El Jardín en noviembre

En este mes solemos notar incluso más humedad que en el anterior, y aunque estamos en otoño, pasó el calor intenso del verano y las plantas disfrutan de una segunda época de crecimiento. Si aumentan las lluvias y hay elevada humedad atmosférica, al unirlo al descenso de horas luz, se reduce la transpiración de las plantas, que se acostumbran gradualmente a la nueva situación.

En este mes podemos sembrar cálendula, prímulas y violas, y también calabacines, lechugas, rábanos, fresas, habas, guisantes, zanahoria y endivias. Podemos aprovechas para hacer semilleros de aquilegia, arabis, aubrietia, dianthus, heuchera, iberis, salvia y pensamiento. Cubriremos las cajoneras con un vidrio o plástico para adelantar la germinación y proteger de las bajas temperaturas a las plántulas, y sembraremos anuales en bandejas como agérato o Cavel de China, para disponer de retoños a punto para ser plantados a finales del invierno.

En cuanto a plantar, nos decantaremos por macizos de Viola tricolor, Bellis perennis, myosotis, ajos y puerros. También árboles de hoja caduca como prunus, populus, acer, lilas y rosales, y arbustos y frutales. Trasplantaremos las plantas bienales, las que tienen cepellón y las procedentes de siembras, con la finalidad de que florezcan cuando suban las temperaturas.

Para nuestros trabajos de multiplicación haremos esquejes, acodos y estacas en arbustos. Las perennes en general las dividiremos sin problemas. Haremos también división de las plantas con rizomas, como los lirios, para después replantarlos, y sus hojas se cortan a la mitad. Limpiaremos y dividiremos las plantas tapizantes de los taludes y terraplenes, y las plantas marginales del estanque se pueden cortar y dividir.

Además plantaremos bulbos con floración primaveral-estival, como los de jacinto, narcisos, tulipanes, crocus y escillas. Los bulbos que florecieron en verano se sacan y se guardan en sitio fresco, seco y protegido, envueltos el papel de periódico, turba o arena. De las dalias se eliminan las partes verdes, y sus tubérculos se sacan y se guardan como los bulbos.

Riego

Se debe reducir en todas las especies, y controlarlo en los céspedes, también además los riegos se van espaciando porque las temperaturas son más frescas y las necesidades de agua son menores. Disminuye o incluso suprime el riego dependiendo de la lluvia.

Cambia los cactus de sitio (si están en maceta) para que no reciban demasiada agua lluvia. Si están en tierra procura que no se formen charcos duraderos. Incluso puedes ponerle un plástico cubriendo la tierra para que no le llegue agua de lluvia.

Tratamientos

Ya se puede incorporar estiércol a los alcorques de los árboles y arbustos. Labrar y abonar el terreno, liberándolo de residuos, abonándolo con un complejo orgánico-mineral con efecto retardado y dejando los terrones desmenuzados parcialmente. Además debemos recoger frutas y hojas caídas para evitar enfermedades e impedir que los insectos las utilicen para invernar.

En rosas pueden aparecer hongos como Oidio, Milidu y Mancha negra, típicos de humedad y temperatura suave, aplicaremos los tratamientos adecuados y recogeremos y quemaremos las hojas enfermas. En los capullos aparecen pulgones y hay que combatirlos antes de que hibernen.

Podemos proteger de los caracoles y babosas a las herbáceas tiernas colocando durante la noche gránulos de cebo o capturándolos a mano o atraídos con un recipiente con cerveza. Y para evitar que los animales se coman la corteza de los árboles, envuelve los troncos con malla metálica o plástica.

Poda

Les toca a los cítricos sin fruto, también podar y plantar las rosas y las variedades que florecen en el año (haciendo los trasplantes en terrenos preparados y abonados con antelación), y los árboles y arbustos caducifolios, especialmente las especies que perdieron las hojas, ya que la poda en esta época es menos arriesgada que a finales de invierno.

Cortaremos sólo las ramas secas y dejaremos la poda más general para el invierno, y también cortaremos los rebrotes de raíz de los rosales y los que aparecen por debajo del punto de injerto, ya que agotan la planta y no dan flores. Recortaremos por debajo las plantas perennes de flor como flox perenne, astilbe, aster, valeriana, Achillea filipendulina, coreopsis y delphinium.

Debemos reducir los cortes en céspedes, y darle mayor altura al corte progresivamente hasta dejarlo a 10 cm. También cortar, dividir y replantar las plantas herbáceas caducifolias, y las que acaban de florecer las cortaremos tan pronto como hayan perdido las hojas, las dividiremos para el aclareo y las replantaremos inmediatamente. Descarguemos los emparrados y podemos a fondo los arbustos trepadores y sarmentosos.

Invernaderos, macetas y plantas de interior

Hay que retirar sombreado si no se realizó el mes anterior, necesitamos más luz. Debemos revisar y poner en marcha la calefacción, ventilar todos los días en horas cálidas, reducir los riegos al mínimo y espaciar las plantas.

Asegúrate de que la temperatura y luminosidad que reciben tus plantas de interior sean las adecuadas para su especie. Además, comenzamos a proteger las plantas delicadas del frío, las que van en macetas se llevan a sitios resguardados o al interior.

Céspedes

Cubriremos con una capa de 2 cm. de mantillo orgánico o turba abonada, para que aumente poco a poco el grosor. A principios del otoño se puede sembrar césped y reparar las zonas dañadas resembrando o bien con tepes. Se recomienda escarificar, es decir arañar el suelo con máquina escarificadora y extraer la materia muerta, después debemos abonar con un fertilizante de acción lenta.

Otras tareas complementarias

Es momento de cavar los alcorques de los árboles y de recolectar las últimas manzanas, peras, naranjas tempranas, limones berna y uvas. Podemos cambiar de maceta las cinerarias, prímulas, cyclamenes y caceolarias, y recalzar todas las plantas. Alrededor del cuello de cada una se debe acumular un poco de tierra para desviar el agua y para que no se produzca podredumbre.

Recordad que no es bueno zarandear los árboles para acelerar la caída de las hojas, provocaremos heridas pequeñas que propician la entrada de enfermedades, y podemos aprovechar las hojas y desechos orgánicos para hacer compost. A finales de mes empezaremos a proteger del frío a los ejemplares más jóvenes y menos resistentes de arbustos con palos y plásticos transparentes.

En cuanto a nuestro refranero popular: “Desde el veinte en adelante, el invierno es ya constante”.