Diciembre en el jardín

Nuestras plantas se están adaptando a la bajada de temperatura y a las pocas horas de luz. Además se preparan para dejar el otoño y afrontar el invierno. Plantar bulbos que florezcan en primavera, disminuir el riego al máximo, y proteger las nuevas plantas están entre las tareas que debemos ya comenzar.

Diciembre suele ser un mes más seco que los meses anteriores de octubre y noviembre, como suele ocurrir en un clima mediterráneo como el que disfrutamos. Estamos a finales de otoño, hay que prepararse para el invierno y disfrutar del momento. Además, nos encontramos en los días más cortos del año y el sol en el punto más bajo en el horizonte, esto provoca a las plantas de nuestro jardín una marcada interrupción vegetativa como adaptación a las inclemencias meteorológicas.

Sembraremos Begonia semperflorens, caléndula, Cineraria marítima, celosía, dianthus, impatiens, lobelia, salvia, verbena y viola. Y también achicoria, fresas, guisantes, zanahorias, calabacines, espinacas, puerros, rábanos y lechugas.

Tiempo de plantar bulbos de primavera

Además plantaremos las últimas bulbosas y bianuales, que dan flor en marzo o abril, con el suelo bien drenado y rico, como narcisos, tulipanes, crocus, jacintos o escillas. Dividiremos las matas de vivaces que pierden la vegetación, aprovechando su poda. Los árboles y arbustos, también los frutales, sobre todo los almendros, y los rosales, los plantaremos a raíz desnuda, ya que el final del otoño es una estupenda época para hacerlo. Y recordad, hay que inspeccionar las raíces antes de plantar y verificar si están sanas, turgentes, y sin manchas ni olores a podrido. Recortaremos las puntas y las magulladas. Plantaremos setos nuevos, sustituyendo los viejos y rellenando los huecos.

Practicaremos esquejes (estacas) y acodos. Podemos hacer semilleros de clavelinas, iberis, pensamientos y verbenas, trasladando las plántulas con más de 4 hojas verdaderas a semilleros más amplios, o al sitio donde serán plantadas definitivamente, y desechando las de menor tamaño.

Riego

Muy moderado, casi nulo, pero copioso a almendros. Las necesidades de agua son menores que meses atrás y los riegos se van espaciando. Reduciremos el agua de los cactus y crasas hasta una vez al mes, y sólo durante las horas de mayor calor. Regaremos moderadamente las plantas de interior, excepto las que están en crecimiento o en floración.

Flor de pascua, muy habitual por navidad en nuestros hogares. Alejar de la calefacción y regar por inmersión cuando se seque el sustrato

Suelo

Abonaremos con estiércoles y mantillo a razón de 10 litros/m2. Un abonado orgánico general del jardín debe hacerse cada año a finales de otoño o invierno. No emplees durante el invierno fertilizantes que contengan nitrógeno porque estimula el crecimiento y las plantas no lo necesitan, están en reposo. Abona las macetas que aún tengan plantas con flor, y en el huerto termina la limpieza de las parcelas incorporando un buen abono orgánico.

En cuanto a cavar, no es muy aconsejable, a menos que la tierra esté muy seca. Acolcharemos el terreno debajo de la copa y se protegerá el tronco con una capa de tierra alrededor. Prepararemos el terreno para las plantaciones, de manera que se pueden realizar las labores preliminares de finales de invierno e inicios de primavera limpiando, abonando y dejando desmenuzada la tierra destinada al relleno de hoyos.

Tratamientos

Todavía es tiempo de sufrir algún ataque de Pulgones o la aparición del Mildiu en los rosales.

Poda

Es buena época para podas en general pero si hay heladas no. Les toca a árboles y arbustos de hoja caduca, menos aquellos que florecen en invierno sobre madera del año anterior: azalea, berberis, camelia, cercis, chaenomeles, cornus, crateagus, cytisus, deutzia, escalonia, forsythia, genista, kerria, kolwitzia, laburnum, magnolia, paeonia, rhododendron, Salix caprea, spartium, syringa, weigelia, y wisteria (estos se podan tras su floración). Nos centraremos sobre todo en aquellos arbustos que florecen en primavera-verano.

