El gran Edén de Cornualles
Evocando por su nombre y esplendor vegetal al legendario jardín de Adán y Eva descrito en la Biblia, Eden Project es uno de los proyectos de educación ambiental más importantes del mundo. Millones de personas visitan cada año sus instalaciones, una combinación perfecta de ecología, horticultura, ciencia, arte y arquitectura insuperable hasta la fecha.
Hace trece años un grupo de ingenieros, arquitectos, biólogos, geólogos y botánicos pusieron en marcha un proyecto pionero en el mundo. El objetivo era crear la mayor cantidad de microclimas y climas posibles usando tecnología de vanguardia para demostrar cómo se puede utilizar la naturaleza para regenerar un lugar estropeado por la actividad humana. El lugar elegido para poner en marcha tan novedosa iniciativa fue una vieja cantera de arcilla situada en el condado de Cornualles, a 270 kilómetros de Londres. Hoy, más de una década después, Eden Project es, podríamos decir, el jardín botánico más grande del mundo, ocupando una extensión total de 50 hectáreas y albergando más de cien mil plantas que representan 5.000 especies nativas de distintas regiones climáticas del mundo.
Inspirado en la naturaleza y siguiendo parámetros de desarrollo sostenible, en Eden Project se reproducen climas tropicales, calientes, desérticos y mediterráneos gracias a la creación de invernaderos que siguiendo tecnología de última generación. Sus cinco gigantescas cúpulas geodésicas, domos, que pueden verse a un kilómetro de distancia, son un reflejo más de la gran variedad de plantas y situaciones que encontramos en este paraíso medioambiental que no sólo es un espacio para disfrutar de la naturaleza. Y es que, además de la divulgación y la educación, posiblemente su labor más significativa y palpable sea un gran espacio para la investigación y para la conservación de especies, así como el simulador más real hasta la fecha de la regeneración económica, ambiental y social en cualquier rincón del planeta.
La singularidad y grandeza de este proyecto han propiciado que Eden Project haya establecido relaciones con asociaciones, ONG, instituciones y universidades como World Wildlife Fund, la Universidad de Reading, el Cornwall College, el Real Jardín Botánico de Kew o el Instituto Internacional por el Medio Ambiente y Desarrollo. Además, trabaja dentro de la Agenda 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que lo define como “una misión para promover el entendimiento y la responsable gestión de la relación vital entre las plantas, la gente y los recursos, que nos lleve a todos hacia un futuro sostenible.” Tal y como declaraba hace un año Tim Smit, el visionario auténtico y creador, este proyecto “es una manera de recuperar aquella sensación de asombro que debió de embargar a Livingstone ante las cataratas Victoria”.
Creación de microclimas singulares
La construcción del Proyecto Edén fue un proceso largo y complicado en el que intervinieron cientos de profesionales. Su magnitud y su objetivo a cumplir implicaba que absolutamente todo estuviera medido al detalle. La construcción fue llevada a cabo por Nicholas Grimshaw, socio del estudio de arquitectos Grimshaw & Partners y elegido para esta gran empresa debido a su experiencia en la creación del gran techo de vidrio de la Terminal Internacional Waterloo, de Londres. Porque, ante todo, para cumplir los objetivos de Tim Smit, Eden Project debía mirar al cielo, puesto que las condiciones que allí querían reproducirse únicamente podrían darse generando una serie de invernaderos perfectos.
Las obras de Eden Project comenzaron en 1996 y terminaron a finales de 2000, abriendo en marzo de 2001. Para realizar los invernaderos y buscando la manera más eficaz de contener los distintos microclimas, Nicholas Grimshaw se inspiró en las formas orgánicas de las cúpulas geodésicas patentadas en 1954 por el arquitecto norteamericano Buckminster Fuller, y que gracias a su forma geométrica permitían englobar el máximo volumen en la mínima superficie posible. Las grandes cúpulas son estructuras semiesféricas hechas con tubos galvanizados y láminas termoplásticas hexagonales, libres de apoyos internos. Esto y su altura permiten que dentro de cada cúpula puedan colocarse distintas alturas y pasarelas, así el visitante puede observar el fascinante espectáculo vegetal tanto a ras de suelo como a vista de pájaro.
