Agricultura

29 Jul 2014

El arte de criar abejas

De todas las artes que pueden relacionarse con la agricultura, la apicultura es una de las más antiguas y también una de las más importantes tanto por su papel económico como por su función vertebradora para la sostenibilidad, el equilibro ecológico y el desarrollo rural.

Ya en un artículo anterior de Espores.org abordamos el tema de La crisis de las abejas haciendo hincapié en la especial relación que estos pequeños insectos mantienen con el hombre desde hace miles de años. La apicultura es un arte cuyo origen podemos datar en el momento en el que el ser humano pasa de ser nómada a sedentario, y que se fue desarrollando de forma más o menos escalonada desde el Antiguo Egipto hasta el siglo XIX. Fue entonces cuando Lorenzo Larrain Langtroth inventó un cuadro móvil de madera que imitaba a las celdas de las colmenas y que permitía recolectar de forma mucho más eficiente la miel. A partir de aquel momento, los huecos de los árboles, hasta entonces lugares de recolección prácticamente improvisados, fueron sustituidos por estas colmenas industriales. La apicultura, entonces, pasó a ser una actividad mucho más controlada y a formar parte de la agricultura.

 

El sector apicultor español es uno de los más potentes del mundo. En España existen entre 1,6 y 1,8 millones de colmenas, la mayoría de ellas móviles y con una producción aproximada de 30.000 toneladas de miel al año. La Comunidad Valenciana, Extremadura y Andalucía son las regiones con una mayor producción de este producto, aunque la tendencia aumenta en otras comunidades como Castilla-León y Madrid (que aprovechan la cantidad de abejas que llegan allí por la floración de cantueso y espliego) o la Ruta Sur, que va desde el sur de Castilla La Mancha hasta Andalucía aprovechando la floración del girasol.

 

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Fuente: www.apiten.com

apicultura cria abejas

apicultura problemas

 

Sin embargo, a pesar de la extensa tradición apícola de nuestro país, esta actividad no es exclusiva para nuestros apicultores. Aunque en España existen algo más de 100.000 apicultores se trata en casi todos los casos de explotaciones muy pequeñas sustentadas por agricultores que dedican a esta actividad únicamente una parte de su tiempo. De hecho, muy pocos tienen más de 400 colmenas. A pesar de ello, en todo el mundo siguen apareciendo pequeños proyectos relacionados con la apicultura que surgen por distintos motivos. El principal que se trata de una actividad sostenible que promueve la diversidad biológica ya que las abejas son excelentes polinizadoras de frutas y cultivos.

 

La polinización perfecta: apicultura y agricultura se dan la mano

La polinización es fundamental para que las plantas en flor produzcan cualquier tipo de semilla o de fruta. El intercambio de polen entre las flores tiene como objetivo fundamental la reproducción, un proceso insustituible para el mantenimiento de la vida sobre la tierra. Esta polinización es tan importante para los cultivos como lo es el agua o los abonos, y está directamente relacionada con la calidad y cantidad de los cultivos.

 

El problema surge cuando las prácticas de la agrícolas actuales y las grandes extensiones de monocultivos hacen que disminuya el número de polinizadores naturales. La agricultura intensiva tiene esta paradoja: por una parte disminuye las poblaciones de insectos locales que puedan polinizar adecuadamente a las plantas y, por otra, por tratarse de grandes extensiones de terreno, genera una mayor necesidad de polinizadores naturales. A grandes rasgos, todos los insectos son polinizadores positivos. Es cierto que cada especie vegetal tras miles de años de evolución, tiene una exigencias específicas para el transporte de su polen. Sin embargo, también es cierto que las abejas, concretamente las abejas melíferas son los insectos con mayor efectividad polinizadora que se conocen. Los motivos están en su propia fisionomía, primero por que tienen el cuerpo cubierto de pelos que les permite entrar fácilmente en el interior de las flores sin dañarse; el segundo, porque gracias a su tamaño las abejas son capaces, en un único viaje, de recolectar el polen necesario para alimentarse y para cubrir las necesidades de la colonia, lo que las convierte en insectos altamente eficientes.

 

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apicultura polonización

apicultura apis mellifera

Apis mellifera

 

El potencial como generador de biodiversidad de las abejas convierte a la apicultura, concebida como la actividad de crianza de abejas, en una actividad sostenible ideal para zonas rurales tanto silvestres como cultivadas, para aquellos parajes donde se apuesta por la agricultora ecológica e incluso en zonas deprimidas y áridas en las que el cultivo de algunas especies haya fracasado con anterioridad. En todos lo casos, la apicultura garantiza una ventaja adicional a los cultivos porque independientemente de la zona, las abejas son capaces de recoger néctar y polen sin entrar en competencia con otros insectos y animales garantizando la continuidad en el tiempo de la naturaleza a través de la polinización de las plantas silvestres y cultivadas.

