Ecología a la orilla del mar
Nuestros queridos chiringuitos de playa han sido motivo de polémica por la Ley de Costas pero, ¿pueden además suponer un problema ecológico relacionado con la producción de residuos o el consumo energético? Algunos de ellos tratan de demostrar que no, y que podemos ser ecológicos también en vacaciones, y la Fundación Biodiversidad les premia.
El año pasado el Ministerio de Agricultura premió seis chiringuitos que cumplían con una serie de objetivos para ser más ecológicos y sostenibles, se trata de los Premios Chiringuitos Responsables, de la Fundación Biodiversidad. Este concurso se convocó en el marco de las actividades de Conservación de la Costa de la Fundación, para impulsar el desarrollo sostenible de actividades económicas y turísticas en el litoral. Unos Premios que tenían como objetivo reconocer las mejores iniciativas ambientales que hayan realizado o vayan a realizar los establecimientos hosteleros a pie de playa y sus asociaciones para mejorar su relación con el entorno y la biodiversidad, y que se repiten este año.
Si repasamos las iniciativas de los locales para que conseguir minimizar su impacto en el entorno encontraremos vasos biodegradables, reparto de ceniceros, reciclaje de latas de aluminio, control del consumo de agua, mobiliario reciclado o de materiales sostenibles, placas solares, miniaerogeneradores, iluminación con LED, e incluso consumo de productos locales, alquiler de bicicletas y completar el servicio hostelero con información sobre lugares de interés natural. Y es que hay que tener en cuenta que son establecimientos con un elevado consumo energético y producción de basuras en verano por su gran actividad pero que, pasados estos meses, permanecen completamente inactivos hasta la temporada siguiente. Así pues, promover medidas respetuosas con el medio ambiente puede llevar a reducir los problemas que generan, pues son espacios muy arraigados a la cultura de playa y un sector potente en la generación de empleos de temporada.
Además de las medidas que nos pueden parecer más eco “lógicas”, un local Del Prat, que se llevó el primer premio en 2012, cuenta también con una propuesta responsable, ya que calculan su huella ecológica sumando sus emisiones, las de sus proveedores, e incluso las de los medios de transporte que llegan hasta la playa, además de su consumo de elementos de usar y tirar, y la compensan plantando árboles ellos mismos y en colaboración con otros. ¿Más iniciativas? Dar refrescos a cambios de vasos llenos de colillas para mantener limpia la playa, y compostar toda la basura orgánica. Incluso el tercer premiado, valenciano, protegió las dunas del paso de sus clientes. Buenas ideas a las que hay que dar valor para que esta iniciativa no se quede en algo pasajero sino que suponga el inicio de una tendencia que todos los propietarios quieran seguir.
Segunda edición de los premios
Los galardones para los locales más sensibilizados con su entorno costero surgieron dentro de las actuaciones de conservación de costas de la Fundación Biodiversidad, y este año se celebra la segunda edición. El proceso es muy sencillo, como primer paso hay que adherirse a un decálogo de buenas prácticas que se ha desarrollado y que hay que comprometerse a cumplir, y a continuación ya se pueden presentar las ideas o iniciativas para nuestro local y así optar a los premios.
El chiringuito Nahubeach en Cadiz ha construido una cabaña para avistar aves marinas con paneles informativos y reutiliza materiales encontrados en la playa como parte de su decoración, entre otras iniciativas ecológicas
Esta primera semana de julio son ya 527 los establecimientos con el sello “Soy un chiringuito responsables”, y 56 son de la Comunidad Valenciana. Encontrar nuestro preferido en esa lista nos convierte en consumidores de un espacio comprometido con la conservación de su entorno, ya que en el decálogo de buenas prácticas se contempla la colocación de un punto de información y sensibilización ciudadana sobre el valor del ecosistema costero, fomentar la comercialización de productos con criterios ambientales (locales y con envases ecológicos) y actuar como agentes dinamizadores para la defensa del dominio público marítimo-terrestre.
Además, también hay que limpiar y conservar el entorno de la playa en la que está el chiringuito, proveer de contenedores selectivos de reciclaje de basuras, tanto para los clientes como para el resto de público, y adoptar criterios de mantenimiento sostenibles, relacionados con los materiales, la integración del local en el entorno, y la minimización del consumo de agua, gas y electricidad, priorizando siempre las renovables. Por último, los chiringuitos responsables deben colaborar en el mantenimiento y buen estado de las playas en cuanto al control y la prevención de vertidos, contaminación, incendios, etc. El plazo de inscripción al concurso acaba de abrirse y hay de plazo hasta el 15 de septiembre.
Una Fundación para el medio ambiente
La Fundación Biodiversidad nació el 1998 para contribuir a la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, con el tiempo ha evolucionado en función de los nuevos retos ambientales y las políticas internacionales. Así pues, ahora trabaja para que el patrimonio natural sea conservado en pro de la generación de empleo, riqueza y bienestar en el conjunto de la sociedad.
Además, hace hincapié en los los parques nacionales y a otros espacios de singular valor natural, y también aplica un enfoque integral a la gestión sostenible de los recursos naturales y la generación de riqueza en las zonas rurales. En este sentido abre vías de diálogo entre todos los sectores implicados y promueve, mediante proyectos innovadores, nuevas formas de hacer, de participar y de avanzar en la sostenibilidad de nuestro modelo de desarrollo.
Sus líneas de actuación están centradas en la biodiversidad terrestre, marina y litoral, el cambio climático, la calidad ambiental, la economía y empleos verdes y las relaciones internacionales.