Un huerto en el jardín

Huerto y jardín son dos formas muy diferentes de cultivar plantas, pero al mismo tiempo muy similares. Mientras que en el jardín cultivamos plantas con una finalidad ornamental, del huerto esperamos, además, obtener frutos para el consumo. Nos referimos, por supuesto, al huerto casero, y como hace poco que hemos construido el nuestro, queremos contaros cómo hemos conseguido crear un pequeño huerto urbano en el jardín de casa. No es nada complicado, las hortalizas son plantas que también tienen hojas vistosas, producen bonitas flores y además, nos proporcionan alimento.

Nuestra afición por el huerto viene de lejos, aprovechar la fruta del naranjo que adorna la terraza siempre ha supuesto una gran satisfacción y, de alguna manera, despertaba nuestro interés por las plantas productivas. 

El naranjo es un bello árbol ornamental que en invierno proporciona deliciosos frutos

Un año, al volver de vacaciones descubrimos que una tomatera había crecido en una maceta de manera fortuita, probablemente de alguna semilla que cayó en ella y germinó. Cuidamos aquella planta con sumo interés y, a pesar de no tener nociones hortícolas, la tomatera produjo unos cuantos tomates que nos supieron a gloria. Cosechar aquellos frutos hizo que el gusanillo se instalara en nosotras, y desde entonces comenzamos a interesarnos por el huerto urbano.

¿Mesa de cultivo o bancales elevados?

Nuestro primer huerto casero “oficial” fue una mesa de cultivo que, a pesar de sus reducidas dimensiones, nos permitió cultivar varios tipos de hortalizas diferentes. En una mesa de estas características (ver las fotografías) se pueden plantar vegetales que no requieran mucha profundidad de sustrato. Son ideales para lechugas, cebollas, tomatitos cherry, espinacas, rábanos. Esto es lo que nosotras plantábamos, y recogíamos hojas y frutos para preparar alguna que otra ensalada.

Esta pequeña mesa de cultivo fue nuestro primer huerto casero

Pero aquella mesa no nos permitía cultivar hortalizas grandes, así que decidimos embarcarnos en un nuevo proyecto e instalar un huerto de mayor tamaño y profundidad con bancales elevados. Las camas o bancales elevados son sistemas tradicionales que consisten en cajones para contener el sustrato levantado por encima del nivel del suelo. Son sistemas muy extendidos porque aportan grandes ventajas, sobre todo en lugares donde el terreno es pobre. Se rellenan con mezclas de buena calidad, para que los vegetales crezcan con mayor facilidad, y facilitan el drenaje, evitando el encharcamiento del sustrato. 

Nuestro huerto actual, en bancales elevados

Los cajones se llenan con un sustrato rico en nutrientes 

Los bancales elevados permiten crear un huerto en zonas donde no hay suelo cultivable

La gran ventaja de usar bancales elevados es que son muy fáciles de adaptar para crear un huerto donde no hay suelo cultivable, como terrazas y patios enlosados. Sólo hay en forrar el interior del cajón con una malla que retenga la tierra pero que permita la salida del agua sobrante del riego. Con un cajón de madera como el nuestro, de 40 cm de hondo, ya se pueden cultivar hortalizas que necesitan suelos algo más profundos.

Flor de pepino

Flor de calabacín

El primer calabacín de la temporada

Gracias a este sistema hemos podido construir nuestro huerto casero y ahora cultivamos calabacines, pepinos, pimientos y tomates; vegetales que necesitan un volumen de tierra considerable y que nuestra pequeña mesa no permitía plantar. La mesa de cultivo no era una mala opción, y sin duda muy recomendable para quienes tienen poquito espacio. ¡Perfecto para un pequeño balcón! Pero si tienes sitio para poner algo mayor, los bancales son la opción ideal, porque las posibilidades se multiplican.

Las tomateras son plantas altas que necesitan tutor. Las plantamos al fondo de los bancales

¡Cuantas más flores mejor!

Como os decía al principio, trabajar en un huerto o en un jardín es diferente sobre todo por la finalidad, aunque también en las técnicas. Aún así, ambos, tiene mucho en común y puedes cultivarlos de manera conjunta. Nosotras encontramos un atractivo especial en cultivar el huerto junto a las flores del jardín, y no solo porque son bonitas, sino porque las flores atraen a insectos polinizadores o depredadores de plagas que benefician a los cultivos.

Cebollino, de las familia de los alliums. Se pueden consumir tanto las hojas como las flores 

Entre las flores beneficiosas para el huerto hay algunas que atraen insectos buenos, como las abejas, pero también hay otras que repelen los dañinos, como el pulgón y la araña roja. Algunas de ellas son la caléndula, la capuchina, el cilantro o la borraja, entre otras. Pero este es un tema en el que profundizaremos más adelante, conforme vayamos aprendiendo técnicas para favorecer los cultivos del huerto casero. De momento nuestro huerto está rodeado por las flores que siempre hubo en nuestra terraza: agapantos, valeriana roja, coreopsis, abelias, rosas, etc. Bonito, ¿no te parece?

Detalle de flor y hoja de capuchina (Tropaeoloum majus). Las flores también son comestibles 

 Flor de agapanto (Agapanthus africanus)

El huerto entre flores: rosas, coreopsis, agapantos y otras flores 

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