 

Recursos naturales y beneficios de la apicultura

La actividad apícola puede realizarse en zonas que posean los siguientes recursos naturales: abejas, plantas en flor y agua limpia. El resto de recursos que emplea son la silvicultura (los bosques sirven para instalar las colmenas de las abejas independientemente de que sean naturales o industrialesla agricultura y las actividades de conservación, con la ventaja de que no deteriora estos recursos naturales básicos sino que además ayuda a fortalecerlos y mantenerlos.

 

Entre los beneficios de la apicultura podríamos enumerar muchos. Las abejas polinizan todo tipo de plantas, también aquellas que no se dedican a la agricultura propiamente dicha, como son las plantas forrajeras, que ayudan a mantener el control sobre la fauna de un lugar. En segundo lugar, podemos hablar de los beneficios tangibles y económicos, vinculados a la obtención de la miel, un alimento consumido desde hace miles de años. Ligada a esta producción está también la consecución de otro tipo de productos además de la miel como puede ser la cera y otros productos alimenticios para la elaboración de telas o bebidas. Hay que tener en cuenta que la comercialización de estos productos derivados puede suponer mayores rentas al productor que la venta directa de la materia bruta, es decir, la miel. Por último, y aludiendo a la apicultura tal y como la conocemos actualmente en las sociedades desarrolladas, podemos mención a otro beneficios no tangible directamente, y es que se trata de una actividad de contaminación cero en la que el proceso de reciclaje es total. Gran parte de los materiales usados para la construcción de colmenas como la madera, los clavos o el aluminio también pueden reutilizarse.

 

apicultura panal

 

A modo de resumen, podemos decir que la apicultura es una actividad agrícola 100% sostenible cuyo impacto ambiental es mínimo, que genera muy pocos deshechos contaminantes, que es capaz de reforestar regiones degradadas minimizando, por ejemplo, las quemas provocadas y/o accidentales, que mejora los recursos hídricos y que, en muchas ocasiones, actúa como eje de control biológico siendo un importante aliado de la biodiversidad.

 

¿Un sector olvidado?

A nivel global, desde el año 2006 se ha detectado un fenómeno bautizado como el colapso de las colonias de abejas y que es sinónimo de la desaparición de millones de abejas a escala global. Las causas pueden ser muchas, aunque los expertos sostienen que las principales son el uso de algunos fertilizantes y el cambio climático. España no es ajena a esta crisis. De hecho, desde 2004 en España se ha detectado una importante caída de ejemplares de abeja melífera (Apis mellífera) en las explotaciones apícolas de nuestro país, siendo su índice de mortandad uno de los más altos de Europa.

 

En el año 2011 la Asociación Española de Apicultores denunciaba que prácticamente un 75% de los panales españoles estaba infectado por el parásito Nosema apis, que afecta al aparato digestivo de las abejas y que causa la muerte a más del 30% de ejemplares cada año. El único medicamento que sirve para combatir a este patógeno está prohibido y la UE reconoce no saber cómo combatir la mortalidad causada por éste. Otra enfermedad muy vinculada con las abejas es la varroasis, causada por un ácaro llamado Varroa y que afecta al sistema exoesquelético y a la musculatura de la abeja. Ésta no puede cumplir bien sus funciones, lo que a grandes rasgos se traduce en un debilitamiento generalizado de la colonia. En la actualidad uno de los principales puntos del Programa Nacional Apícola promovido por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y la UE es la lucha contra la Varroasis y otras enfermedades vinculadas a ella con acciones que abarcan desde el asesoramiento técnico hasta el diagnóstico de campo y laboratorial, la prescripción de tratamientos, el control de efectividad y la profilaxis.

 

apicultura Vespa velutina

apicultura Vespa velutina larvas

 

Por último, España se enfrente a un problema más, la presencia de la avispa asiática (Vespa velutina) una especie invasora que está haciendo estragos sobre las colonias de abejas. Todos estos aspectos hacen que los apicultores denuncien sentirse como un sector olvidado problemas reales parecen no encontrar solución en las administraciones.

 

Desde el año 1996 existe en nuestro país una legislación específica sobre la ubicación de colmenares. Éstos deben instalarse cumpliendo unas pautas establecidas por cada Ayuntamiento o Comunidad Autónoma. A grandes rasgos, para poder instalar una explotación apícola necesitas el visto bueno del ayuntamiento en cuestión y del propietario del terreno. Tiene que tratarse de un lugar en el que las abejas tengan acceso a agua a no más de dos kilómetros y que en sus alrededores no haya cultivos tratados con pesticidas. El colmenar tiene que estar protegido del viento y bien señalizado para prevenir a posibles visitantes. También hay que mantener unas distancias básicas. Por ejemplo, no se pueden instalar colmenas a menos de 400 metros de núcleos urbano, a menos 200 metros de viviendas, de 300 de carreteras nacionales y a menos de 25 metros de caminos vecinales. Los terrenos con monte bajo, con bosques y praderas naturales son lugares ideales para establecer un colmenar.

 

Más info: http://www.magrama.gob.es/es/ganaderia/temas/produccion-y-mercados-ganaderos/planes_nac_apicultura.aspx

Revista de divulgación científica del Jardí Botànic de la Universitat de València.
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