Agricultura

6 Oct 2015

LA FRUTA DEL MES ES… ¡LA UVA!

El otoño continúa con las vendimias y la recogida de las uvas, y es que ahora es el momento perfecto para recoger esta fruta que podemos ver colgando de la viña común o viña europea. Como siempre, hablaremos con nuestra bloguer Baladre, de su biología, variedades y propiedades, y aprenderemos a hacer una rica receta y una divertida manualidad.

El otoño empieza, o mejor continúa, con las vendimias y la recogida de las uvas. Ahora es el momento perfecto para recoger esta fruta que podemos ver colgando en racimos de la vid común o vid europea. Una fruta que nos ofrece todo un abanico de posibilidades, ya que las podemos consumir frescas, en forma de pasas o vino, ¡cada uno de ellos con muchas variedades! Y es que las uvas son ricas tanto para el interior de nuestro cuerpo como para el exterior, además ¿sabíais el porqué de tomar 12 uvas en nochevieja? Os cuento eso y mucho más en el artículo de este mes donde la protagonista es ella, la uva. ¡Vamos allá!

 

¡B de biología!

En el género Vitis y dentro de la familia de las Vitáceas, se encuentra la vid. Su nombre científico es Vitis spp. La palabra vid procede del latín ‘vitis’ y esta deriva de los vocablos celtas ‘gwid’ (árbol) o de ‘wid’ (conocimiento). En concreto, el género Vitis, incluye unas 64 especies de arbustos o parras caducifolias, reptantes o trepadoras, de la familia de las vitáceas. La mayoría de ellas derivan de la especie silvestre Vitis vinífera.

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De sus tallos leñosos y cortos nacen las ramas, que son muy nudosas y que se llaman sarmientos. Conforme van creciendo se alargan y se van lignificando, adquiriendo al mismo tiempo un tono marrón con una corteza que se deshace a tiras. Algunas especies llegan a alcanzar hasta los 30 metros de longitud. Las hojas son alternas, dentadas, palmatinervias, la mayoría de ellas de forma acorazonada y dividida en 3-7 lóbulos. En otoño antes de caer se vuelven de un tono amarillo. Opuestos a las hojas se encuentran los zarcillos ahorquillados, que les permiten trepar, si no encuentran soporte adecuado para reptar se arrastran por el suelo.

 

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Las flores se reúnen en racimos o panículas. Florecen en primavera y contienen 5 pétalos. Son muy poco llamativas y, además, presentan una coloración verde-amarillenta. Estas flores se convierten en frutos de 1-2 cm de diámetro llamados uvas. Cada uno de estos frutos se conoce como grano. En el interior de los granos es donde se encuentran las semillas.

 

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Historia y origen de la uva. Una extensión global a lo largo de la historia del hombre

La uva es una de las frutas más cultivada en todo el mundo y una de las más antiguas. Se han encontrado restos de semillas en algunos yacimientos de Oriente Próximo, así que se cree que los primeros hombres que vivieron en la prehistoria ya recolectaban uvas silvestres. Así mismo, los primeros conocimientos del uso de la vid para la producción de vino datan del año 5000 AC, debido a que en unos yacimientos arqueológicos de las montañas Argos (Irán) se encontraron unas vasijas de barro que conservaban una capa de pintura roja que resultó ser restos de vino.

 

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Más tarde, ya en el Antiguo Egipto, disponían de vino suministrado por los comerciantes Palestinos. Aunque después ellos mismos ya debieron conocer el cultivo de la vid porque en algunos jeroglíficos se aprecian las indicaciones de como una parra debe ir colocándose para que pueda trepar. En este pueblo antiguo, el vino era un lujo solo disponible para las clases más pudientes, los trabajadores y clases inferiores bebían cerveza.

