Plantas contadas
Si hay algo mejor que contar un cuento, hojear ilustraciones, descubrir texturas, colores, frases mágicas y personajes encantadores, sumergirse en el encanto de los libros infantiles que, por desgracia, pierden algunos libros cuando migran a la sección de literatura para adultos, es que estos cuentos traten sobre plantas. En la Revista Espores sabemos que sois adictos a la naturaleza y a todo lo que tiene que ver con ella, por eso os vamos a preparar una selección de los libros ilustrados que nos seducen desde las estanterías. Y sí, también sabemos que no podremos clasificarlos como infantiles, porque los compraréis para los más peques de la casa y acabaréis disfrutándolos todos por igual. Empezamos la serie ‘Plantas contadas’.
El verano nos regala tiempo, que es un gran regalo. Lo podemos usar de muchas formas, pero seguro que una magnífica es dedicarlo a los libros. Os recomendamos aquí tres ejemplares con los que descubriréis muchísimas plantas, os animaréis a ser más creativos, y os sumergiréis en una historia increíble que os dejará con ganas de más. Y todo con un valor añadido, son tres libros tan bonitos que engalanarán cualquier lugar donde, intencionadamente o no, los acabéis dejando.
Herbario
Este es un libro para pasarse horas hojeando, mirando, contemplando, lleno de colores, lleno de ilustraciones y, eso sí, con muchos nombres. Es como si la autora hubiera cogido un listado larguísimo de plantas y se hubiera puesto a clasificarlas en función de su hábitat, adaptación, utilidad, colores, etc. Sin un criterio claro, que, todo sea dicho de paso, tampoco creo que sea necesario, dibuja y enumera plantas que agrupa en diferentes secciones.
Así vamos paseando entre las plantas rocosas, ornamentales, trepadoras, tropicales, rojas, azules, oscuras, venenosas, aromáticas, estrelladas, hortelanas, viajeras, y hasta 51 categorías en total. Algunas de mis preferidas son las enamoradas del agua, con nenúfares, juncos y calas; las purificadores, con las plantas que adornan los patios interiores; las frutas para morder; las híbridas, donde se explican cruzamientos como el de la rosa “La France”; las emblemáticas, con especies típicas de algunos países, y las plantas mágicas, con breves historias y leyendas.
Sin darnos cuenta recibiremos una lluvia de información botánica y nos perderemos entre nombres, conceptos y paisajes, eligiendo de cada página aquel rincón o detalle que más nos guste. Además, hay cinco páginas sobre las hojas y sus formas. Sin embargo, es cierto que no puedo evitar echar de menos los nombres científicos. Nada hubiera costado completar los nombres comunes con el género y la especie de la planta, le hubiera dado un valor añadido al volumen, y las ilustraciones son tan espaciosas que no hubiera afectado a la maquetación.
Al final del libro encontramos un índice muy útil con todas las plantas ordenadas alfabéticamente y también con lo que la autora denomina como “las familias”, que en realidad son las secciones en las que ella ha clasificado a las protagonistas de la obra. El cacao, el Jacinto de agua, el madroño, el perejil o la estevia no nos costarán nada de encontrar, y acabaremos haciendo listados mentales de las numerosas plantas que vayamos descubriendo.
Hola Natura
La primera hoja de este magnífico cuaderno premiado con el World Illustration nos trae una cita de la científica y ecóloga Rachel Carson: “[…] estés donde estés y sean cuales sean tus recursos, siempre puedes levantar la vista y contemplar la belleza del amanecer y del crepúsculo, las nubes desplazándose, las estrellas por la noche. […] Reflexionar sobre el misterio de una semilla en crecimiento […] plantada en una maceta en la ventana de la cocina”. Sería un magnífico resumen del libro, un manual para levantar la vista y contemplar nuestro entorno, ser consciente, pero serlo de una forma activa, dibujando, escribiendo y pintado todo aquello que descubrimos.
Los primeros ejercicios que nos propone la autora son sobre la Tierra, el Sol y la Luna, para pasar a continuación a las estaciones. Este libro podemos empezarlo cuando queramos, sólo hace falta que vayamos a la estación en la que nos encontramos y que nos dispongamos a disfrutar de cada trabajo o ficha naturalista que tenemos que completar. No, perdonad, estos términos, trabajo, ficha, no transmiten el ocio y la diversión que se respira al abrir el cuaderno. Lo volveré a intentar. ¿Cómo era? … Sólo hace falta que vayamos a la estación en la que nos encontramos y que nos dispongamos a disfrutar de cada aventura o creación que tenemos que realizar. Ahora sí.
