por una jungla espesa y verde en la cual conviven balas, ranas, perezosos, mapaches, monos y armadillos. Y justo al otro lado de la Isla Colón, en la parte norte, encontramos uno de los paraísos ornitológicos más curiosos del mundo: la Isla de los Pájaros, un pequeño peñasco que por su riqueza se ha convertido en uno de los destinos vírgenes más fascinantes de Panamá y refugio de algunas especies únicas.
La isla de los Pájaros es un santuario de aves en el cual hallamos algunos ejemplares raros de América del Sur
Sula leucogaster
Phaethon aethereus
En la Isla de los Pájaros (Caio Cisne) encontramos especies como los piqueros (Sula leucogaster), las fragatas (Fregata magnificens), Phaethon aethereus, gaviotas y gaviotines o pelícanos (Pelecanus occidentalis) entre otras aves tropicales que han hecho de este enclave un santuario para las aves vetado al ser humano, puesto que está completamente prohibido que desembarcan en la isla. El espectáculo de las aves puede verse desde mar adentro, o acercándose hasta las grutas que dan forma a este original paisaje.
