Todo sobre los abonos
Manuel Soler, el jardinero-bloguero del Jardí Botànic de la Universitat de València, vuelve con consejos útiles para nuestros jardines. Esta vez, nos introduce en el mundo de los abonos: tipos, procedencia y utilidad. ¡No sólo existe el compost!
Entrado el mes de enero, las temperaturas llegan a valores mínimos pero las horas de luz solar empiezan a aumentar y por eso, algunas plantas que estaban adormecidas, despiertan y se preparan para las primeras floraciones de febrero. Si quieres cuidar de tu jardín o mejorarlo, recuerda que en Espores siguen disponibles los artículos mensuales sobre jardinería. Haz clic para acceder al Jardín en enero.
Abonando, ¿y qué?
Las necesidades mineralógicas de las plantas se basan en doce elementos y cada uno de ellos tiene una función. Un suelo normal debe contenerlos todos en equilibrio y disponibles para las plantas pero cuando es necesario reponerlos es cuando nos enfrentamos a la tarea de abonar. Si un suelo cumple estas características hablaremos de un suelo fértil.
Material necesario para abonar
Se puede abonar en cualquier época del año, aunque es el otoño la más adecuada ya que desde principios de septiembre hasta mediados de octubre las condiciones climáticas acostumbran a ser mejores. Durante la primavera, corremos el riesgo de la proliferación de malas hierbas y en verano que sea demasiado caluroso.
Es necesaria la adición de nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, azufre y calcio (como nutrientes principales) y hierro, manganeso, cobre, boro, zinc y molibdeno. Estos últimos rara vez necesitan ser repuestos, porque como las plantas los emplean en cantidades ínfimas, las reservas suelen ser siempre suficientes. Para reponer dichos elementos se pueden utilizar abonos orgánicos o abonos inorgánicos de los que hablamos ahora con más detenimiento.
Abonos orgánicos
Estiércol, compost, turba, estiércol granulado en sacos, harina de sangre, harina de huesos y alguno más, no producen tantos nutrientes, pero mejoran el suelo al transformarse en humus: que hace al suelo más esponjoso, agregado, favorece la vida microbiana y es imprescindible para tener un suelo sano y fértil con una estructura migajosa.
Cuadro resumen: tipos de abonos orgánicos
El uso regular de material orgánico es de vital importancia para su jardín: en cultivos que no crecen con mucha fuerza, es suficiente mezclar o cubrir el suelo con abonos orgánicos compuestos de materias muertas o de deshecho que se someten a un fermentado.
¿Qué tipo de abonos orgánicos existen? Según su procedencia, los abonos orgánicos se clasifican en: abono de procedencia animal como estiércoles formados por deyecciones sólidas o líquidas de animales de cuadra o granja, mezclados con los elementos de su propia cama (caballos, vacas, ovejas, cabras, gallinas…).
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Abono de procedencia vegetal, elaborado con restos vegetales como mantillo de hojas, producido por la descomposición de estas o abono verde, que consiste en el enterramiento de un cultivo. Las turbas son restos de vegetales parcialmente descompuestos en yacimientos pantanosos (Turba negra pH 5,-7, rica en N y Ca, y Turba rubia, pH 3-5, pobre en nutrientes).
Los abonos mixtos son una mezcla de abonos animales y vegetales: mantillo y compost o una mezcla de abonos minerales y orgánicos fabricados con abonos minerales de síntesis y materia orgánica o complejos húmicos.
¿Para qué usar abono orgánico? Aportar fertilidad potencial al suelo, mejorar su textura aumentando su aireación, aumentar la capacidad de retención del agua y estimular las actividades beneficiosas de organismos como bacterias, hongo y lombrices.
Abonos inorgánicos, minerales o fertilizantes químicos
Se extraen principalmente de minas y se utilizan en agricultura. Sólo contienen minerales, no mejoran el suelo. En primavera esparce un poco de abono nutritivo completo. En verano se abonan adicionalmente las plantas de crecimiento vigoroso. En otoño se sigue fertilizando para la segunda primavera. En invierno se hace un abonado orgánico general en todo el jardín.
Cuadro resumen 1: tipos de abono inorgánicos
Lo ideal es combinar abonos orgánicos y abonos minerales por lo que puedes hacer compost casero con un pequeño silo de compost. Ten en cuenta que casi todos los residuos del jardín y los residuos de la cocina se pueden convertir en compost.
Cuadro resumen 2: tipos de abonados inorgánicos
¿Qué tipos hay? Son productos químicos preparados o fabricados a partir de minerales, en polvo o granulados, pueden ser, según su composición, simples, si sólo contienen uno de los elementos fundamentales: nitrógeno (N), fósforo (P) o potasio (K), o abonos compuestos, aquellos en los que predominan dos o más de los elementos que entran en su composición. También existen los abonos complejos que proceden de síntesis químicas y cada partícula contiene los tres elementos principales en la proporción y las condiciones deseadas.
¿Qué debe poner en la etiqueta del abono? Riqueza garantizada en nitrógeno, fósforo, potasio y otros elementos. En productos de uso general, los tres elementos principales son representados por tres cifras encadenadas que indican su proporción en el compuesto. Así, un abono que presente, por ejemplo, la indicación “15-15-15” contendrá proporciones iguales de nitrógeno, fósforo y potasio.
Si incorpora el nitrógeno en las dos formas, nítrica y amoniacal, que aseguran la asimilación inmediata y un efecto más duradero de este elemento. Las fórmulas de los compuestos bajo las cuales se presentan los otros elementos esenciales, fósforo y potasio, y también el calcio. También las dosificaciones adecuadas a los distintos usos del producto, detalles de su procedencia y advertencias para su manipulación.
¿Cómo elegir abono?
Por supuesto, no todas las plantas tienen las mismas necesidades, por lo que, a la hora de abonar, habría que diferenciar por lo menos, los siguientes grupos: praderas, plantas de flor, árboles y arbustos, plantas de follaje pequeñas. Para las plantas de interior hay una variada gama de productos, líquidos y sólidos para cubrir las necesidades nutricionales de estos vegetales domésticos. Los abonos líquidos se mezclan con el agua del riego, en las proporciones indicadas por el fabricante administrándolos cada 15 días durante los meses de mayor actividad de las plantas, que, en general, comprende el período que va de marzo a octubre.
Entre dichos abonos líquidos hay que distinguir los que son indicados para plantas de hoja de aquellos otros que lo son para plantas de flor, circunstancia ésta que viene bien especificada en la etiqueta. Existen abonos líquidos de procedencia totalmente orgánica.
Palitos, barritas, pastillas y granulados son algunas de las formas más comunes de abonos sólidos que suelen utilizarse, insertándolos o colocándolos directamente sobre el sustrato, en nuestras plantas domésticas. También para interior están a la venta abonos granulados de liberación lenta, los cuales tienen un efecto que se prolonga durante varios meses. Y hasta aquí los consejos sobre abonado. Esperamos que hayáis aprendido mucho y que se note en vuestras plantas. Sé la envidia del vecindario con tu vigoroso jardín.