 

Hay indicios que sobre el año 3500 AC, en Mesopotamia, se cultivaron las primeras vides. Hay sellos de piedra del año 2500 AC donde hay grabadas escenas de banquetes con gente bebiendo vino. Más claro parece ser que sobre el año 3500 AC comenzó a cultivarse la vid en el suroeste de Asia, en la región del sur del Cáucaso (actualmente Georgia y Armenia). Y de ahí se extendió rápidamente a toda la región mediterránea. En el 2500 AC aparece en China e India. En el 200 AC llega a Grecia. Sobre el 1000 AC aparece en Italia. En el 900 AC comienza a cultivarse en el norte de África y llega a España, entrando por Cataluña, sobre el 500 AC. A finales del siglo XV y principios del XVI se extiende a América, llegando a finales del XVIII a Australia y Nueva Zelanda.

 

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Fuente: almacendeclasicas.blogspot.com.es

 

La extensión de este cultivo se debe fundamentalmente a la importancia que tuvo el vino para los Griegos y los Romanos, y en especial a los comerciantes Fenicios, un pueblo situado en los actuales países de Siria, Líbano e Israel, que se dedicaron a comerciar y extender su cultivo en todos los pueblos con los que comerciaban. En la cultura romana y griega existía un dios del vino, Dionisio o Baco, respectivamente. De hecho, los romanos celebraban unas grandes fiestas denominadas bacanales en honor a este dios y como tributo al vino.

 

Hábitat y cultivo

Las especies de vides que se pueden encontrar en estado salvaje crecen en muchas regiones templadas del hemisferio norte. Pero debido a su extensión, hoy en día, se cultiva en las regiones cálidas de todo el mundo, siendo los mayores productores: Australia, Sudáfrica, los países de Europa (Italia, Francia, España, Portugal, Turquía y Grecia) y en el continente americano se encuentran cultivos en California, Chile y Argentina.

 

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Aproximadamente dos tercios de la producción mundial de uva se utilizan para hacer vino; del resto dos terceras partes se comen frescas y el tercio restante en forma de pasas.

  

Variedades

Existen unas 2000 variedades de uva según la forma, el tamaño, la tonalidad de los frutos, la productividad, la calidad, etc. Tradicionalmente se clasifican según sea su destino final, ya sea para vinificación o para consumo de mesa. Según ello, las variedades europeas mayoritariamente van destinadas a la elaboración de vinos de mesa, como frutos de postre, de mesa y pasas. Mientras que las norteamericanas se usan para obtener jugos y jaleas.

 

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También es importante saber diferenciar entre las uvas de vino y las uvas de mesa:
– Las uvas de vino crecen en racimos relativamente pequeños y con los granos muy juntos y son lo bastante ácidas para ayudar a controlar la fermentación por la levadura.
– En cambio, las uvas de mesa vienen en racimos grandes y son menos ácidas.
– Algunas uvas son polivalentes, es decir, que pueden ser utilizadas tanto para elaborar vino (uva de vinificación) como para consumir el fruto en fresco (uva de mesa) o para desecarse (uva para pasificación). Un ejemplo es la uva Moscatel que tiene un uso tripe, (vinificación, mesa y pasificación). Se trata de una uva de piel muy fina, amplio contenido en azúcar y un racimo de estructura abierta que facilita el secado. Tres características que comparte con el resto de uvas destinadas a la pasificación.

 

En este artículo nos vamos a centrar en las uvas de mesa. Aquellas que tienen acidez baja, menos azúcares y han de cumplir ciertas normas en tamaño, color y forma. Empezaremos por las blancas. Las principales variedades que se consumen en España son:

Moscatel romano o moscatel de Málaga: de racimos grandes con granos gruesos y color dorado; su pulpa es dulce, de textura crujiente. Maduran desde mediados de julio hasta septiembre. Se destinan como uva de mesa y también para la elaboración de vinos dulces y uvas pasas.

 

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Italia: se cultiva mucho tanto en el país que le da nombre como en el Levante español. Son uvas grandes, de color amarillo dorado y sabor dulzón que recuerda al moscatel.

Seedless thompson, imperial y superior: son tres variedades de maduración temprana que carecen de semillas. Sus granos tienen forma algo ovalada, de color verdoso y pulpa dulce, con buen jugo. La Thompson también se conoce como sultanina y es la materia prima de las pasas de corintio.
Aledo: se cultiva principalmente en Alicante. Sus grandes racimos ofrecen granos ovalados, de color amarillo verdoso, piel gruesa pero pulpa crujiente. Maduran tardíamente, desde octubre a diciembre, cuando las vemos en las mesas de fin de año.

