Entrevistas

20 Oct 2023

Botánica del mes: Mónica Boscaiu

Este mes en la revista espores conversamos con la botánica, Mónica Boscaiu. Su temprana pasión por la naturaleza la motivó a estudiar biología, para más tarde, convertirse en investigadora, docente y catedrática en la Universitat Politècnica de València. Con una gran trayectoria académica y una profunda conexión con el mundo vegetal desde su infancia, Mónica nos acerca a su trabajo y a sus contribuciones a la botánica.

¿Por qué escogiste la Botánica? ¿Qué te atrajo?

En primer lugar, por tradición familiar. Mi padre era un botánico muy conocido en Rumanía. De niña, solía acompañarle en sus excursiones. Además, hasta los 14 años viví en un piso situado en el Jardín Botánico de Cluj-Napoca, donde trabajaba mi padre. Creo que por eso me he convertido en una persona que ama la naturaleza, tanto el mundo de las plantas como el de los animales. Disfruto mucho más de una excursión a un espacio natural que de una visita a una ciudad.

¿Nos podrías resumir tu trayectoria profesional?

Estudios en la Facultad de Biología de la Universidad Babes-Bolyai, Cluj-Napoca, Rumanía.

Tesis doctoral en el Instituto de Botánica de la Universidad de Viena, Austria.

Beca posdoctoral y contratos temporales en el Jardí Botànic de la Universitat de València, España.

Profesor asociado, profesor titular de universidad y desde 2019 catedrático de universidad en la Universidad Politécnica de Valencia.

¿Cuándo te interesaste por lo que sería tu especialidad?

Mi investigación se centra en las plantas halófilas. Comencé a desarrollar esta línea de investigación en mi etapa posdoctoral en el Jardí Botànic de la Universitat de València.

¿Estás orgullosa de haber participado en algún proyecto en especial o de alguno que hayas liderado?

He participado en más de 20 proyectos nacionales y europeos muy interesantes relacionados con mi trabajo. Sin embargo, el proyecto que más me ha gustado ha sido “Mecanismos de Tolerancia al Estrés Hídrico y Salino en Plantas Endémicas, Raras o Amenazadas, e Implicaciones para su Mantenimiento o Reintroducción en el Parque Natural de L’Albufera” financiado por la Generalitat Valenciana y en el que he sido la investigadora principal.

¿De qué descubrimiento te sientes más orgullosa?

Estoy orgullosa de haber podido compaginar mi actividad investigadora, alcanzando un Factor H de 25, con la docencia en la UPV, donde imparto una amplia variedad de asignaturas que, en general, son muy bien valoradas por los alumnos.

El hecho de ser científica (mujer), ¿piensas que te ha condicionado de alguna manera a la hora de acceder, de liderar equipos, etc.?

En ningún momento y en ninguno de los tres países en los que he vivido y desarrollado mi actividad profesional he notado ninguna dificultad condicionada por el género. Al contrario, en nuestro campo hay un gran número de grandes profesionales que son mujeres.

¿Piensas que tu trabajo te permite aprender sobre temas no relacionados con la Botánica? Pon algún ejemplo.

Mucho; fisiología, ecología, bioquímica, edafología, y genética, por ejemplo.

¿Qué relación tienes con el Jardí Botànic de la Universitat de València?

Mi relación con el Jardín se debe a mi incorporación con una beca postdoctoral al equipo de investigación del profesor Manuel Costa en 1997. Desde entonces he mantenido una estrecha colaboración científica y una verdadera amistad con varios investigadores del Jardín, como la Dra. Pilar Soriano y la Dra. Elena Estrelles.

¿Cómo valoras la situación laboral del sector? ¿Y para el futuro?

Considero que en la última década ha mejorado mucho la situación a nivel nacional como ya queda reflejado en la nota de corte cada vez más alta en el grado de biología.

¿Has conocido personas interesantes gracias a tu trabajo? Cuéntanos de alguna.

Al haber vivido y trabajado en el campo de la botánica en tres países (Rumanía, Austria y España) he conocido a mucha gente interesante. Los botánicos suelen ser personas especiales. Podría mencionar una larga lista, como por ejemplo mi director de tesis, Friedrich Ehrendorfer, uno de los autores del tratado de Strasburger, el profesor Manuel Costa quien me ha acogido en su grupo, el profesor Herminio Boira de la UPV, gran amante de la naturaleza.

¿Cómo animarías a los actuales estudiantes de biología para que se dedicaran a lo mismo que tú? ¿Qué les hace falta?

La continua pérdida de biodiversidad nos obliga a volver a los campos más tradicionales de la biología, como la botánica y la zoología. Necesitamos un buen conocimiento del mundo vegetal para poder afrontar los retos del futuro.

¿Te consideras discípula de algún botánico o botánica en especial?

Por supuesto, en primer lugar, de mi padre, Nicolae Boscaiu y luego de mi director de tesis, Friedrich Ehrendorfer de la Universidad de Viena.

¿Trabajas sola o en equipo? ¿Cómo resulta trabajar así?

Siempre he trabajado en equipo. Hoy en día es imposible investigar sin un grupo interdisciplinar. Como he mencionado antes, he participado en muchos proyectos con compañeros de diferentes áreas de la UPV, como bioquímica, genética, edafología, producción vegetal…

¿Cómo piensas que ha cambiado tu trabajo con los años? (nuevas tecnologías, procesos, especialidades, etc.)

La botánica se ha convertido en una ciencia multidisciplinar. Hoy en día, los profesionales de la botánica abordamos una gran variedad de enfoques y nuestro trabajo es casi siempre en equipo.

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Revista de divulgación científica del Jardí Botànic de la Universitat de València.
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