Sumatra, la isla del misterio
Enclavada en medio de la ruta comercial entre Índia y China, la isla de Sumatra es una de las más ricas del Pacífico, no solamente por haber sido una mina de oro sino por la cantidad de especies vegetales y animales que se esconden en su densa selva tropical.
Durante siglos, Sumatra ha sido una de las joyas del Pacífico. Con una superficie de casi medio millón de kilómetros cuadrados (es la sexta isla más grande del mundo y la quinta por su altitud) hay evidencias de que la isla fue poblada antes del siglo V a.C.
Fue un referente en riquezas de Oriente y fue visitada en 1292 por el expedicionari y mercader Marco Polo. Quizás, gracias a los relatos del comerciante veneciano, esta isla del Pacífico llegó a ser una quimera de oro, especias y café a la que hicieron referencia monarcas del Viejo Continente como la reina Isabel I de Inglaterra. Andalas fue el nombre que le dieron los viajeros musulmanes del siglo XIII al ver que sus habitantes no la habían bautizado. La elección del nombre no es casual: Sumatra simbolizaba la riqueza de los reinos musulmanes situados en la parte oriental, como Al-Andalus. En todo caso, la isla de Sumatra ha sido uno de los principales ejes del comercio oriental gracias a los recursos naturales.
Geográficamente, Sumatra está dividida en dos por la cordillera de Barisan, con unos 1.139 metros de altura media sobre el nivel del mar. En estas montañas hay grandes depósitos de carbón y oro que han generado la codicia de los propietarios y colonizadores. Pero llegar a estas fuentes de riqueza no ha sido una tarea fácil: además del oro y el carbón, la gran cadena montañosa de Barisan está llena de volcanes, casi un centenar, de los que una veintena siguen activos en la actualidad. El más famoso de todos es la montaña Kerinci, situada a 3.800 metros de altura y localizada en la vertiente oeste de la isla, a 130 kilómetros al sur de la ciudad de Padang.
El Kerinci está considerado como un estratovolcan que emite de forma continua gases sulfurosos la actividad de los cuales provoca periódicamente la evacuación de los ciudadanos de las zonas cercanas. Cuando está inactivo se observa cubierto por bosques tropicales y en su parte más baja hay diferentes cultivos como el té y el arroz, principal alimento de los aldeanos de sus cerros.
La altura, la actividad volcánica y sísmica y las fuertes precipitaciones de las diferentes regiones de la isla convierten a Sumatra, igual que otras regiones de Indonesia, en un paisaje caracterizado por las tonalidades verdes y rojas en el cual emergen vertientes, volcanes, lagos y pantanos
Volcan Kerinci
Campos de arroz
Escondidos en la selva
La tradición hace de Sumatra un lugar de excepción para quienes buscan el eslabón perdido de la civilización humana. Para muchos criptozoólogos esta isla fue el punto de partida y el hábitat natural del Orang Pendek, una supuesta criatura de baja altura y pelo cobrizo a medio camino entre el hombre y el mono. Según los nativos, este extraño ser sigue habitando en algunos de los espacios más recónditos de la isla, especialmente en las vertientes próximas al volcán Kerinci. Hay quienes cuentan que el Orang Pendek podría ser el hombre de Flores (Homo floresiensis), una especie extinta del género Homo que convivió con el ser humano en la vecina isla de Flores, un lugar que la revista Nature describió como un mundo perdido. El hombre de Flores es una de las criaturas que habrían vivido en la isla donde animales arcaicos habrían tomado formas gigantes o enanas como el lagarto gigante o el elefante enano.
Pero si abandonamos las leyendas, ¿qué otros tesoros encontramos en la isla de Sumatra? Muchas de las especies que encontramos en Sumatra están en peligro de extinción. Las autoridades del lugar, para proteger su patrimonio natural (que es a su vez Patrimonio de la Humanidad) han decidido establecer en la zona tres Parques Nacionales (el de Gungun, el de Kerinci Seblat y el de Bukit Barisan Selatan) que comparten sus límites con la agricultura, principal actividad de subsistencia de los aldeanos y principal amenaza para el entorno.
La gran explotación y expoliación a la cual ha sido sometida la isla durante siglos para extraer el aceite de palma o por parte de la industria papelera ha acabado con un 48% de los bosques de la isla en treinta años y es la causa de que muchas de las especies originarias estén fuertemente amenazadas. A pesar todo, Sumatra es junto con Brasil una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta.
Rafflesia arnoldii
Amorphophallus titanum
Entre la flora más curiosa de Sumatra encontramos las flores gigantes típicas del sudeste asiático. Destacan dos, Rafflesia arnoldii, que fue descubierta en Sumatra en 1818 y está considerada como la segunda planta más grande del mundo y Amorphophallus titanum, conocida también como flor cadáver y que es famosa por su fètido olor a carne podrida, un reclamo que utiliza para atraer insectos que depositan allí sus huevos de los cuales después saldrán larvas saprófagas. A. titanum tiene una gran flor con una baya globosa, roja y amarilla y puede llegar a medir hasta tres metros de altura y pesar 70 kilos. Además de estas dos plantas, el resto de la flora de Sumatra se compone de algunas variedades típicas de la selva tropical como algunas carnívoras y palmeras y dos variedades de café: el café arábigo (Coffea arabica) que se cultiva en las tierras más altas y la variedad de café conocida como Robusta (Coffea canephora), de las zonas más bajas.
Coffea arabica
Respecto a la fauna, en Sumatra encontramos algunas especies endémicas y únicas de la isla como el tigre de Sumatra, conocido por su tamaño, su agilidad y su desarrollado sentido del oído y de la vista. El tigre de Sumatra vive tanto en bosques de las llanuras como en las tierras más bajas de las montañas. Están muy perseguidos por cazadores furtivos y la progresiva desaparición de su entorno hace que cada vez haya menos ejemplares localizados.
Otro de los grandes tesoros de Sumatra es el rinoceronte enano (Dicerorhinus sumatrensis) que tiene dos cuernos en lugar de uno. También estos animales son víctimas de los furtivos pues su carne se vende a precios desorbitados en el mercado negro. A pesar de no ser una especie exclusiva de Sumatra, en la actualidad este es uno de los pocos lugares del mundo en el cual podemos encontrar rinocerontes enanos escondidos en las montañas más remotas a resguardo del hombre y del tigre, sus principales depredadores.
Otras especies que habitan esta rica isla son el gibón ágil (que tiene en las selvas del Parque Nacional de Bukit Barisan Selatan su cota de población más alta), el cálao bicorne y el martín pescador azulado (aves coraciformes de inconfundible aspecto y llamativo plumaje) y la locha payaso (Chromobotia macracanthus), un pez de agua dulce que se usa como mascota y en acuarios domésticos.