 

Continuamos con las rojas y rosadas

Flame seedless: sin semillas y de maduración temprana. Sus granos son dulces y tienen la piel de un atractivo color rojizo.

 

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Red globe: son racimos generosos con granos esféricos, de gran tamaño y de colores que van del rosa al rojo violáceo. La pulpa es muy crujiente y su sabor neutro, lo que la hace ideal tanto para comerla sola como para acompañar platos salados. 

Cardinal: maduran muy temprano, entre julio y agosto. El fruto tiene la piel color rojo violáceo y presenta una pulpa jugosa y aromática. 

Y por último, las conocidas como negras: 
Alphonse lavallée: es una variedad tardía, proveniente de Francia que suele madurar desde mediados de agosto hasta bien entrado octubre. Es visualmente muy atractiva, con granos oscuros y grandes y pulpa carnosa; sólo se destina para consumo en fresco como fruta.

 

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Black seedless: son del tipo sin semillas y de color oscuro.
Royal queen: uvas violetas de piel gruesa y pulpa firme, pero con buen jugo.

Aquí, en la Comunidad Valenciana, tenemos el placer de disponer de la Denominación de Origen Uva del Vinalopó. La uva de mesa embolsada del Vinalopó es una denominación de origen otorgada a la uva de mesa producida en la comarca valenciana del Medio Vinalopó, en Alicante, España. La uva se embolsa para protegerla de las agresiones de aves, insectos, pesticidas y de las inclemencias meteorológicas, retrasando, además, la maduración de la uva, lo que permite la recolección de la misma en fechas más tardías.

 

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Fuente: ruteaporprovincias.files.wordpress.com

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Fuente: www.revistamercados.com

 

Propiedades de la uva

Según la variedad de uva, ya sean blancas o negras, la composición de esta varía. En ambos casos destacan dos tipos de nutrientes: los azúcares (glucosa y fructosa) y las vitaminas (ácido fólico y vitamina B6). Las uvas que se cultivan en regiones frías suelen tener menos azúcares que las cultivadas en terrenos cálidos y secos. Entre los minerales, destaca el potasio, seguido por el magnesio y el calcio. Otras sustancias con reconocidas propiedades beneficiosas para la salud que poseen las uvas son los antocianos, flavonoides y taninos.

 

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Las diferencias nutritivas y energéticas entre las uvas frescas y las pasas son notables. Las pasas constituyen un alimento muy energético, y su aporte calórico es aproximadamente cuatro veces superior al de la uva fresca. El resto de nutrientes también se concentra, por lo que su contenido en fibra, vitaminas y minerales es notablemente superior.

 

Composición de la uva por cada 100 gr

 

Uva blanca

Uva negra

Pasas

Calorías

63 Kcal

67 Kcal

296 Kcal

Hidratos carbono

16,1 g

15,5 g

78,47 g

Fibra

0,9 g

0,4 g

6,8 g

Potasio

250 mg

320 mg

825 mg

Calcio

17 mg

4 mg

28 mg

Magnesio

10 mg

4 mg

30 mg

Vitamina B6

0,1 mg

0,1 mg

0,1 mg

Provitamina A

3 mcg

3 mcg

Ácido fólico

16 mcg

26 mcg

1,5 mcg

  

Beneficios para la salud

El ácido fólico interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. La vitamina B6 ayuda a mantener la función normal del cerebro, actúa en la formación de glóbulos rojos e interviene en el metabolismo de las proteínas. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

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La uva, es ideal para las dietas desintoxicantes o depurativas, pero también para personas afectadas de enfermedades reumáticas y del sistema circulatorio. Por su riqueza en potasio (más elevado en las uvas pasas) que controla el equilibrio de los líquidos en el organismo y sus niveles bajos de sodio (en las uvas frescas). Igualmente la presencia de vitamina B, que interviene en el metabolismo de las grasas e hidratos de carbono influyen en este sentido.