Dentro de estos invernaderos en los que se aprovecha todo el espacio se pueden controlar de forma casi milimétrica las condiciones de temperatura y humedad, de tal forma que se pueden reproducir los distintos biomas de la Tierra, también conocidos como paisajes climáticos, y que no son otra cosa que un conjunto de ecosistemas que comparten un clima, una flora y una fauna determinadas. La ubicación de cada bioma dentro del complejo Eden Project se estableció gracias a una técnica que permitía saber en qué punto obtendría mayor ganancia de luz solar cada estructura. De igual forma, se estudiaron las condiciones que cada parte del terreno y su capacidad para conservar el calor, y se incorporaron paneles paneles EFTE para regular la temperatura diaria y permitir que se siguiera radiando calor por la noche con una inversión mínima en energía. Hasta la fecha, estos son los domos geodésicos más grandes construidos en el mundo.
El más llamativo de todos los invernaderos es el Bioma Selva, que alberga la jungla artificial más grande del mundo. Abarca un total de 156 hectáreas, mide 55 metros de alto, 100 de ancho y 200 de largo. Un conjunto de cascadas ayuda a ambientar, a reciclar el agua y, sobre todo, a mantener la humedad ambiental, algo que se consigue con creces con un sistema de irrigación por tubos que hay en el suelo. Las características permiten que, además de la selva tropical, este invernadero esté plagado de especies tropicales como los plátanos, el café, el caucho o el bambú.
Bioma tropical. Imagen: BevDickinson
Bioma mediterráneo
El segundo bioma, el mediterráneo, está compuesto por dos cúpulas en las que se reproducen características de ambientes cálidos y templados áridos. Simula las condiciones de zonas comprendidas entre los 30 y los 40º de latitud. En total, este bioma abarca algo menos de 70 hectáreas y tiene una altura de 35 metros, una anchura de 65 y 135 metros de largo. Las especies que podemos encontrar aquí son de lo más variado, desde las viñas y los olivos típicos de nuestro país a plantas autóctonas de Sudáfrica o California. El tercer bioma es exterior y se exhibe en los jardines que rodean a las distintas cúpulas geodésicas, reproduce plantas típicas del Reino Unido y en él podemos ver té, lavanda, lúpulo o cáñamo.
Excursión en el paraíso
Además de las cúpulas geodésicas y los jardines, el Proyecto Edén se completa con distintas zonas de paso, un gran vestíbulo ubicado estratégicamente en el punto más alto del terreno conocido como “Centro del visitante” y que sirve como nexo de unión entre los distintos biomas, un edificio de exposición, y distintas aulas y salas de proyección, y el edificio “Core”, construido con fines educativos con láminas de madera y que se inspira en el crecimiento de las plantas.
Edificio Core
A pesar de rehuir del término “parque temático”, lo cierto es que el Proyecto Edén es un lugar donde pasear y pasar un tranquilo día en familia. Además de los propios invernaderos, allí se celebran continuamente actividades educativas, musicales y artísticas que dan al complejo un toque lúdico y festivo. Entre las actividades más demandadas por los visitantes está Walkway, una pasarela con diferentes alturas y plataformas que permite observar la interacción de las culturas indígenas con la selva, y Skywire, una tirolina de 660 metros de longitud que permite sobrevolar la cantera y la biosfera mediterránea.
El Proyecto Edén se construyó siguiendo parámetros ecológicos y sostenibles desde el minuto cero, y en él se aplican técnicas de gestión ecológica de la energía. Además de la elaboración de abono mediante el compostaje y de la recuperación de las aguas de las lluvias, la materia vegetal proporciona más de la mitad de la base de carga de la calefacción. Por otra parte, la humedad de los biomas es ayudada por sprays de niebla bajo los árboles y por la cascada, que contribuye a humedecer el bioma gracias al movimiento del aire.
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