El lado botánico de Harry Potter
Cualquiera que haya sido mínimamente fan de esta mágica saga ha movido un palo a modo de varita y se ha fascinado con los gritos de la mandrágora. Pero esta no es la única planta que aparece al lado de los alumnos, aunque sea la más conocida. Revisemos cuánto mundo vegetal acogen las películas, algunas plantas reales que podremos encontrar en el Universo de Harry Potter y cuáles son fruto de la fantasía de su autora.
En Hogwarts se hacen hechizos, se agitan varitas, se persigue a quienes quieren acabar con la paz, se aprende a crecer en un mundo complicado y, además de todo esto, se habla de plantas en más de una ocasión. ¿Cómo hacer magia sin recurrir a las plantas? Las propiedades medicinales de numerosas especies siempre han inspirado a quienes metían pócimas y ungüentos en sus ficciones, y Harry Potter no podía ser menos. En Valencia hemos acogido, hasta el 11 de agosto, la exposición sobre la saga que está dando la vuelta al mundo. Pese a tener detalles increíbles y muchísimo material, la muestra pecaba de ser poco interactiva, así que niños y mayores se lanzaban como locos a levantar las plantas de mandrágora que ofrecían hacerse una foto soñada por muchos e imaginar, por un momento, que éramos alumnos de la prestigiosa escuela de magia que nos había cautivado en las pantallas.
Las clases de herbología
Si fuéramos niños o niñas matriculados en Hogwarts habríamos recibido en casa el programa de las asignaturas para todos los cursos, y sabríamos que durante los cinco años siguientes una de nuestras clases obligatorias sería herbología, con la profesora Pomona Sprout. La herbología es como la botánica mágica, en la que se mezclan plantas inspiradas en la vegetación existente y otras que deben tener unos poderes tan increíbles que directamente se inventan en su totalidad.
Invernaderos de Hogwarts / Warner Bros Pictures
Para estas clases, que se impartirán en los sugerentes invernaderos de la escuela (todo en ella es a lo grande y cargado de recursos no tecnológicos), necesitaremos diferentes tipos de estiércol mágico, guantes de piel de dragón, orejeras para protegernos de la escandalosa mandrágora (puedes morir solo de escucharla gritar), y nuestra inseparable varita.
Además, nuestra biblioteca se verá enriquecida con interesantes ejemplares como la Enciclopedia de hongos venenosos, Árboles carnívoros del mundo, Plantas acuáticas mágicas del Mediterráneo y Mil hierbas mágicas y hongos. Con todo esto, y si nos aplicamos, aprenderemos los cuidados que necesitan las plantas, qué podemos extraer de ellas para realizar pociones y cuáles son mágicas por si solas. Clases teóricas y prácticas a las que más de uno se apuntaría si pudiera.
La mandrágora y otras plantas no mágicas
Contra lo que pudiera parecer, justo la mandrágora, Mandragora officinarum, la planta más famosa del universo Potter, está basada en una planta que existe de verdad. Muchos conocen el nombre común y lo saben, pero a otros se les queda cara de pez cuando se enteran. Hay que aclarar, eso sí, que todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Aunque sí que es cierto que esta planta ha estado rodeada desde siempre de un aura mágica, ha estado relacionada con la brujería, ha sido protagonista de leyendas y aparece incluso en el Génesis.
Planta real de Mandragora officinarum. A la izquierda detalle de flor y hojas, y a la derecha de su raíz / flickr, Giorgio Samorini
Pomona Sprout mostrando una mandrágora en clase de herbología. Escena de Harry Potter y la piedra filosofal / Warner Bros Pictures
Es de la familia de las solanáceas, o sea, que es prima hermana de la berenjena, la patata y el tomate, y contiene como ellas alcaloides tóxicos que, en su caso concreto, hacen que no se pueda consumir. Sus raíces, con esas formas torneadas, pueden con imaginación hacernos pensar en el cuerpo humano. Así pues, esta combinación de raíces de formas extrañas, y sus propiedades tóxicas, han hecho de esta planta la protagonista perfecta de la botánica más oscura. En el mundo de Harry Potter, su zumo sirve para despertar a las víctimas petrificadas por el Basilisco.
