Biocultura 2015
Biocultura, la feria de productos ecológicos y consumo responsable, llega otro año en la Feria de Muestras de Valencia y Espores estuvo allí para disfrutar del evento. Esta vez, Ángela Garnes es la espía.
El 27 de Febrero dio inicio en el Pabellón 8 de la Feria de Valencia la VI edició de BioCultura, la feria de productos ecológicos y consumo responsable. El leitmotiv de este año en BioCultura es el cambio. En una sociedad como la nuestra, donde los acontecimientos se suceden, la manipulación y el desconcierto se palpan a partes iguales. Y es que los cambios en el mundo de la tecnología, el mundo político ya la sociedad en general nos muestran dos caras de una misma moneda: la esperanza de un mundo mejor, más consciente y democrático o la toxicidad de una sociedad llena de cosas que no necesita, de abuso del que menos tiene y de manipulación.
Más que una feria
Entonces, ¿hacia dónde queremos ir? BioCultura se perfila como un espacio de encuentro que quiere mirar esa cara de la moneda que mira el futuro con optimismo desde la concienciación de la sociedad. Se hace falta que sea responsable de sí mismo, del mundo en que vive y de las relaciones con los demás porque para BioCultura tomar las riendas de nuestras vidas conlleva hacerse responsable de todo, como una de las formas más bellas de democracia que hay.
Biocultura 2015. Imagen del Facebook de Biocultura
No sólo es una feria, es un lugar de encuentro y de ocio donde comprender mejor todo lo que supone el consumo responsable: podemos aprender de agricultores, artesanos y comerciantes responsables con el medio ambiente y la salud de los consumidores, gente que lucha de forma humilde por su negocio porque cree en lo que supone su trabajo hacia la sociedad. Por eso, son innumerables los stands donde disfrutar de productos ecológicos como la tienda de verduras que encontramos al entrar en el Pabellón 8 y que nos da la bienvenida a un mundo de sentidos, olores y colores mediterráneos que nos atrapan y que hacen que nos enamoramos una vez más del lugar en que vivimos.
Productos que nos abren el apetito
Empezamos la vuelta por la feria y de repente, los olores a queso nos embriagan de una forma impresionante y la oportunidad de probarlos nos muestra sabores más fuertes, más ligeros, especiados … sabores para todos los gustos pero de la tierra. Lo mismo ocurre con las sobrasadas que encontramos presentadas sobre pequeñas rebanadas de pan tostado y que, inevitablemente, nos transportan a la isla de las mil caras. Unos stands hacia la derecha encontramos maestros horchateros valencianos, en concreto de Alboraya, que nos deleitan con catas de horchatas procedentes de chufas de cultivo propio, helados ecológicos, granizados … un placer tan genuinamente valenciano que se agradece ahora que llega el calorcito fallero.
Imagen de Àngela Garnes
Imagen de Àngela Garnes
Sin embargo, nada tan genuino como el pan y el aceite de comarcas valencianas: el arte de crear pan para Artespiga con pan ecológico y postres de autor y Mozaira con aceite obtenido de aceitunas seleccionadas de las variedades Serrana y Villalonga de la Comarca de la Serranía Valenciana nos recuerdan que, para hacerse un aperitivo exquisito no necesitan de ingredientes exóticos, porque a veces menos es más. Y es que, paseando por la feria vamos saboreando, olfateando y observando tantos sabores, olores, colores de la tierra que en frente de los productos del horno Artespiga y precisamente allí, tan cerca de Burjassot que no puedo más que recordar al hijo del panadero que hacía versos, aquel poeta de tantas y tantas maravillas:
Res no m’agrada tant
com enramar-me d’oli cru
el pimentó torrat, tallat, tallat en tires.
Conte llavors, distret, raone amb l’oli cru, amb
els productes de la terra.
M’agrada molt el pimentó torrat,
més no massa torrat, que el desgracia,
sinó amb aquella carn molla que té
en llevar-li la crosta socarrada.
L’expose dins el plat en tongades incitants,
l’enrame d’oli cru amb un pessic de sal
i suque molt de pa,
com fan els pobres,
en l’oli, que té sal i ha pres una sabor del
pimentó torrat.
