Agricultura

4 Jun 2015

El almanaque de junio

¿Qué nos depara el mes de junio? El almanaque patrocinado por Altocúmulo, la tienda de meteorología, nos recuerda las fechas más relevantes y nos presenta la estación meteorológica del Jardí Botànic de la Universitat de València. Prepárate, ¡que comienza el verano!

 

Bienvenidos al mes de junio, mes en el que empieza el verano astronómico y, generalmente, el meteorológico. Mes de calor, de humedad, de gafas de sol y de análisis de resultados. Pero además, os enseñaremos a colocar correctamente una estación meteorológica. No cualquier espacio es adecuado.

 

Días destacados

Durante el mes de junio, nuestra luz azul viajará por el espacio, y como siempre, estaremos atentos a estos días:

Luna llena: el 2 de junio a las 16:20 horas
Cuarto menguante: el 9 de junio a las 15:43 horas
Luna nueva: el 16 de junio a las 14:06 horas
Cuarto creciente: el 24 de junio a las 11:04 horas

 

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Imagen de Ana Moro

 

En Valencia, el Sol salió el día 1 a las 6:37 horas y lo hará el día 31 a las 6,37 horas. Así que no ganaremos nada de luz por la mañana. En este periodo tendrá lugar el solsticio de verano asi que ganaremos y perderemos horas de luz. El Sol se puso el día 1 a las 21:22 horas y lo hará el día 31 a las 21:33 horas.  ¡11 minutos de luz más por la noche! Esta hora del día 31 es el ocaso más tardío del año. ¡Qué gusto! Ganamos menos luz que en el pasado mes de mayo, pero los días siguen siendo muy largos.

En cuanto a fechas señaladas, el día 5 es el Día Mundial del Medio Ambiente. El día 7 es la Festividad del Corpus  y por último, murcianos y riojanos celebran su fiesta el día 9. ¿Os apetece meteros en labores agrícolas?. Pues entonces plantaremos maíz, patata tardía y judía verde.

 

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Ya hemos conentado que  comentado que el Botànic tiene una estación meteorológica en sus instalaciones, concretamente en la terraza del edificio principal. Podemos verla, arriba, si nos acercamos al jardín desde la Gran Vía. Una estación meteorológica completa o profesional se llama así porque tiene instalados los instrumentos necesarios para medir los elementos atmosféricos más usuales.

 

Datos, datos y más datos

La temperatura y la humedad son los elementos esenciales en cualquier estación meteorológica. Las colocamos juntas porque generalmente las mide el mismo sensor. Para ello, se coloca un termohigrómetro digital, que suele ser un pequeño dispositivo alojado en una pantalla protectora de la radiación solar como la de la imagen. Así, este sensor está protegido del sol, y está ventilado, al mismo tiempo.

 

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A la derecha de la imagen, protectores de termohigrómetro

 

Medimos las precipitaciones con la ayuda de pluviómetros digitales que se colocan en estas estaciones son del tipo balancín, es decir, que el agua de lluvia entra por el orificio superior y sale por un orificio inferior llenando, progresivamente, una de las cubetas del balancín (pueden tener una o dos). Cuando la cubeta se llena, se vuelca y el agua se vacía saliendo por la parte inferior del pluviómetro. Este vertido constante, con mayor o menor intervalo (según llueva más o menos) mueve un imán que manda un pulso y … así funciona.

 

Para medir la intensidad del viento se coloca un anemómetro, que generalmente suele ser de cazoletas (aunque los hay de turbina o ultrasónicos, que son los de precio más elevado). Y para la dirección del mismo, nada como una clásica veleta. Diseños, materiales y precisiones varían en función del fabricante, del destino que queramos darle… o del precio. Hay otros parámetros que podemos medir con este tipo de estaciones meteorológicas, como la radiación solar o la radiación ultravioleta, pero son elementos caros y no siempre necesitan medirse.

 

Un poco más a la derecha, ¡perfecto!

Por último, no olvidemos que la correcta ubicación de una estación meteorológica es tan importante, o más, que la calidad de los sensores que tenga nuestra estación. ¿Y cómo sabemos que nuestra estación va a estar bien colocada? A continuación os damos las claves.

 

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El termohigrómetro deberá estar colocado a un mínimo de 1.5 metros de altura sobre el suelo. Intentaremos que el suelo no sea de un material que se recaliente mucho con el sol (si es terreno natural, mejor que mejor). Deberemos alejarnos lo más posible de paredes, salidas de humos, chimeneas… en definitiva, de todo aquello que pueda perturbar nuestras mediciones.

 

El pluviómetro deberá estar libre de obstáculos en un ángulo de 45 grados desde el mismo. Es decir, que nos imaginamos un cono invertido, cuyo vértice estará en nuestro pluviómetro, y veremos si la superficie de este cono intersecta con algún obstáculo, que puede ser, por ejemplo, un murete cercano, o bien un gran árbol que se encuentre a 30 metros. En resumen, todo aquello que puede hacerle sombra.

 

¿Y el viento? Pues es fácil. Lo más alto que podamos… Alejado de paredes o edificaciones que puedan perturbar la llegada de los vientos de alguna orientación determinada.

 

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Enseñar metereología a los niños también puede ser una actividad de riesgo. Altocúmulo ha estado presente en Experimenta y Expociencia

 

¡Hasta aquí! Podemos ponernos en harina (o en isobaras, o en millas por hora…) si tenemos claros estos consejos para montar nuestra propia estación meteorológica y recuerda que lo que en junio se moja en junio se seca. 

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