Qué hacer en nuestro jardín a finales de invierno
Se avecina el buen tiempo, pero antes os mostramos las últimas tareas que hay que llevar a cabo en el jardín aprovechando el letargo de plantas e insectos. Es tiempo de podar rosales, de acondicionar el suelo, de planificar la nueva temporada y de sustituir las bajas del invierno por nuevos ejemplares ¡Nos lo cuenta Guía de Jardín!
Aunque todavía queda algo más de un mes, se nota que la primavera ya se acerca. Muchos arbustos del jardín ya están rebrotando, sus pequeñas hojas nuevas nos dan ánimos para hacer un último esfuerzo y preparar la llegada de una nueva temporada cálida. Aquí, en la zona mediterránea, la primavera suele ser madrugadora, pronto estaremos disfrutando de un jardín verde y lleno de flores. Hoy queremos contaros los últimos preparativos y las labores que hacemos entre finales de febrero y principios de marzo, cuando ya no hay riesgo de heladas que puedan sorprendernos.
Nuestros rosales recién podados. Imagen: Guía de Jardín
¡A Podar!
Estos días hacemos una última poda para rejuvenecer y dar forma a los arbustos y plantas trepadoras. En nuestra opinión es el mejor momento para podar los rosales, y es que las yemas comienzan a hincharse y podrán servirnos de guía para saber por dónde cortar. Eliminaremos todas las ramas muertas, las que se cruzan por el interior de la planta y los chupones. Conservaremos las ramas exteriores más vigorosas, cortando a la altura que más convenga para dejar entre tres y cinco yemas en cada una.
Poda del rosal, corte al bies por encima de una yema. Imagen: Guía de Jardín
También podamos ahora la glicinia, una preciosa planta trepadora que florece en primavera. En la glicinia también se nota ya que las yemas se engrosan, pero son muy delicadas y pueden malograrse con facilidad, por lo que hay que ser muy cuidadosos a la hora de manipular las ramas. El corte lo haremos dejando en cada extremo dos o tres nudos. Cada nudo suele tener dos o tres yemas y todas son futuras flores.
Nudos en las ramas desnudas de la glicinia. Imagen: Guía de Jardín
Otros arbustos de nuestro jardín que también recortamos ahora son los setos, el jazmín y las lantanas. La idea es darles forma y contener su crecimiento, ya que nuestro jardín es pequeño y no podemos permitir que crezcan demasiado.
Plantar rosales y frutales a raíz desnuda
Hay plantas que se pueden adquirir durante el invierno a raíz desnuda, como son los rosales y algunos árboles frutales. Son especies que se comercializan con las raíces limpias de tierra, una práctica muy eficaz que permite ofrecer las mismas plantas a precios mucho más económicos. Así que, si tienes previsto aprovechar este tipo de compra, no lo pienses mucho ya que este es el último mes para hacerlo. En cuanto suban un poco más las temperaturas, las plantas despertarán de su periodo de latencia y necesitarán encontrar sustrato entre sus raíces para absorber nutrientes y alimentarse.
El naranjo decora el jardín y nos da riquísimas naranjas en invierno. Imagen: Guía de Jardín
Nosotras no tenemos previsto plantar nada más de momento, pero nuestro naranjo y algunos de nuestros rosales llegaron de este modo a nuestro jardín y el resultado fue estupendo.
Aplicar aceite insecticida a los arbustos caducifolios
Este tipo de aceite lo utilizamos, sobre todo, en los rosales. Es un producto que se aplica sobre las ramas desnudas del arbusto para asfixiar todo tipo de cochinillas, pulgones y ácaros. El aceite actúa también sobre los huevos, larvas e insectos en estado de hibernación y se aplica por tanto en esta época para mitigar los efectos de las plagas cuando vuelva la actividad vegetativa.
El aceite insecticida ayuda a prevenir la aparición de insectos como estas cochinillas. Imagen: Guía de Jardín
Acolchar y abonar
Después de la poda y de haber retirado todo el material muerto del suelo, añadiremos en la base de cada planta una buena cantidad de abono orgánico. También extenderemos una capa generosa sobre el césped. Este abono puede ser a base de estiércol de caballo, oveja, gallina o humus de lombriz, entre otros. Hay muchos y todos son útiles, a nosotras nos va muy bien la mezcla de estiércol de caballo y humus de lombriz. Lo importante de estos abonos es que, además de ser de ecológicos, aportan los nutrientes que las plantas necesitan y mejoran la estructura física del suelo.
Extendiendo una capa de estiercol sobre la hierba. Imagen: Guía de Jardín
Empezar a jardinear y disfrutar con nuestras plantas
Puesto que en nuestra región el clima acompaña, ya llegan los días en que podemos asomarnos al jardín y pasear entre las plantas observando cómo despiertan y cómo llegan los insectos a libar en alguna florecilla que asoma. Esto en sí, no se puede englobar dentro de los trabajos en el jardín, pero esta relación que establecemos con nuestro espacio es la que produce los mejores resultados. Como dice un viejo refrán, “el ojo del amo engorda el caballo”. En nuestro caso, con observación y cuidados diligentes, nuestro jardín lucirá sano y lleno de color la próxima primavera.
Nuestro jardín en primavera. Imagen: Guía de Jardín