Botánica del mes: Elena Carrió

¿Por qué escogiste Botánica?

Mi elección por la Botánica fue una decisión basada en lo emocional que se remonta a mi niñez. Esta inclinación se la debo a mi familia, en especial, a mi abuelo y a mi tío, magníficos alentadores de la curiosidad por la Biología y por las plantas. Además, tuve la suerte de tener una gran profesora de biología en el colegio, que consiguió mantener activo mi interés.

Haciendo trabajo de campo en Tavernes para la tesis: La hibridación en el origen de especies en el género Anthirrhinum (Scrophulariaceae).

A lo largo de tu carrera, has participado en muchos proyectos. ¿Estás orgullosa de alguno en especial?

Me siento especialmente satisfecha con todos los proyectos en los que he participado y que han contribuido a la conservación de especies vegetales. Por ejemplo, de haber contribuido junto con otros más de 240 autores el Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España. La iniciativa se inició en el año 2000 y puso al día el conocimiento sobre el estado de conservación de la flora española.  Los botánicos se organizaron en más de 25 equipos de trabajo para tomar datos de campo de más de 600 taxones susceptibles de estar amenazados.

Haciendo trabajo de campo en Almería.

¿Qué importancia tiene un proyecto como este, por ejemplo, para la sociedad?

El proyecto Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España fue pionero en  Europa. Generó mucha información sobre el tamaño y el emplazamiento de las poblaciones de las plantas y supuso un avance importante en el camino de la conservación de nuestra flora más amenazada. Los resultados de este proyecto permiten priorizar las acciones de conservación hacia los taxones que tienen un mayor riesgo de extinción y establecen una base para que los gobiernos tomen decisiones justas y coherentes sobre su protección legal. La sociedad se beneficia de los resultados de este tipo de proyectos en muchos sentidos. Directa o indirectamente, iniciativas así contribuyen a mantener la biodiversidad, al bienestar social, a marcar una ética sobre nuestra responsabilidad con nuestro entorno, a ponernos frenos sobre el uso indiscriminado de recursos. O siendo más prácticos, también ayudan, como ya he mencionado, a dirigir mejor hacia dónde debería ir el gasto.

Trabajo de campo, observando polinizadores en València.

¿Cómo ha cambiado tu trabajo con los años?

Me inicié en la investigación en el año 2001. Durante los primeros años dediqué la mayor parte de mi tiempo a la toma de datos de campo. En los últimos años, ha habido un auge de la bioinformática, de las técnicas moleculares y del estudio de modelos predictivos aplicados a la ecología de plantas. He integrado algunos de estos avances en mi trabajo, pues estas técnicas novedosas tienen la ventaja de que pueden utilizarse de manera complementaria y permiten abordar el estudio de las plantas desde muchos ángulos distintos para testar hipótesis evolutivas o ecológicas. Desde mi punto de vista, estas técnicas también pueden reducir la necesidad del investigador de acudir al campo y a esto le veo como desventaja que  pueden desconectarte “emocionalmente” del grupo de plantas o del proceso biológico que estudias, quitándole algo de pasión a la investigación.

Con botánicos en una visita a la isla de Creta.

¿En qué proyecto estás trabajando ahora?

Actualmente, estudio el efecto del cambio climático sobre la hibridación entre  plantas en la naturaleza. La hibridación espontánea entre especies vegetales es un fenómeno frecuente que se da en la naturaleza y que afecta a la diversidad de especies y a la conservación de los recursos naturales, pues dependiendo de las circunstancias puede llevar a las especies hacia un empobrecimiento genético, o hacia la extinción. O, por el contrario, enriquecerlas genéticamente y mejorar sus características. La pregunta a la que me gustaría responder concretamente es si el cambio climático afectará a la tasa a la que las especies hibridan espontáneamente en la naturaleza, si el efecto variará  según las características ecológicas de las especies, y si el efecto variará según los tipos de ecosistemas.

Con el grupo de investigación PLANGER, en el que trabaja actualmente Elena Carrió, en la Universidad Politécnica de Madrid. 

Trabajo de campo en Valdemanco. Estudiando una zona de hibridación de dos especies de jaras (Cistus) en la Sierra de Madrid.

¿Cuál es la habilidad imprescindible para tu trabajo?

Para mí, tesón y perseverancia. También me parece que la responsabilidad con los demás y con uno mismo es un ingrediente importante, aunque no sea imprescindible para el éxito.

¿Cómo valoras la situación laboral del sector?