 

¡Además ayuda a prevenir el cáncer! Se trata de un alimento alcalinizante qua ayuda a depurar la sangre, por tanto, su consumo hace pensar que puede inhibir el crecimiento de las células cancerosas. Se han realizado numerosos estudios para comprobar de que manera la presencia de taninos y ácido cafeico, además de constituir estupendos antibactericidas, podrían reducir las probabilidades de adquirir esta enfermedad. De hecho, el extracto de semillas de uva previene la aparición de cáncer de mama, próstata o colon. El principal componente responsable es un flavoniode que aparece en la piel de la uva negra o en el vino tinto y que se conoce con el nombre de resveratrol.

 

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Y también hace frente al colesterol. Se ha valorado la importancia de la uva fermentada o el vino en el tratamiento del colesterol. La presencia de alcohol y fenoles en esta bebida ayuda a disminuir el colesterol, mejora la circulación y previene el infarto de miocardio. Siempre con un consumo moderado. El consumo de uva roja sin pelar aporta la misma propiedad sin necesidad de ingerir alcohol.

 

La uva también nos ayuda a regular el intestino. Consumiendo una uva entera con piel incluida, esta ayuda a limpiar los intestinos, aumentando la materia fecal y previniendo el estreñimiento. De igual manera, las uvas pasas tienen propiedades laxantes. Por otra parte ¡la uva nos da mucha energía!, ya que por su riqueza en azúcares e hidratos de carbono constituye una fuente de energía natural para los que precisan un esfuerzo extra como deportistas, estudiantes, niños en época de crecimiento o personas con nivelesbajos de azúcar en sangre. Mucho más energía dan las pasas, en cuyo caso el contenido en hidratos de carbono y calorías se triplica respecto las uvas frescas.

 

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Y por último destacar sus aplicaciones cosméticas.  En la piel hidrata y recupera los efectos de la sequedad. La pulpa de este fruto extendida sobre la cara en forma de mascarilla durante 20-30 minutos es un buen recurso para eliminar las arrugas. La savia de la vid puede utilizarse para desinflamar los ojos si se aplica un baño sobre los mismos. El vinagre de uva blanca puede utilizarse para quitar las manchas amarillas de las uñas, limpiando estas con un cepillo suave impregnado de vinagre. Sólo una pequeña advertencia… Contraindicaciones, ¿quién no debería consumir uva? No resultan muy adecuadas para los diabéticos, aquellos que presentan problemas intestinales porque les aumenta las fermentaciones y los gases.

 

¡Receta rica y fácil! Tostadas de uvas, leche condensada y almendras

¿Hay algo más sencillo que preparar una tostada? ¿A qué no? Y si además incluye fruta… ¡se convierte en una tostada diez! Además, es una receta que se puede hacer con cualquier otra fruta que os guste. Una dulce tentación que se prepara con apenas unos minutitos de elaboración.

 

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Ingredientes (por cada tostada):
• 1 rebanada de pan de molde
• 2 cucharadas soperas de leche condensada
• 1 cucharada de almendras picadas ligeramente tostadas
• 8 uvas

Elaboración: untamos las rebanadas de pan de molde con la leche condensada, de manera que queden bien empapadas. Cubrimos con las almendras y llevamos al horno, precalentado a 200º, hasta que el pan se dore.
Mientras, vamos cortamos las uvas por la mitad y les quitamos las pepitas. Una vez dorado el pan, lo sacamos del horno y lo cubrimos con las uvas.
Si no vais a servir inmediatamente y queréis que las uvas sigan brillantes, podéis hidratar una hoja de gelatina, escurrirla y meterla unos segundos en el microondas hasta que se deshaga, y pintar las uvas con ella.
A mí me parece una merienda ideal, energética y muy sana para los niños… ¿estás de acuerdo? ¡A disfrutar!

 

¡Curiosidad! ¿Por qué tomamos 12 uvas para celebrar la entrada al año nuevo?

