El valor del tesoro setabense (III)
¡Terminamos el viaje por el sector setabense! La ruta geobotánica llega al final desde Alcoy a Villena, el último de los subsectores que José Aparici ha visitado. Nada como evidenciar nuestra gran biodiversidad para empezar a respetarla. ¡Vamos hacia el sector más árido!
En el límite con la Castilla más meridional, este subsector posee unas altitudes medias mayores respecto al resto del sector Setabense. Es el más diferenciado respecto al resto de subsectores setabenses, con un piso termomediterráneo casi inexistente. Al encontrarse en contacto con la provincia Murciana-almeriense, es sinónimo de una vegetación árida y adaptada a una intensa sequía, influenciada florísticamente por reminiscencias manchegas.
Subsector Ayora-Villena, pura continentalidad y sequía valenciana
Como regla general, la aridez aumenta a medida que nos desplazan de norte a sur del subsector, provocando un progresivo cambio de la vegetación: del matorral más húmedo hasta el propio de ambientes más secos, habituales en el Alto Vinalopó y la Foya de Castalla. Un hipotético aumento de las lluvias dan paso a elementos florísticos valencianos como la pebrella (Thymus piperella).
El manto perenne y herbáceo de esparto (Stipa tenacissima) con sus espigas amarillentas es una gramínea frecuente en este subsector de interior y se que crece de forma natural en lugares de clima estepario, árido en el sureste ibérico. Imagen de David Elliott
Caminaremos sobre suelos con frecuentes acumulaciones de carbonatos y otras sales más solubles, pero también hay presencia de óxidos de hierro, es decir, tierras rubias. La respuesta vegetal son las masas forestales de carrascal (Quercus rotundifolia), típico del piso meso-supramediterráneo y adaptadas a un clima mediterráneo seco y con lluvias muy escasas. Sin embargo, las extensas praderas a lo largo de suaves montañas es uno de los rasgos más característicos de este subsector: el esparto (Stipa tenacissima), pero el abanico de gramíneas varía en función de la latitud y el tipo de suelo en el que se encuentran. Además, crecen matorrales gipsícolas diferentes a los del resto de subsectores setabenses.
Las formaciones de poleo amargo de peña (Teucrium buxifolium) crece en los roquedales del subector y es óptimo en áreas manchegas. Otras comunidades rupícolas vegetales presentes en este subsector contienen géneros como: Saxifraga y Jasione. Además, el espinoso cardo gigante, manchego Onopordum nervosum o el género Diplotaxis son predominantes en los terrenos baldíos o en los campos de secano formando parte de asociaciones vegetales nada habituales en el resto de subsectores setabenses.
Flores de Teucrium buxifolium. Imagen de carlesjbox. Fuente: FlickR
El extremo más meridional de este subsector es una ventana abierta al particular desierto valenciano. La abundancia de suelos arenosos en dunas de interior da como resultado una vegetación sabulicola. Germinan numerosas especies minúsculas típicas también de dunas litorales: gramíneas como (Ammochloa palaestina), crucíferas como (Maresia enana) o el cospí (Pseudorlaya pumila). En la sierra de la localidad de Petrer, se localiza una micro-reserva vegetal con una elevada concentración de especies endémicas y de gran interés botánico como el mastuerzo marítimo (Helianthemum guerrae) o el poleo valenciano (Teucrium ronnigeri).
La notable influencia murciana-almeriense se deja notar en los saladares con presencia de matorrales halófilos manchegos. Estamos ante una situación natural excepcional, ¿por qué? Creciendo en unas condiciones ambientales adversas de estrés hídrico, estas plantas amantes de los cristales de sal originados por la alta tasa de evaporación en el suelo y la sequía, han desarrollado una gran diversidad de adaptaciones frente al clima estacional.
El género Limonium es el rey a los saladares áridos del sector Setabense, como por ejemplo, la siempreviva (Limonium caesium) en este subsector. Imagen de Alberto Garcia. Fuente: FlickR
Por último, consideramos especies diferenciales amantes de las altas temperaturas y del suelo salado de este subsector Ayora-Villena: la lechetrena (Euphorbia minuta), el tomillo lanudo (Teucrium gnaphalodes) o el pino salado en la foto (Tamarix boveana), entre otros.
Tamarix boveana como a taxón diferencial del subsector Aiora-Villena. Imatgen de WIkipedia
Imagen de Flabbergast ED. Fuente: FlickR
El paraje natural de la Granadella y su admirada cala es uno de los reclamos litorales por excelencia del subsector Alcoyano-diánica. Conservaba uno de los últimos pulmones verdes de la costa alicantina y por qué conservaba? Este septiembre, un incendio forestal provocado ha dejado el paraje reducido a cenizas, desapareciendo los pinares y lo esencial matorral endémico, rupícola.
Terminado el repaso botánico mediante este recorrido; hoy por hoy, debemos ser conscientes y valorar la diversidad florística que nos ofrece el sector Setabense ya que está y estará en juego su conservación. Los ambiciosos tentáculos del hombre como la guionizada rotación de incendios forestales intencionados y la posterior especulación urbanística feroz serán las amenazas que habrá que superar y que marcarán la integridad natural de este subsector, de este tesoro.
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