Los datos de los últimos dos años indican que el gasto en investigación y desarrollo en España es la mitad que en la Unión Europea.  En la última década, España ha experimentado una reducción continuada del esfuerzo inversor en I+D que ha impactado negativamente sobre el sistema científico y tecnológico. Atendiendo a estos datos, mi valoración sobre la situación laboral del sector es que ésta podría mejorar mucho con una  nueva orientación del presupuesto del gasto público. Pienso que situarnos en la media europea en cuanto al gasto destinado a investigación conllevaría muchos beneficios para nuestra sociedad.

Trabajo de campo Marruecos. Campaña de muestreo en el monte Lakraa.

¿Qué papel tiene la divulgación científica?

Creo que es fundamental. La divulgación descodifica la información científica y la envía a través de muchas señales a la sociedad, que la recibe, la procesa y puede tomar decisiones para cambiar lo que no gusta y potenciar lo que sí. La actividad científica gana sentido y se justifica aún más gracias a la divulgación, por eso creo que es importante cuidarla.

¿Tu trabajo te permite aprender sobre temas que no están relacionados con la Botánica?

Creo sí, que mi trabajo me permite aprender sobre otros temas que no están estrictamente centrados en la Botánica. Por ejemplo, hace poco preparé unas clases sobre conservación de especies vegetales y vida silvestre dentro de un curso más amplio en antrozoologia, que es una disciplina que estudia las relaciones entre el humano y la natura, en concreto, entre el humano y el animal no humano. Para situar las clases dentro del contexto del curso, me informé y aprendí sobre los tipos de interacciones entre humano y animal no humano, así como sobre las situaciones conflicto.

Con botánicos en Japón, durante una estancia en la Universidad de Hokkaido.

¿Has conocido personas interesantes gracias a tu trabajo?

Sí, he tenido la suerte de conocer muchas personas con intereses muy diversos de las que he aprendido mucho. Este trabajo te permite moverte mucho, y te ofrece oportunidades para relacionarte con investigadores de tu país y del extranjero. Los investigadores suelen ser personas curiosas a las que también les interesan otros temas aparte del que estudian, así que es muy enriquecedor compartir con todos ellos.

Con otros voluntarios durante una visita a  proyectos medioambientales en Madagascar.

Por lo que respecta a la docencia, ¿qué crees que es lo importante?

Para mí lo más importante es saber formar profesionales competentes, críticos, y que tengan compromisos sociales. Estas competencias no es posible enseñarlas ciñéndose únicamente a informar al alumnado a través de los contenidos de un temario clásico. Por eso me parece importante que al alumno, además de darle formación para ser un buen profesional, se le proporcionen herramientas que vayan más allá y fomenten un espíritu crítico y comprometido a partir del ejercicio de su profesión. Desde mi punto de vista, nuestro entorno social actual atraviesa una situación difícil que no requiere sólo de profesionales sino que necesita profesionales capaces de mejorar cualquier producto o circunstancia actual en pro de todos y en pro de nuestro entorno. Y para eso es necesario saber pensar críticamente.

¿Cómo imaginas a los futuros botánicos y botánicas?

En un futuro cercano no los imagino muy distintos a ahora. Por mucho que evolucionen las técnicas moleculares y la computación, siempre será necesario acudir al campo a observar y recoger material vegetal, así que su trabajo lo imagino como una sofisticación del trabajo actual.

Con botánicos durante una jornada de trabajo de campo en Barx, València.

¿Cómo animarías a los actuales estudiantes de biología para se dedicaran a lo mismo que tú?

Animaría a los estudiantes a que se dedicaron a cualquier cosa que los apasiona. Pienso que cualquier camino que se emprende es duro, así que si te apasiona es mejor, porque será menos duro. También creo que si te dedicas a la investigación es útil saber convivir bien con el fracaso, porque en ciencia es frecuente que fallen los experimentos o que las revistas no quieran publicar tus artículos a la primera. Aun así, parece que esto no ocurre, porque los fracasos no se hacen visibles. Así que tener en mente que es normal fallar puede alentar a continuar el camino.

Imagina que tienes todo el presupuesto que quieres. ¿Qué mejorarías en tu trabajo?

Contrataría a investigadores e investigadoras jóvenes y no jóvenes. También destinaría fondos a gastos de laboratorio. Las limitaciones de recursos actualmente constriñen la actividad de investigación de muchos grupos. Mi actividad no es una excepción, así que supongo que con recursos ilimitados, mi trabajo cambiaría radicalmente y que podríamos ofrecer muchos resultados interesantes. Gracias por hacernos preguntas que nos hacen soñar.