Ecoparques valencianos: ahorro y eficiencia
Según los últimos datos de la Consellería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, los ecoparques de la Comunidad Valenciana recuperan una media de 125.000 toneladas de residuos anuales, una prueba más de que la colaboración ciudadana es fundamental para solucionar el problema de la acumulación de basuras.
Evidentemente, no todos los ciudadanos del mundo producimos la misma basura. Depende del lugar donde vivamos, del continente, del país y de forma directa o indirecta del grado de desarrollo del lugar en el que nos encontramos. También condiciona nuestra producción de basuras el hecho de que vivamos en una zona rural o en una zona urbana. Sobre este tema existen diversos estudios. Los más alentadores aseguran que cada persona produce, como media, un kilo de basura al día, aunque esta cifra puede aumentar de forma considerable en algunos casos.
Una de estas investigaciones realizada por una universidad norteamericana y publicada en 2010 aseguraba que una persona producía una media de dos kilos de basura al día, es decir, algo menos de quince a la semana y más de setecientos al año. En todo caso, si tenemos en cuenta que en estos datos no se recogen cifras como la basura producida en comercios y tiendas, nos encontramos con que, como mínimo, al día se producen en el mundo unas 6.500 toneladas de deshechos de los cuales un gran porcentaje son biodegradables.
Vertedero incontrolado
Durante los últimos años, hemos aprendido a tratar nuestros deshechos con el fin de disminuir la producción de basuras. En este sentido, el reciclaje es fundamental. Separar la basura por materiales y componentes es clave para que éstos puedan ser reciclados, tener una nueva vida y evitar el alto almacenamiento de basuras en vertederos. Sin embargo, existen muchos residuos peligrosos que deben ser tratados de forma especial y que nunca deben acabar en estos vertederos tradicionales, y muchas veces espontáneos e incontrolados , puesto que se convierten con el tiempo en un grave problema medioambiental de difícil gestión y muy complicada eliminación.
La llamada basura peligrosa se genera, contrariamente a lo que muchos piensan, en nuestros propios domicilios y no sólo en grandes empresas. Hablamos de residuos como pueden ser pilas, radiografías o tubos fluorescentes que, por sus características, no son aptos para su eliminación a través de los medios convencionales de recogida de residuos selectiva. Es por eso que desde ayuntamientos e instituciones públicas hace años se pusieron en marcha los llamados ecoparques o Puntos limpios, es decir, lugares donde poder dejar este tipo de residuos que por su especificidad no se recogen selectivamente en los contenedores de la calle.
¿Qué tipo de residuos puedo depositar en un Ecoparque?
Los ecoparques se han convertido en los últimos años en un reclamo social y en un elemento ecológico clave en muchas ciudades de nuestro país. Son gratuitos y de acceso libre y se sitúan cerca de los ciudadanos, convirtiéndose en una buena herramienta a nivel local para favorecer el cuidado del medio ambiente. Normalmente la gestión de los ecoparques depende directamente de los ayuntamientos, que para su construcción suelen contar con ayudas de otras instituciones como diputaciones o consejerías.
También depende del tipo y de la población de cada domicilio que su ecoparque tenga una categoría B (municipios hasta 10.000 habitantes), categoría C (municipios de entre 10.001 y 70.000 habitantes) o categoría D (para localidades con más de 70.000 habitantes). Los ecoparques están concebidos para un uso personal y doméstico pero nunca industrial, ya que en este segundo caso existen canales específicos para deshacerse de sus residuos.
Normalmente, todos los ecoparques pueden recoger el mismo tipo de residuos peligrosos. Su condición de categoría B, C o D viene delimitada su tamaño y, por lo tanto, por la cantidad de residuos que pueden almacenar. Este tamaño también delimita si allí se pueden depositar todo tipo de residuos o si la recogida se limita a algunas categorías. En un ecoparque podemos depositar, de forma seleccionada y según se nos indique, aceites de automoción y cocina, aparatos electrónicos e informáticos (tóner y cartuchos de tinta, por ejemplo), muebles y enseres de madera, restos de poda, escombros, juguetes, ropa, restos de pintura y disolventes y aerosoles vacíos, pilas, baterías, fluorescentes, metales, chatarra y vidrio. Lo más recomendable para deshacernos de residuos que no sabemos catalogar es preguntar en el propio ecoparque de nuestra localidad si podemos depositarlos allí y cómo debemos hacerlo.