Després, en un pessic
del dit gros i el dit índex, amb un tros de pa,
agafe un tros de pimentó, l’enlaire àvidament,
eucarísticament,
me’l mire en l’aire.
de vegades arribe a l’èxtasi, a l’orgasme.
Cloc els ulls i me’l fot.
Vicent Andrés Estellés
Si los sentidos ya estaban bien despiertos después de poco más de 20 minutos a la feria, el ingenio y la imaginación se sumaron a esta fiesta. Encontramos que mucha gente lleva una caja de la que salen setas ; se trata de una especie de test de cartón en el que se lee kit de autocultivo de setas y nos dirigimos en el stand de Esporas donde nos ofrecen la posibilidad de disfrutar de deliciosas setas autocultivadas en sólo 10 días, un producto que indican con ingenio apto para niños de 0 a 100 años. Justo, damos media vuelta y encontramos el stand de infusiones y tés de YogiTea donde un hombre muy amable nos invita a probar tanto los calientes como los helados y por un momento sentimos que ya no estamos en la feria, ni siquiera en Valencia…
Imagen de www.esporas.co
Los sabores nos llevan lejos y nuestras piernas empiezan a caminar sin previo aviso sin saber hacia dónde y aún con esa sensación de bienestar que el vaso de té en la mano proporciona. De repente, un cocinero nos ofrece un menú inmejorable: pincho de tortilla de patatas con sobrasada, queso, tomate y calabacín con ¡una cerveza de horchata! ¿Quién puede decirle que no a semejante petición? A estas alturas sólo podemos sentarnos en una especie de comedor que BioCultura facilita en una esquina del pabellón y disfrutar del espectáculo de sabores ecológicos que este pincho nos garantiza. ¡Qué bueno!
Biocultura también pedagógica
Todos sabores que BioCultura ofrece son una pequeña muestra de lo que esta feria proporciona y es que las charlas, talleres y demostraciones son un constante en la feria. El ocio ecológico es uno de los objetivos que se proponen y este arraiga desde un estilo de vida que empieza desde muy pequeños. Esta idea se complementa perfectamente con asociaciones y proyectos como BiciHuertos, Cuina Natural, l’Hort del Carmen la asociación Sembra en Saó entre otros. Y es que la idea de cultivar tu propio huerto se perfila con fuerza en la feria con la posibilidad de asesoramiento, venta de semillas o la alternativa de compartir esta experiencia en forma de voluntariado. En este sentido, Xavi Bonet coordinador de Mama Terra presentó la charla Potencial Pedagógico de los huertos escolares a cargo de Montse Escutia, responsable de formación de Asociació Vida Sana y de Paco Morcillo en representación de Siembra en Saó.
Una vivencia bastante recomendable para maestros y padres que todavía tengan dudas sobre los beneficios que conlleva llevar a cabo una experiencia de este tipo en las escuelas. El papel que Mama Tierra toma en BioCultura es fundamental y es que el Festival Ecológico de la Infancia ofrece la posibilidad de que los centros escolares y público general disfrutan de talleres como el huerto escolar ecológico, el juego de la bioca: de col col avanza el caracol, el taller de confección de un huerto vertical con materiales reciclados, entre otros.
De vuelta a los stands nos adentramos en las profundidades del pabellón de BioCultura para llegar a los productos artesanales como instrumentos de madera, lámparas de sal del Himalaya, piedras con propiedades naturales, incienso, stands de aromaterapia, cosméticos y medicina natural … pero lo que sin duda llama la atención de pequeños y grandes es la construcción de un Domos de Madera y Paja, un proyecto impresionante procedente de Guadalajara. Domo arquitectura significa cúpula y geodesia diversión geográfica de la tierra; se trata de una construcción alternativa que se caracteriza por una gran ligereza, resistencia y versatilidad. Frecuentemente los domos se utilizan como casa de jardín, cabaña, invernadero, ludoteca, sauna, museo …
Construcción de un refugio domo. Imagen de Ángela Garnes
BioCultura es mucho más que una feria, es la oportunidad para disfrutar de una forma de vida sostenible, ecológica y respetuosa con la tierra, con la sociedad y en definitiva con nosotros mismos. Una experiècia que tendremos que repetir año tras año porque necesitamos un mundo más sostenible.