¡Come verduras! Son buenas para el planeta
Comer verduras, frutas y legumbres no es únicamente sano para nosotros sino también para el planeta. Ya hace un tiempo que se publicaron estudios que relacionan la alimentación humana con nuestra salud y el medio ambiente.
Muchos habréis visto que, en la oferta de ocio del Jardín Botánico de la Universidad de Valencia, os ofrecemos un ciclo de cocina de lo más botánico, De la Planta al Plat. Y es que cocinar está de moda; televisión, revistas, concursos, escuelas… Toda una serie de recetas, consejos y trucos. Pero no sólo nos hemos dejado llevar por esta tendencia, que algún día pasará y dejará lugar a otro, hay una razón más importante y divulgativa: el consumo de frutas, verduras y legumbres es mucho más sostenible.
Mucho más que una ensalada
Consumir botánica es más que comer ensaladas, es reconocer las plantas en su medio natural para prepararte un plato, es cultivarlas con éxito, conservarlas y cocinarlas bien. Y si te estás preguntando de dónde vas a sacar el tiempo para hacer todo esto, tienes toda la razón, es posible que nunca dispones de tantas horas libres.
La huerta del Jardí Botànic de la Universitat de València
Así, en el último siglo hemos acelerado el ritmo de vida y la alimentación ha pasado a un segundo plano: cuando antes un cocido hervia durante horas, o las legumbres pasaban toda la noche en remojo, o te pasabas el año esperando que llegaran a casa tus frutas preferidas. Todo esto se ha distorsionado y ahora hay melones de todo el año que hacen honor a su nombre y platos de caliente están enlatados en los supermercados.
La ganadería es, según datos de la FAO, la responsable del 9% de las emisiones de CO2 de origen humano, del 65% del óxido nitroso procedente de la basura y del 37% del metano, todos ellos, gases que provocan el incremento del efecto invernadero. Por otra parte, también se le asigna el 64% de las emisiones de amoníaco, responsable en gran medida de la lluvia ácida y de ocupar el 30% de la superficie del planeta para producir forraje, con el consecuente proceso de desertificación.
Las soluciones
La ganadería afecta sobre todo al suelo, el clima y la atmósfera y al agua y por ello, las medidas deben estar encaminadas al aprovechamiento de los recursos y la optimización de los procesos para reducir las emisiones. Limitar la alimentación y el paso de los animales por zonas en las que el suelo ya está perjudicado o aprovechar el estiércol en las plantas de biogás así como mejorar la dieta del ganado para minimizar las emisiones de metano ayudaría a mantener la atmósfera y el clima en mejor condiciones. A su vez, la mejora de los sistemas de riego permitiría ahorrar agua.
Imagen de Christoph F.
Como veis, las soluciones no suenan imposibles pero, ¿qué podemos hacer los ciudadanos en nuestro día a día para paliar los efectos tan negativos de la ganadería? ¡Pues comer botánica! Esto es lo que David Tilman, de la Universidad de Minnesota, y Michael Clark, de la Universidad de California en Santa Barbara concluyeron en el artículo publicado en Nature a finales de 2014. Existe una relación entre el tipo de alimentación, la sostenibilidad ambiental y la salud humana.
Evaluaron las posibles consecuencias de la transición alimentaria mundial. Para ello, analizaron investigaciones anteriores sobre el ciclo de vida de los alimentos y las emisiones responsables del calentamiento global asociadas a las actividades agrícola, ganadera, pesquera y acuícola. A continuación, examinaron los datos correspondientes a un periodo de unos 50 años de los cien países más poblados del mundo para estudiar las tendencias alimentarias globales y sus causas.
También evaluaron los efectos derivados de las dietas alternativas, como la mediterránea o la vegetariana, en el desarrollo de la diabetes de tipo II, el cáncer, las enfermedades coronarias crónicas y en la mortalidad. Finalmente, combinaron estas conexiones con los datos relativos al aumento de la población mundial.
Es posible pero difícil
Y con este cóctel de factores y datos, Michael y David no se muestran demasiado optimistas y es que la efectividad de estas medidas sería visible si fueran aplicadas a nivel global, lo que plantea problemas desde culturales hasta económicos y políticos.
Ciclo de cocina De la planta al plat
Por ahora, la FAO ha declarado 2016 como el Año Internacional del Legumbres con el fin de potenciar su uso. Pero como hemos visto, poco podemos hacer los ciudadanos por el planeta que comer verduras, frutas y legumbres y reducir el consumo carne, si es que comes demasiada. Así que, hacer de nuestro planeta un lugar más sostenible donde vivir bien, es el segundo objetivo del ciclo de cocina De la Planta al Plato. El primero es que te lo pasas muy bien!
Tanto si te gustan las plantas, la cocina o el planeta… De la planta al plato es una buena opción para empezar a girar hacia ese mundo en el que la botánica se come a conciencia.
Artículo en Nature: Global diets link environmental sustainability and human health