Haremos cortes limpios, sin desgarros en la corteza, para prevenir enfermedades y favorecer la cicatrización, que en esta época es más lenta y complicada debido a las bajas temperaturas y la humedad podría penetrar en el interior de los tejidos. Además, las ramas más recientes de árboles tanto viejos como jóvenes no deben podarse muy drásticamente, pues les provoca chupones y cánceres vegetales que los debilitan y reducen su esperanza de vida.

En zonas frías esperaremos a podar los rosales ya que se suele hacer más hacia finales mediados de enero, para evitar las heladas tardías. Pero en nuestra tierra es el momento perfecto para ponernos manos a la obra y así conseguir favorecer una explosión de flores en primavera. Eliminaremos las ramas centrales y las secas o enfermas, dejando 3 ramas principales como armazón en aquellas plantas más débiles, y 4 o 5 ramas en los rosales más vigorosos. Al terminar la poda protegeremos los cortes de más de 5 cm con pasta cicatrizante.

Floración y recolección

Florecen ahora crisantemo, pensamiento, violeta, viburnum, margarita, o Lobelia cardenalis, con los últimos retazos de capuchina, verbena, zinnia, ageratum, anthirrinum e ipomea.  También son muy interesantes por su follaje la Cineraria marítima, con un color gris plateado muy invernal, o coleus con una gran variedad de tonalidades donde elegir.

Aster spp, margaritas

Cineraria maritima, cineraria gris

Coleus blomei

Y es momento de recolectar achicorias sembradas en primavera, debemos colocarlas en lugar oscuro y fresco, tapadas con turba y arena manteniendo esta capa algo húmeda, y tomarán un color blanco-amarillento. También podemos recoger menta, orégano, tomillo, últimas peras y uvas, naranjas tempranas y limones berna.

Invernaderos y plantas de interior

En los invernaderos hay que controlar la calefacción y el ventilado, también la podredumbre gris. Airearemos durante una a tres horas, al mediodía. Para las plantas de interior, las trasladaremos a sitios con más luz, reduce los riegos y la fertilización. Recogeremos con frecuencia las hojas caídas, así como las flores marchitas.

Otras tareas complementarias

Las nuevas plantas tienen que aclimatarse a su nueva situación, así que hay que proteger las plantas delicadas del frío con ayuda de protecciones plásticas, por ejemplo, las de origen tropical o subtropical. Las que van en macetas se llevan a sitios resguardados o al interior, poniendo las plantas a salvo de las corrientes de aire frío y de las caídas de nieve (bajo techo, por ejemplo). Cuanto mayor sea el frío acumulado en los próximos meses, mejores posibilidades para las flores y frutos que brotarán en primavera.

Para el césped, lo allanaremos con un rulo para restablecer la adherencia de las raicillas al terreno. Y limpiaremos las malas hierbas, rastrillaremos caminos de grava y el césped. Hay que limpiar todas las plantas, eliminando las partes muertas o dañadas, con operaciones que no afecten a las partes vivas.

Aprovecharemos para poner a punto todas las herramientas y elementos no vegetales del jardín: semilleros, cajoneras, jardineras, fuentes etc., y para preparar camas calientes para las siembras a realizar. Y recuerda, antes de guardar el cortacésped durante el invierno hazle una revisión general, engrase y limpieza.

Los macizos, arriates y borduras se recomponen y escardan, eliminando las malas hierbas, añadiendo después estiércol, compost o algún abono fosfatado. Conviene cavar las zonas que queden vacías y que se vayan a plantar más adelante. Es un buen momento para trasplantar árboles y arbustos a otras ubicaciones. El trasplante es complicado en coníferas, ginkgo, algarrobo, acacias, aromo, etc. Algunas especies de césped como la bermuda entran en reposo vegetativo y comienzan a amarillear con el frío. En primavera rebrotará.

En cuanto a nuestro refranero popular, “Cuando diciembre se va tiritando, año bueno viene anunciando”