El sauce, Salix sp., también tiene un papel protagonista en algunas de las películas. Si recordamos a Harry y a Ron llegando tarde al Hogwarts express, el tren que debía llevarles puntual a su primer día de curso, y buscando un transporte alternativo en el coche del padre de Ron, no habremos olvidado su choque espectacular contra un sauce enorme, y nada amistoso, en el jardín de la escuela. En el mundo mágico el árbol es de una especie boxeadora y violenta que propina fuertes golpes a quien se le ocurra acercarse.
Ron junto al sauce boxeador justo antes de la aparición de un licántropo. Escena de Harry Potter y el prisionero de Azkaban / Warner Bros Pictures
Después aparecerá otra noche, en una de esas escenas sorprendentemente tétricas para salir en unas películas supuestamente juveniles, y asistirá a la lucha y transformación de un licántropo. Al final se descubre que acoge la entrada a un pasadizo secreto que esconde uno más de los muchos misterios de la trama, siempre y cuando conozcas la clave sobre cómo acceder. Este árbol, en nuestro mundo menos mágico, es conocido sobre todo por ser muy ornamental (el sauce llorón es uno de los ejemplares que más fascinación causa) y por tener una corteza que contiene salicina, el principio activo a partir del cual se acabaría creando la aspirina.
Y si seguimos buceando en la parte botánica de las películas de Potter encontraremos muchas más plantas que de una forma u otra van haciendo sus apariciones como personajes secundarios. La ortiga, Urtica sp., esa planta de la que huimos como de la peste por temor a tener una erupción cutánea, se nombra varias veces en diferentes pociones para curar forúnculos, como herbicida y para hacer crecer a alguien. Algo similar pasa con el ajenjo, Artemisia absinthium, que no solo es la base de la absenta y está cargada de leyendas sobre sus poderes, sino que debido a su carga simbólica, también se usa en el universo Potter para pociones de las más llamativas, como la que encoge, la que provoca euforia y la del filtro de muertos en vida.
Manipulando hojas de ortiga, Urtica sp.
¿Qué hay de verdad en todo esto? En las múltiples páginas que analizan la trama creada por Rowling, ven paralelismos entre los efectos de la intoxicación por quinina, con la somnolencia como efecto secundario, y los síntomas del filtro de muertos en vida, o entre sus efectos alucinógenos y la poción para la euforia. Podrían ser similitudes azarosas o la prueba de que la autora ojeó más de un libro de botánica para documentarse antes de inventar alguno hechizos y sus ingredientes.
Esto podría ser la causa de que si miramos con detalle las páginas de las novelas, y a parte de la historia nos interesen algunos de sus detalles, acabemos encontrando más ejemplos de la cantidad de botánica que los alumnos de Hogwarts aprenden tras los cinco cursos de la escuela. En sus apuntes y exámenes aparecerán el asfódelo, Asphodelus sp. , el geranio, Geranium sp., en este caso con colmillos para no fallar a nuestras ansias de fantasía, el díctamo, Dictamnus sp., un nombre que ha identificado hasta a cinco plantas medicinales distintas y que en esta saga sirve para hacer estornudar a los dragones, o el narciso, Narcissus sp., también con una propiedad curiosa, la de producir pitidos. Incluso la hierba de Santa Sofía, Descurainia sophia, una crucífera que sirve como ingrediente para la poción multijugos cuando se recoge en luna llena.
Hermione preparando la poción multijugos. Escena de la Harry Potter y la cámara de los secretos / Warner Bros Pictures
Plantas y más plantas que, en la mayoría de los casos, solo guardan relación con los ejemplares reales por el nombre, puesto que estamos ante una historia en la que la magia domina absolutamente todo, y qué menos que otorgar a cada uno de sus elementos propiedades y características que hagan posible lo imposible.