A pesar de que el libro se centra tanto en animales como en plantas u otros tipos de elementos que podemos encontrar en la naturaleza, aquí os hablaré de su vertiente más botánica. El verano lo dedicaremos a la anatomía de la hoja y de la flor, y tendremos que llenar nuestras bolsas de todas las que encontramos en el suelo, también a los anillos de crecimiento, la corteza del árbol, los restos vegetales de la playa, las margaritas u otros tipos de flores, los dientes de león y los helechos. Dibujar, trazar, pintar, recoger, inventar, cada hoja se convertirá en nuestra propia obra de arte y nos obligará a estar en contacto con la naturaleza y a disfrutar del aire libre. ¡Si todas las obligaciones fueran así!
El otoño, el invierno y la primavera también tienen secciones igual de completas que, en cada caso, nos hacen fijar la atención en las características más destacables de cada estación. Además, el cuaderno propone divertidos experimentos aprovechando algunos temas que trata. Si nos animamos, podremos crear nuestro herbario, hacer muñecos de cabellos largos con berros, cultivar un árbol de aguacate, hacer un silbato con hierba, perfume con pétalos de rosa, cultivar helechos en un bote de cristal, hacer calcos con hojas de árbol y abrir un restaurante para gorriones. Nos faltará tiempo para hacerlo todo, así que una buena idea es compartir la publicación y repartir las actividades entre toda la familia o con los amigos y amigas.
El herbario de las hadas
1914, San Petersburgo. El agrónomo Aleksandr Bodganovitch prepara las maletas para el que será el viaje de su vida. Piensa adentrarse en el bosque de Brocelandie, en la Bretaña francesa, a buscar plantas para elaborar un elixir de la inmortalidad para Rasputín. Tendrá que dejar en casa su mujer y su hija y dedicarse durante un tiempo a las investigaciones que desarrolla para el Gabinete de Ciencias Ocultas, junto a otros eminentes científicos.
La región en la que empieza su aventura cuenta con habitantes que superan de largo la esperanza de vida para la Europa de la época, y las plantas parecen contar con elevadas concentraciones de principios activos. Aleksandr sueña con la posibilidad de que la botánica le ofrezca la oportunidad de acercarse a la formulación de una poción de la eterna juventud. Ramas, frutos, flores, raíces, está decidido a que nada le pase desapercibido. Así, sus estudios e hipótesis se centran en las plantas, pero lo que descubrirá se aleja mucho delo que había imaginado.
Las investigaciones lo conducirán a un hallazgo inesperado, parece como si cada planta del bosque contara con seres asociados a ella. Una suerte de simbiosis perfecta entre las especies vegetales y unos seres que podrían parecer insectos pero que se acaba descubriendo que son vertebrados y que, además, están dotados de reflejos y de instintos. ¿Nos encontramos ante un auténtico mundo de hadas? El botánico mantiene contacto con el resto del mundo a través de las cartas que intercambia con su familia, otros científicos y el propio Rasputín, mientras por otro lado se sumerge más y más en un bosque que esconde pruebas de una magia inimaginable que él trata de dotar de contenido científico con experimentos, disecciones , descripciones y análisis. Nos toparemos, además, con el paso lógico del protagonista desde la visión investigadora a la necesidad imperiosa de conservación de las nuevas especies.
Las maravillosas ilustraciones del libro, la edición, los cambios de papeles y texturas completan esta historia seductora donde ciencia y leyenda se mezclan y nos conducen por un misterio que cualquier amante de las plantas y la aventura querría encontrarse y tener la oportunidad de desvelar. Entre tanto, nombres científicos, pliegues de herbario, términos botánicos y más elementos que convierten este cuento en un álbum de lujo con el que pasar unas horas deliciosas.
Bibliografia
Adrienne Barman (2018). Herbario. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Libros del Zorro Rojo. 200 pàg. Nina Chakrabarti (2017). Hola Natura. Siembra, crea, dibuja y colorea. Coco Books. 212 pàg. Benjamine Lacombe, Sébastien Pérez (2011). El herbario de las hadas. Edelvives. 66 pàg.