Un detective en la playa
La bloguera de Espores, Inés Perales, nos sugiere algo muy veraniego: imprime este artículo, ponlo dentro de un plástico y llévatelo a la playa, a ver qué encuentras. ¡Pero que no se vuele el plástico!
Llevarse un libro o una revista a la playa es un gesto de lo más normal pero, ¿y si el próximo día leemos en nuestro entorno? En la playa hay muchas pistas fruto de la actividad de los organismos que viven en ella pero normalmente pasan desapercibidos entre balones hinchables, protector solar, raquetas y neveras llenas de comida. Os propongo una nueva forma de ir a la playa, cambia el bañador por la gabardina y la pala por la lupa, en sentido figurado.
Esto peludo, ¿qué es?
Algunos de los elementos que vamos a descubrir los habréis visto infinidad de veces y simplemente los habréis tildado de basura natural como es el caso de las pelotas de Posidonia oceanica. La posidonia no es un alga sino una planta que crece en el fondo marino formando praderas como las que rodean la isla de Tabarca que dan refugio y alimento a numerosos peces. Esta planta sufre el oleaje continuado y sus hojas liberan unas fibras que al ser arrastradas se unen entre ellas formando estas bolas peludas que llegan a la costa y aparecen sobre nuestras toallas. Muy lejos de ser basura, las pelotas de posidonia son un indicador de que el agua del mar está en buenas condiciones puesto que la planta es muy sensible a la contaminación marina y no crece si el agua no es de calidad.
Pradera de Posidonia Oceanica. Imagen de FlickR
Pelota de Posidonia Oceanica. Imagen de FlickR
Compañeros coloridos y más
¿Y quiénes son los huéspedes de nuestras playas? Hay dos especies de peces, especialmente llamativas, que podremos ver nadando entre nuestras piernas si nos decidimos a hacer snorkel en Dènia, por ejemplo. En las imágenes podemos ver un fredi y una salpa, especies que viven entre pepinos de mar y estrellas que, por supuesto, mejor no saquemos del agua.
Thalassoma pavo, fredi macho. Imagen de FlickR
Fredi hembra
También en la arena podemos encontrar unos elementos que parecen semillas, algarrobas o cualquier cosa excepto lo que realmente son. ¿No habéis visto nunca los dos objetos de las imágenes? Son, respectivamente, un huevo de raya y un huevo de tiburón. Hay especies de tiburones y rayas ovíparos que depositan los huevos entre las algas, donde quedan enganchados gracias a los salientes que presentan, y resguardados de los depredadores. Además, tanto los tiburones como las rayas tienen un esqueleto de cartílago, como nuestras orejas o la punta de la nariz y pueden enrollarse mucho sobre ellos mismos y caber en estas cápsulas. Cuando las crías de estos peces ya han nacido, la corriente trae los huevos vacíos a la orilla del mar.
Huevo de raya, con dos salientes en cada extremo. Imagen de FlickR
Huevos de tiburón, con zarcillos en los extremos. Imagen de FlickR
Se ha escrito un crimen
¿Y las valvas que tienen un agujerito perfecto? Parece que el mar nos las prepara para hacernos un collar pero la historia que esconde es mucho más trágica. Los bivalvos sufren el ataque de un gasterópodo que al ponerse encima de su presa emite jugos digestivos hasta agujerear la concha e ingerir el interior. Estos agujeros son la muestra de la depredación entre moluscos.
Imagen de FlickR
¿Por qué siempre parece que en la playa hay restos de una hoguera? En El Saler, sin ir más lejos, florece el lirio de mar, que sorprende sobre la arena caliente en pleno mes de agosto. Florece al atardecer y durante un solo día emitiendo un aroma delicioso. Cuando la flor blanca aparece, las hojas glaucas y alargadas ya están secas pero del interior de unas cápsulas aparecen las semillas con un evidente aspecto de carbón que nos lleva a la confusión. Esta planta crece en ecosistemas dunares, uno de los espacios más amenazados así que os animo a no recolectarlas y a informar a aquellas personas que lo hagan de que es una especie muy vulnerable. Me llevaré una alegría si, el 15 de agosto, entre los ramos de flores de la Virgen no hay ninguno de Pancratium maritimum.
Flor de Pancratium maritimum. Imagen de FlickR
Semillas de Pancratum maritimum. Imagen de FlickR
¡Cómo hacerse el héroe!
Hasta ahora, todo lo que hemos encontrado en la playa estaba sobre la arena, pero ¿qué hay bajo nuestras toallas? Colillas, tapones de plástico de refrescos y nidos de tortuga. Dentro de unos días está prevista la eclosión de un nido de tortuga boba en una de nuestras playas. Los nidos de Caretta caretta suelen tener unos 120 ejemplares que bajo ningún concepto tenemos que intentar encontrar. Son huevos redondos y blandos que sufren el ataque de las hormigas y las aves. Las tortugas nacen de forma sincrónica por la noche y se dirigen al mar guiadas por la luz de la luna.
Además de la cantidad de peligros naturales que las tortugas acabadas de nacer sufren, nosotros, los turistas de playa, solemos cometer un error que las tortugas pagan caro: las bolsas de plástico que flotan en el mar se asemejan mucho a medusas, uno de los platos preferidos y más hidratantes de la tortugas marinas. Cuando una tortuga se come una bolsa plástico es incapaz de ingerirla por completo y suelen atragantarse. Si un día encontramos en la costa una tortuga varada, además de no tocarla, tenemos que avisar al 112 e indicar la playa donde nos encontramos. Puedes crear un perímetro de seguridad con toallas, cubos o hamacas. Dale sombra con una sombrilla y mantenla húmeda con agua de mar, pero no le des comida ni intentes acariciarla porque muerden y pueden estresarse muchísimo.
Caretta caretta. Imagen de FlickR
Poner precio a la naturaleza es tan absurdo como medir distancias en litros. Busca la opción de imprimir, haz clic, ponte las hojas en la mochila y vete a la playa, espero que puedas disfrutarla de una forma distinta. Investiga, pregunta y míralo todo con lupa y si te gusta lo que has aprendido, ¡enséñalo! Volveré más adelante con pistas que seguir, pero en el bosque. Vuelve a la rutina luciendo algo más que un bonito bronceado.