La madera, la protagonista
Otro elemento botánico que no puede pasarnos por alto en estas películas que enganchan es la madera utilizada en los objetos más importantes para realizar magia. Y no hablo de la caoba para fabricar la escoba Nimbus 2000 que proporciona a Harry victorias grandiosas jugando a quidditch, sino de la materia prima para fabricar varitas.
Harry Potter eligiendo su varita. Escena de Harry Potter y la piedra filosofal / Warner Bros Pictures
Cada varita mágica contiene una historia, sus poderes dependen de la madera en la que está fabricada combinada con una sustancia mágica que se le añade; sería su núcleo mágico, extraído de una criatura también mágica. Recordaremos las famosas varitas de Ollivanders, una tienda frecuentada por su dueño, con el mismo nombre, considerado el mejor fabricante de varitas que jamás haya existido. Él, por ejemplo, usaba en las que creaba pelo de cola de unicornio, plumas de fénix o fibras de corazón de dragón.
Pero por muy seductor que resulte adentrarse en estos núcleos mágicos o en la capacidad de las varitas por escoger a sus dueños, lo que nos interesa son las diferentes maderas que se llegan a usar para confeccionarlas. Si atravesáramos el umbral de Ollivanders, mientras esperamos a que nos atiendan, podríamos curiosear entre las diferentes cajas y lo que contienen, y veríamos alucinantes varitas de caoba, avellano, arce, acacia, tilo, endrino, álamo, haya, laurel, cerezo, abedul, manzano, pino, ébano, ciprés, abeto, cedro y muchas más. Eso sí, imposible tratar de encontrar algún tipo de paralelismo entre las propiedades de la madera y las propiedades mágicas de la varita, perderíamos el tiempo.
Tienda de varitas Ollivanders en el Callejón Diagón / Universal Studios Orlando
Nos quedaría marcharnos con un ejemplar hecho de la madera de alguno de nuestros personajes favoritos. Las varitas de Harry, Hermione y Ron eran de acebo, sauce y vid, respectivamente, mientras que la de Hagrid era de Roble, la de Draco Malfoy de espino y la de Voldemort, de tejo. Lo de hacerlas funcionar con algún hechizo ya sería más complicado.
En cuanto a la varita más famosa de todas no hay duda, la varita de saúco, Sambucus sp., la más poderosa también, capaz de reparar otras varitas y una de las reliquias de la muerte. En realidad el género Sambucus aúna más de veinte especies de árboles pequeños y arbustos, y tiene una madera dura apreciada en ebanistería y en la creación de herramientas. Os hablábamos de él hace poco en espores, y os contábamos algunas de las leyendas sobre el Sambucus nigra.
Tocón de Sambucus nigra / Wikimedia, Krzysztof Ziarnek, Kenraiz
Además, es también usado como medicinal desde la antigüedad, y se ha visto finalmente que contiene aceites esenciales, taninos, y otros elementos que le confieren propiedades para dolencias como gripes, infecciones de las vías respiratorias y de orina. Quizá estos elementos no pasaron desapercibidos para la autora de los libros y decidió que la varita más importante, por sus poderes mágicos, debía estar hecha de una madera que tuviera también historias que contar.
Plantas que no vas a encontrar de excursión
Pero no nos confundamos, Harry Potter y sus tramas no tienen ninguna vocación para divulgar la botánica. Aparecen muchas plantas, es cierto, en algún caso incluso vemos similitudes con la realidad, pero igual que los alumnos vuelan con escobas, las velas flotan en el techo de las habitaciones y existen los centauros, en las novelas irán apareciendo ejemplares de plantas que no nos suenan de nada, y con razón, ya que son completamente inventadas.
Hermione atrapada en el lazo del diablo. Escena de Harry Potter y la piedra filosofal / Warner Bros Pictures
Cuando Potter y sus amigos apenas están comenzando sus andanzas en Hogwarts viven una de sus peligrosas aventuras y caen en un sótano oscuro y húmedo habitado por una planta enorme que se empeña en estrangularlos. El lazo del diablo tiene como misión custodiar objetos de valor, en este caso la piedra filosofal, y no debe dejar que nadie acceda a ella. ¿Cómo escapar? O relajándote, cosa que es poco probable que consigas si estás apresado por una planta gigantesca y mortal, o mostrándole un haz de luz. En este caso, la sabihonda de Hermione andaba cerca y conocía ambos trucos.
