Siguiendo ‘Les AigüesTortes’ con la mirada
Este Parque es la zona lacustre más importante de los Pirineos, por eso el agua es la principal protagonista llenando más de 200 lagos o estanques y los característicos meandros de alta montaña dan nombre al parque. Los valles en forma de U son una magnífica muestra de la acción erosiva de los glaciares del Cuaternario.
El relieve de granitos y pizarras del Parque se formó hace unos doscientos millones de años, cuando emergió del fondo del mar que cubría estas tierras. Durante varios períodos glaciares, grandes masas de hielo ocuparon todas estos valles, erosionando el paisaje y dándole el aspecto que tiene actualmente.
Iglesia románica de San Clemente, en Taüll. El patrimonio románico de la región es muy diverso y abundante. Imagen de Manel. Fuente: FlickR
Muchos de los lagos y estanques han sufrido un proceso de colmatación que ha provocado el desarrollo de prados planes y siempre húmedos, donde las aguas de los ríos se dividen en numerosos meandros llamados “aigüestortes”.
El clima, el lugar y una leyenda
El Parque se compone de dos valles opuestos que se unen al Portarró de Espot, un cuello de 2.423 m de altitud. La cima más elevada es el pico del Comaloforno, con 3.033 m, pero el más conocido y símbolo del Parque es el macizo de Els Encantats, dos inmensas moles que se elevan hasta los 2.747 m frente al lago de San Mauricio.
Els Encantats. Imagen de Jordi Marsol. Fuente: FlickR
Y cómo no, este macizo esconde una leyenda: un año, el día de la romería de San Mauricio, todos los vecinos del pueblo subieron hasta la ermita para asistir a la misa solemne que se celebra en honor al Santo. De repente, dos cazadores extranjeros que pasaron por delante de la iglesia se burlaron de la devoción de los vecinos y decidieron irse a cazar un ejemplar de rebeco acompañados de su perro.
De camino a la cima de la montaña vieron un rebeco enorme y reluciente que se asomaba por el cuello que separa los dos picos pero en llegar al lugar, el animal había desaparecido. En ese mismo momento, cayó un rayo que fulminó a los dos cazadores y el perro convirtiéndolos en piedra. Hoy, desde el camino se pueden ver claramente las figuras de los dos cazadores y del perro.
Estanque de San Maurici. Imagen de pepesaa. Fuente: FlickR
Las nevadas son frecuentes en el Parque entre los meses de noviembre y abril. La temperatura media mensual en invierno oscila entre 0 y 5ºC, pero en la alta montaña es aún más baja, ya que, durante 4 o 5 meses, la temperatura media mensual es inferior a 0ºC.
La altitud, que oscila entre los 1.350 y los 3.033 m, y la diferente orientación de los valles, facilitan la existencia de un gran número de microclimas. Sin embargo, la primavera lo cambia todo y las temperaturas se suavizan. La diferencia de insolación es muy marcada entre la solana y la umbría por ello, deberás llevar desde guantes para el frío hasta sombrero y protector solar.
Biodiversidad, mucha biodiversidad
Casi 1.500 especies vegetales han sido descritas en este Parque de las cuales, el 7.8% son endemismos pirenaicos. Hongos, algas, musgos y líquenes enriquecen aún más esta privilegiada región del Pirineo. En cuanto a la fauna, el Parque Nacional ha sido declarado por la UE, ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) en 1988 por la presencia de quebrantahuesos, perdiz blanca, perdiz pardilla, urogallo y chova piquirroja .
Crocus nudiflorus crece en las praderas del Parque Nacional de Aigüestortes. Imagen de Juan Simón. Fuente: FlickR
Destacaremos dos especies endémicas y que muestran flores llamativas que seguro os alegrará encontrar. Lilium pyrenaicum hace 1 m de altura y tiene hojas alternas de unos 13 cm.Sus flores son de color amarillo verdoso con manchas oscuras. En el Parque podemos encontrarla por encima de los 1.900 metros. Y Crocus nudiflorus es un bulbo globoso con hojas lineares aplanadas por el haz y redondeadas por el revés. Las flores solitarias de tépalos unidos por un tubo de hasta 22 cm y de color azulado; el fruto es una cápsula elipsoide con semillas de color castaño. En el parque se encuentra en las praderas.
Una de las flores más importantes de la zona es la orquidea vinculada a los hayedos y abetales (Neottia nidus-avis), bosques que se sitúan en las laderas más húmedas, pero donde no pueden crecer otros bosques debido a que el suelo es muy pedregoso o porque es una zona de aludes.
Neottia nidus-avis. Imagen de Urmas Ojango. Fuente: FlickR
Sorbus aucuparia. Imagen de Robin. Fuente. FlickR
La serbal de cazadores (Sorbus aucuparia) es un arbusto que, en este caso, acompañan a los bosques de robles y hayas. Señalan la acumulación de suelo y prefieren las umbrías. Sus frutos son muy ricos en vitamina C y se utilizan para elaborar mermeladas y licores.
El listado de especies interesantes podría seguir y seguir pero te recomendamos que viajes durante este puente de mayo al deshielo, donde la nieve se funde para dejar caer agua fría y corriente por las laderas montañosas, la luz atraviesa los frondosos bosques todavía desnudos de hojas y las lagartijas corren tan rápido que es fácil pensar que te las has imaginado.