Los ecoparques están diseñados para almacenar residuos que por su volumen o peligrosidad entorpecerían la gestión habitual de residuos sólidos urbanos. Por ello, dentro del ecoparque existen otras instalaciones articuladas en torno a un circuito asfáltico donde los ciudadanos depositan los distintos residuos. Cuentan con casetas para residuos especiales, áreas de contenedores de gran volumen y áreas cubiertas. Una vez retirados los residuos del ecoparque son trasladados a plantas especializadas donde los distintos materiales aprovechables son reciclados y convertidos en nuevas materias primas con las que se consigue un ahorro importante de recursos naturales y de energía.
Por ejemplo, los aceites vegetales se reutilizan para la producción de biodiésel y los restos de podas y maderas voluminosas son triturados y reciclados como combustible alternativo para calderas de biomasa. En el caso de residuos no biodegradables, como los tóner, son llevados a lugares especializados donde se desinfectan y lavan, y, si es posible, se vuelven a utilizar para almacenar tinta. En los tubos fluorescentes o material informático se separan las distintas fracciones de plásticos, polvos metálicos y metales para que cada una de ellas reciba un tratamiento adecuado. Para finalizar, los productos catalogados como de especial peligrosidad son tratados previamente o eliminados con el fin de evitar problemas medioambientales. Únicamente las fracciones que no pueden aprovecharse para nada y son completamente inservible se llevan a vertederos controlados.
Ecoparques móviles para la Comunidad Valenciana
Aunque Valencia fue la última de las grandes ciudades españolas en incorporara su propio ecoparque (el de Vara de Quart abrió sus puertas en 2008, con más de una década de retraso, ya que el proyecto estaba previsto para inaugurarse en 1997), la Comunidad Valenciana es una de las autonomías con mayor cantidad de ecoparques en funcionamiento. En total, existen 210 ecoparques que recuperan una media de 125.000 toneladas anuales de residuos.
Ecoparque Turís
La última de esas instalaciones inaugurada en la Comunidad Valenciana ha sido el nuevo ecoparque de Turís, que cuenta con una inversión superior a los 364.000 euros y que se encuentra situado en un polígono industrial a un kilómetro del municipio. Este ecoparque está diseñado en dos niveles, contando con una zona inferior donde se ubican los contenedores grandes y un nivel superior destinado a la zona de acceso de los usuarios.
La planta de Turís completa la red de ecoparques gestionados por el Consorcio Ribera-Valldigna que aglutina un total de 52 municipios de las comarcas de la Ribera Alta, la Ribera Baja y algunos municipios de la comarca de la Valldigna. Y es que, a diferencia de otras legislaciones autonómicas, en nuestra comunidad y desde el pasado verano, se apuesta por la creación de ecoparques gestionados por varios municipios. El Plan de Residuos de 1997 establecía que cada municipio de debía contar con un ecoparque propio. Sin embargo, es el nuevo Plan Integral de Residuos de la Comunidad Valenciana, aprobado por el Consell el pasado mes de junio, el que introdujo nuevos criterios en la implantación, uso y funcionamiento de los ecoparques, entre ellos que éstos pudieran ser gestionados por diversos municipios. De esta forma, el número de ecoparques en la Comunidad se reducía de los 542 previstos a más de la mitad, siendo los que se hagan de una categoría mayor y que puedan almacenar más cantidad y variedad de residuos.
Mini-ecoparque. Paterna
Por otra parte, el nuevo Plan de Residuos también contemplaba la creación de ecoparques móviles, pequeñas unidades de recogida de residuos peligrosos generados en los domicilios. Estos ecoparques, sin un punto de recogida fijo, se han diseñado cubrir las necesidades de municipios rurales con baja densidad de población y para aquellos núcleos urbanos que no dispongan de terrenos o suelo dotacional suficiente para la ubicación de un ecoparque fijo acorde con las necesidades de su población. Los ecoparques móviles son más cercanos al ciudadanos y suponen un importante ahorro, ya que evitan construir y mantener ecoparques fijos que quizá no son 100% eficientes. Este tipo de instalaciones ya se han probado con éxito en dos zonas del interior de la provincia de Valencia a través del Consorcio Valencia Interior para la gestión conjunta de residuos.
Ecoparque móvil
Tanto la creación de ecoparques gestionados por un grupo de municipios como los ecoparques móviles son iniciativas adaptadas a las distintas necesidades de nuestra sociedad y son sinónimo de ahorro de energía y de recursos, además de servir como motor de fomento del reciclaje y cubrir una importante necesidad ciudadana. En este sentido, los ecoparques de la Comunidad Valenciana tanto fijos como móviles, son un ejemplo de eficiencia.
Más información relacionada:
www.consorciovalenciainterior.com