Leyendo por ahí he descubierto que se cuentan varios orígenes de esta tradición. Se tiene constancia que en el siglo XIX existía la costumbre entre los burgueses españoles de comer uvas y brindar con champán para despedir el año.

 

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Pero el origen más extendido es que se trata de una tradición promovida en 1909 por agricultores de Alicante y Murcia, deseosos de colocar el excedente de uvas que habían sufrido ese año debido a una buena cosecha. Sin embargo, y aunque esta historia es cierta, su origen, en esta época, se remonta a algunos años antes. El primer testimonio escrito que la constata es de la prensa madrileña en enero de 1897, donde se comenta que “Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante”, lo cual quiere decir que al menos en 1896 así se hizo, y probablemente algún año atrás.

 

La explicación plausible de por qué alguien decidió esto es porque en 1882 el alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, decidió imponer una tasa de un duro a todos aquellos que quisieran salir a recibir a los Reyes Magos la noche del día 5 de enero pasando una noche de fiesta, borrachera y armando jaleo. Así, privados los madrileños de esta noche de desenfreno, algunos se animaron a celebrar la Nochevieja en la Puerta del Sol, comiendo uvas con las campanadas, tal vez como protesta o como mofa de la tradición burguesa de comer uvas y champán en la cena de Nochevieja, una tradición que reflejan los periódicos de la época y que dicen importada de Francia y Alemania.

 

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Este comportamiento se extendió y popularizó rápidamente en la capital, hasta el punto de que en 1897 los comerciantes de la ciudad ya publicitaban las uvas de la suerte y en pocos años ya se conocía en muchos lugares. Ahí es donde entran nuestros agricultores levantinos del principio, que aprovechando su excedente de producción de 1909, realizaron una campaña para promulgar y potenciar la costumbre por todo el país, y así poder colocar su mercancía. Y les salió bien, ya que hoy pocos son los que no dan la bienvenida al Año Nuevo con 12 uvas en la mano para ir comiéndolas al son de cada campanada, o al menos intentándolo, porque la superstición dice que da buena suerte.

Esta tradición de las uvas de Nochevieja es exclusivamente hispana, y se exportó a otros países hispanoamericanos como México, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Chile, Colombia. En otros lugares no se toma nada con la uvas – se hace una cuenta atrás y chim-pum – y en algunos, como Italia, es tradición tomar un plato de sopa de lentejas durante la cena, una tradición romana que nos dará fortuna en el nuevo año.

 

¡Es hora de darle al crafting creativo! Racimos de uvas hechos con tapones de corcho

Handmade y reciclaje es lo que más me gusta. En esta manualidad aprovechamos tapones de corcho y los reutilizamos para formar racimos de uva. Una manualidad sencilla y nada peligrosa para tener entretenida a la tropa alguna tarde de otoño en el que el tiempo no acompañe demasiado.

 

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Fuente: www.lacrema.com

 

Materiales y herramientas:
– Tapones de corcho de vino
– Pintura
– Pistola de cola termofusible
– Cinta
– Tijeras
Nota: Cuidado con la pistola de cola termofusible y los niños pequeños, pueden quemarse. Queremos handmade para todos, pero siempre con seguridad.

 

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Fuente: www.lacrema.com

 

Pasos a seguir:
1. Pinta los extremos de los tapones del color que más te guste y déjalos secar completamente.
2. Con ayuda de la pistola de cola termofusible y usando muy poquita cola ve haciendo grupitos en forma de racimo. Por ejemplo, pero dependiendo de lo grande que quieras hacer el racimo, empieza con cuatro tapones, después pon debajo tres, continua con dos y finaliza con uno. ¡Ya lo tienes!
3. Termina haciendo un lazo bien bonito de cinta y pegándolo en la parte superior del racimo. ¡Seguro que te he quedado genial!

Espero que hayas aprendido un montonazo este mes y transmitas tus conocimientos a los demás, ¡ya sabes que la ciencia no tiene por qué ser aburrida! ¡Nos vemos al mes que viene!

Etiquetas
Blog a cargo de Silvia Pérez, bióloga y amante de la fotografía y las manualidades.
extern Colaborador Externo
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