Electricidad que viene del mar
La energía undimotriz, que aprovecha la energía que genera el oleaje, se presenta como una de las renovables que más peso tendrá durante los próximos años. Se trata de una energía constante y predecible con un impacto mínimo en el entorno.
Desde hace siglos, el hombre ha vivido mirando al mar. Éste se ha convertido en un almacén de alimentos, en un medio para el transporte y en un gran laboratorio para la investigación y el desarrollo de especies. Desde hace algunas décadas, también se ha convertido en una de las grandes reservas de energía del mundo. Y es que parece que el movimiento de las olas puede tener una rentabilidad muy importante para el ser humano. De este oleaje se puede obtener energía eléctrica.
Olas que vienen y van de forma infinita
A grandes rasgos, la energía undimotriz es producida por el movimiento de las olas, de ahí que muchas veces los expertos se refieran a ella como olamotriz. Una de las propiedades características de las olas es su capacidad de desplazarse a grandes distancias sin apenas pérdida de energía, por ello, la energía generada en cualquier parte del océano acaba en el borde continental. De este modo la energía de las olas se concentra en las costas.
Se trata de una energía limpia, totalmente renovable, silenciosa y con poco impacto ambiental. Además es una fuente inagotable por eso se perfila como una de las energías del futuro. Sin embargo, para que esta energía sea totalmente sostenible hace falta desarrollar una tecnología suficientemente eficaz para aprovechar al máximo el poder de las olas, ya que como esta fuerza lleva poco tiempo investigándose, los dispositivos de aprovechamiento tienen un amplio margen de evolución todavía.
Brasil ha inaugurado una central undimotriz en el Puerto de Pecém. Con esta central se transforman los movimientos del océano en energía. Fue presentada oficialmente durante el evento Río +20. Es un proyecto pionero en Latinoamérica, que abastecerá en un principio al propio puerto. En Japón, tras el desastre de Fukusima, el gobierno ha decidido reemplazar la central nuclear por el parque eólico marino más grande del mundo.
A pesar de ello, existen diversos prototipos en funcionamiento que prometen ser ejemplo de cómo aprovechar la fuerza de las olas de forma eficiente. El primero de ellos es Pelamis, un ingenio metálico flotante y flexible que al ser movido por las olas genera electricidad. Esta gran serpiente recibe de su nombre de la serpiente marina Pelamis platurus y está formada por tres grandes cilindros articulados de 142 metros de largo por 3,5 de diámetro parcialmente sumergidos, de unas 700 toneladas de peso.
La ola induce un movimiento relativo entre dichas secciones, activando un sistema hidráulico interior que bombea aceite a alta presión, equilibrándose con el contenido de unos acumuladores. Los motores hidráulicos están acoplados a un generador eléctrico para producir electricidad, dicho de otro modo, los fundamentos del sistema se basan en convertir energía cinética en eléctrica. El transporte de la energía se hace conectando el sistema hidráulico a una base situada en el lecho oceánico que se conecta con la costa.
Pelamis está situado en la localidad de Aguaçadoura, al norte de Portugal, y estaba pensado para abastecer inicialmente a una población de 6.000 personas, con una potencia instalada de 2,25 megavatios (750 kilovatios por cilindro). El sistema de obtención de energía está diseñado más desde el punto de vista de resistencia a las duras condiciones marinas que para obtener la más eficiente conversión de energía posible. La ventaja de Pealmis es que se puede hacer un “sistema de serpientes” conectándolas y llevando la energía a la orilla a través de un único cable submarino. Los cálculos indican que para producir la energía que necesitan 20.000 hogares se necesitaría desplegar los Pelamis a lo largo de un kilómetro cuadrado, aproximadamente 30 serpientes.
Otro prototipo de la energía undimotriz es el Wave Dragon, el dragón de las olas, un ingenio situado en Pembrokeshire Coast (Gales). Se trata de un gran dispositivo flotante, diseñado para capturar y concentrar olas. Las olas suben una rampa a un depósito elevado mediante los brazos de la plataforma, allí el agua recogida hará girar las turbinas instaladas. La rotación de estas turbinas genera la electricidad.
Esta construcción alcanza los 250 metros, está compuesta por dos alas o brazos de 126 metros, y pesa más de 150 toneladas a las que hay que sumar otras 87 toneladas de peso por el agua, que hacen que el sistema tenga el peso ideal para que la plataforma pueda trabajar.
El otro sistema que se está imponiendo en la obtención de energía undimotriz es el de Columna de Agua Oscilante. Se trata de una cámara de aire instalada sobre el fondo del mar, cuya sección superior se mueve continuamente hacia arriba y hacia abajo, mientras que la parte inferior permanece en una posición fija. La variación periódica de la presión en una ola inicia el movimiento de la porción superior. La ventaja de este sistema es que las columnas están bajo la superficie del agua, y no utiliza la ola superficial para la generación de energía.
Uno de los mayores prototipos de Columna de Agua Oscilante se encuentra en España, en Mutriko (Guipuzcoa). Esta instalación está formada por 16 cámara de aire dentro de un dique y es la primera de estas características dedicada la producción de energía eléctrica directa para el uso en hogares. En total, en este proyecto se han invertido 6,7 millones de euros, y la nueva central se estima que genere unos 600.000 kWh, o lo que es lo mismo, la cantidad de energía necesaria para abastecer a unas 600 personas. A nivel de emisiones de CO2, esta tecnología evitará la emisión de 600 toneladas de este gas nocivo cada año.
Central undimotriz de Mutriko
Pioneros en la energía undimotriz
El objetivo de lograr una tecnología capaz de extraer energía del oleaje no es nuevo, las primeras patentes fueron registradas en París, en tiempos de la Revolución Francesa. Sin embargo, el verdadero desarrollo no comenzó hasta el finales del siglo XX y se considera a Noruega y Escocia pioneras de la tecnología undimotriz. El país escandinavo instaló en 1985 una planta en la costa cercana a Bergen, en la que se combinaba una columna de agua oscilante con un sistema propio, denominado “canal rematado en punta”.
Por su parte, Escocia lleva también años experimentado con estos sistemas en la isla de Islay, e incluso aportando nuevas ideas, como el denominado “Pato de Salter”, una especie de conos que al oscilar con las olas impulsan un generador. Actualmente, uno de los países que más trabaja con este tipo de energía es Portugal, sobre todo en Azores.
Central de Santoña
En España, las corrientes Atlánticas hacen que el nuestro sea un país que puede aprovechar de forma considerable la energía de las olas. Además de la planta de Mutriko, también encontramos otros ejemplos en Santoña (Cantabria). En ese caso, el sistema de producción de energía es una boya que aprovecha el movimiento vertical producido por el oleaje para generar energía. La boya ubicada frente a la costa cántabra es capaz de generar una potencia de 40 kilovatios (KW), si bien la idea es probar su funcionamiento para poderle añadir más adelante otras nueve. De esta manera, se podría disponer de una planta con capacidad de 1.400 KW anuales, la electricidad equivalente al consumo doméstico de unos 2.500 hogares.
Pero el gran proyecto de energía undimotriz de nuestro país se encuentra en Tenerife y contará con un presupuesto de unos 400.000 euros. Se trata de un sistema de generación de energía del oleaje denominado “WaveCat”, una estructura flotante de acero que incorpora turbinas para producir la electricidad. En la actualidad el equipo trabaja en la mejora de los modelos numéricos del sistema y construye un prototipo a escala para ponerlo a prueba en un tanque de oleaje.