Pero si en nuestro mundo no mágico nos fascinan las plantas carnívoras no podían ser menos en el mundo de los hechizos. La Snargaluff es una planta carnívora muy peligrosa que se estudia en herbología, y en las clases aprenden a extraer sus grandes vainas de aspecto repugnante. Nada que ver con nuestras inofensivas droseras y dionaeas que luchan por sobrevivir atrapando los insectos que las sobrevuelan. Y como nada en estos libros mágicos escapa de lo sorprendente, hay más plantas a lo grande como la tentácula venenosa, que tiene tentáculos y dientes, y llega a los cuatro metros. Contiene veneno, obviamente, pero aquí tampoco nada es lo que parece y puede usarse entre otras cosas para salvar a los centauro en peligro de muerte.
A la izquierda, detalle de tentácula venenosa (El Gran Libro de las Criaturas de Harry Potter). A la derecha, tentáculas venenosas en el invernadero de Hogwarts.
Acabamos, pero dejadme que os cuente de un encantamiento que haría las delicias de cualquier aficionado o profesional de la jardinería y la horticultura, el herbivicus. Si lo usamos lanzaremos un haz de luz poderosa, verde y brillante hacia la planta que queramos encantar y, oh sorpresa, la planta crecerá y florecerá en un tiempo récord. Probadlo, por favor, agitad con energía, decid “herbivicus” en voz alta señalando ese poto mustio del rincón y, aunque no pase nada, le daréis uso a esa varita souvenir que acumula polvo desde hace años.
Un universo que cobra vida
Hay una escena de Harry Potter, y no es en absoluto la única, que resulta terrorífica. En el torneo de los tres magos una de las pruebas consiste en sumergirse en el mar a rescatar algo, sin saber que ese algo es un ser muy querido para cada uno de los magos que compiten que está atado en el fondo. Harry sale triunfante de la prueba, salvando a más personas de las que le correspondían gracias a las branquialgas, algas mágicas que se funden con la piel del mago y le proporcionan la capacidad de respirar bajo el agua una hora aproximadamente. Además, a Potter le crecen unas inquietantes aletas en los pies y membranas viscosas en las manos, convirtiéndoles en una especie de humano marino.
Neville Longbottom entregando las branquialgas a Harry Potter y el cáliz de fuego / Warner Bros Pictures
Harry Potter bajo los efectos de las branquialgas. Escena de Harry Potter y el cáliz de fuego / Warner Bros Pictures
Hace no mucho, las branquialgas ocuparon algunos titulares porque un grupo de investigación canadiense descubrieron unas algas que invadían a los embriones de salamandra, mostrando una relación intracelular única entre estas algas y los vertebrados. Tras diferentes pruebas, se demostraba que había ADN de algas en salamandras adultas. ¿Significaría esto que las algas pueden vivir en tejidos de vertebrados o que podrían asociarse a otras especies? Se quede esto en anécdota o no, lo cierto es que fantasear con la magia no tiene nada de malo, que a veces la ciencia nos muestra cosas más sorprendentes que la propia magia, y que en los libros y películas de Harry Potter podemos darnos una vuelta por diferentes plantas que hacen de esta saga, y sus detalles, algo inolvidable.
Más información
naukas.com/2016/07/08/la-mandragora-la-leyenda-la-ciencia
harrypotter.fandom.com/es/wiki/Lista_de_plantas
bloghogwarts.com/2010/02/01/top-10-plantas-magicas-del-mundo-de-harry-potter
esacademic.com/dic.nsf/eswiki/187186
www.quo.es/ser-humano/a20645/el-alga-de-harry-potter
harrypotter.fandom.com/es/wiki/Herbolog%C3%ADa
harrypotter.fandom.com/es/wiki/Madera_para_varitas