Cómo dibujar flores con Illustraciencia
Una de las partes más bellas y coloridas del mundo vegetal visible a nuestros ojos son, sin duda, las flores. De todos los tamaños y colores, con formas inacabables y sugerentes, son también las más frecuentes musas de quien se acerca a dibujar el mundo de las plantas. En este artículo, Illustraciencia comparte algunos consejos básicos para iniciarse en la ilustración botánica de flores.
Las ilustraciones botánicas han estado presentes desde tiempos inmemoriales. Ya en el antiguo Egipto, las plantas contaban con su propia iconografía en los grabados de esculturas y monumentos. Más adelante, en la época de los grandes exploradores, se hizo patente la necesidad de registrar todas aquellas especies halladas en tierras lejanas. Hoy por hoy, aún contamos con las obras de antiguas ilustradoras como Hellen Hutchins (1785-1815), considerada la primera mujer botánica de Irlanda, o Margaret Lilian Flockton (1861-1953), primera litógrafa e ilustradora botánica de El Real Jardín Botánico de Sydney.
La ilustración botánica nos transporta e informa no solo de las especies vegetales de la actualidad sino también de aquellas ya extintas. A continuación os ofrecemos un par de apuntes para retratar las partes más bellas y coloridas del mundo vegetal: las flores.
Primeros pasos
Lo primero que hay que tener en cuenta es que tenemos que mantener las proporciones de las distintas partes de la planta. ¿Cuánto mide el tallo? ¿Cómo se disponen las distintas ramificaciones? ¿Cuál es el tamaño de la flor respecto a los demás elementos? Una buena manera de abordar estas cuestiones es ayudarnos de una retícula para dibujar el contorno y las principales partes de la planta de forma correcta. A partir de aquí, podremos comenzar con los detalles.
Empezaremos dibujando el contorno de la flor y la dirección de las hojas. En general, podemos dibujar las flores más sencillas comenzando con un círculo o elipse. En su interior, dibujaremos tantos diámetros como pétalos tenga esa flor, los cuales nos permitirán posicionar los pétalos dentro del contorno circular (podéis ver un vídeo de John Muir Laws aquí). En el centro, no debemos de olvidar dibujar los estambres y el pistilo si se ve. En las hojas y los pétalos, marcaremos las nervaduras también siguiendo su dirección. En cuanto al tallo, aplicaremos las sombras igual que sobre un cilindro, con líneas que siguen la forma de la planta.
En blanco y negro o a color
En caso de dibujar en blanco y negro, una suave gradación de grises aportará delicadeza a la ilustración. Podemos utilizar diferentes instrumentos y técnicas para ello, como el grafito o la tinta. En el primer caso, podemos seguir la forma de las hojas y los pétalos dibujando líneas para representar las sombras. A mayor densidad de líneas, más oscuras serán. En el caso del tallo, por ejemplo aplicaremos las sombras igual que sobre un cilindro, con líneas que siguen la forma de la planta.
Si usamos tinta, podemos seguir el contorno del dibujo de manera lineal y aplicar los clarobscuros usando la técnica del puntillismo. Del mismo modo que con las líneas, cuanta mayor sea la densidad de puntos, más oscuros serán los tonos. Es importante controlar esto para conseguir diferentes gradaciones de grises. La tinta es una técnica muy utilizada en la ilustración científica, pues permite definir de manera nítida los distintos elementos del dibujo.
Plumeria Rubra, de Maria Luisa Palanca. Tinta.
La ilustración muestra todos los componentes de la planta: la inflorescencia (a) y flor individual (f), las hojas (b), tallos y yemas florales (c). Aparece también el fruto en vaina conteniendo las semillas (f, g, h) así como la semilla alada (e). La técnica utilizada ha sido la tinta. Mientras que el contorno es lineal, las sombras y relieves se han conseguido mediante la gradación de grises obtenida con puntillismo.
Si queremos crear una ilustración a color, una de las técnicas más recomendadas para los principiantes podrían ser los lápices de colores. La aplicación de las sombras y los relieves pueden realizarse del mismo modo que con el grafito. Los más atrevidos pueden servirse de la acuarela para aportar color a sus obras. Lo ideal al usar esta técnica, es humedecer con un pincel y agua limpia la zona en la que aplicaremos el color. De este modo, el pigmento se extenderá de manera más uniforme. El papel ha de ser preferiblemente poroso y tener un gramaje mayor de 130 gr. Comienza con tonos claros como base y ve añadiendo capas de color para crear relieves y sombras, dejando en blanco los lugares correspondientes a los brillos.
Quaresmeira, de Laura Montserrat. Acuarela sobre papel.
Representa la flor de Tibouchina granulosa, una especie de árbol originario de Suramérica. Sus hojas son elípticas y estrechas o lanceoladas, de color verde oscuro. Las flores, de cinco pétalos, se disponen en panículas terminales erectas.
Consejo experto
En cuanto al nivel de detalle al que debemos llegar en nuestras ilustraciones, debemos preguntarnos siempre lo siguiente: “¿es imprescindible para reconocer a la especie?”. Si no lo es, puedes ser más laxo con los detalles. En el lado opuesto, también puedes ser todo lo meticuloso que quieras, pero sin llegar a “sobreacentuar” las características del vegetal. Observa los dibujos de profesionales de la ilustración botánica y reflexiona sobre su representación de la especie.
Garra de León. Andrea Ugarte Prieto. Acuarela.
“Garra de León” es el nombre dado a la herbácea Bomarea ovallei una especie endémica de Chile. De la familia de las Alstroemeriáceas, posee un rizoma y tallos gruesos tendidos en el suelo de hasta 2 metros de longitud. Las hojas son opuestas, sinuadas y torcidas, oval-lanceoladas y ápice agudo. Habita suelos pedregosos, a pleno sol, en una restringida área costera cercana a Ovalle. Florece solo durante el mes de octubre con flores rojas reunidas en inflorescencias de hasta 10 cm de diámetro. Es una especie clasificada en peligro de extinción.
Azucena atigrada, Lilium lancifolium. Lucía Gómez Serra. Pintura al óleo sobre tela.
Es una planta muy conocida por su gran resistencia y sus escasas necesidades. Es original de Asia del Este (China, Japón y Corea) y puede llegar a medir de 120 a 180 cm de altura. Las hojas abrigan a menudo bulbitos axilares que permiten una multiplicación fácil. Las flores miden alrededor de 9 cm, son de un color anaranjado pastel, con pétalos moteados de color rojo pardo intenso, que exponen y guían a los visitantes polinizadores hacia el néctar. Las partes masculinas y femeninas están formadas por 6 estambres con anteras rojo pardo y un pistilo dotado de un estilo largo y culminado por el estigma de un mismo color. Estas flores tienen forma de turbante y suelen estar “cabeza abajo”, con los estambres colgando hacia el suelo. La floración sólo se da en agosto. La azucena atigrada necesita mucho sol y no acepta el suelo calcáreo. Su facilidad de cultivo y su bella floración la hacen ser a menudo utilizada para las hibridaciones.
¡Atrévete y experimenta!
Esperamos que estos consejos te ayuden y animen a dar tus primeros pasos en la ilustración botánica. Si necesitas formación especializada para convertirte en un auténtico profesional, Illustraciencia ofrece cursos en diferentes ciudades a lo largo del año. ¡Pero recuerda que para mejorar, lo más importante es seguir practicando!