Un jardín astronómico
No hablando de un jardín muy grande sino de uno dedicado a las estrellas. Viaja al cielo con Espores, por suerte para los amantes de la astronomía, no suele haber muchas nubes por aquí cerca.
En la Ciutat de les Arts i les Ciències hay un espacio, abierto completamente a los peatones, dedicado al estudio de las estrellas. Recibe el nombre de Jardín Astronómico y nos enseña cómo observar el cielo. El invierno es la mejor época para levantar la mirada y ver las estrellas, que siempre esconden historias de amor, odio y grandes gestas y maldiciones.
Si os despertamos la curiosidad por la astronomía, presentamos la web de la Asociación Valenciana d’Astronomia, con más de 40 años de existencia y que organiza desde salidas nocturnas, y charlas hasta cursos. Haz clic para acceder y prueba su simulador del firmamento.
Prerrequisitos
Mirar hacia arriba es bastante sencillo pero si lo que queremos es entender qué pasa en el cielo, necesitaremos ropa de abrigo, alejarnos de la contaminación lumínica y un filtro rojo para cubrir una linterna, que puede ser un trozo de tela asegurado con una goma elástica.
Jardín Astronómico de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias
Es importante que los ojos se nos acostumbren a la oscuridad y cuando lo hayan hecho, no encendamos las luces del coche, ni el móvil, ni retiremos el improvisado filtro rojo de la linterna. También tenemos que tener claro que los paralelos de la tierra son paralelos al ecuador y que los meridianos, van de polo a polo.
Saber la hora solar, que no se corresponde a la hora de nuestros móviles, implica conocer la altura del sol y su orientación. En invierno, la hora de nuestros relojes (hora civil), es un hora más tarde que la solar, en verano tendremos que sumar dos.
Un árbol transformado en gnomon. Imagen de FlickR
Si visitáis el Jardín Astronómico durante un soleado día, os recomendamos que empezéis por el elemento más sencillo de todos, el gnomon, para conocer la hora solar. Si nos quedamos de pie en un punto fijo bajo la luz solar veremos nuestra sombra moverse a lo largo de las horas, pero es fácil pensar que a los antiguos astrónomos no les entusiasmaba la idea de pasar horas de pie en el mismo lugar y por eso buscaron un sustituto, el gnomon, un palo largo y fin perpendicular en el suelo.
Reloj de Luna
Si por el contrario vamos de paseo al Jardín Astronómico por la noche, también tendremos qué hacer porque la Luna, además de hacernos imaginar, nos permite saber la hora, como lo hace también el sol. Este tipo de reloj es más desconocido, por eso te animamos a que te acerques y leas bien las instrucciones.
Reloj de Luna del Jardí Astronòmic de la Ciutat de les Arts i les Ciències
Este reloj está formado por dos discos que giran un sobre el otro. En el disco exterior, haremos coincidir la fase de la luna de esa misma noche con la marca del disco donde pone Sur y el disco interno lo tendremos que alinear con la hora en la que la luna alcanza a la fase de culminación, indicada en la mesa de instrucciones. Si las seguimos bien podremos saber a qué hora sale la luna, a qué hora se esconde y por dónde.
Si lo que nos interesa es una visión más superficial de nuestro satélite, podremos ver un réplica donde se detallan los accidentes que, desde la tierra, apreciamos como manchas oscuras y claras consecuencia del intenso bombardeo de asteroides que sufrió hace 3.800 millones de años y quellenaron la superficie lunar de satélites. También está representada la cara oculta.
Medir distancias desde la tierra
Niños y adultos pueden usar esta técnica. Para medir distancias en el cielo tendremos que medir el ángulo que forman dos estrellas con nosotros mismos. Para hacerlo, estiraremos bien el brazo y usaremos el puño como unidad: un puño cerrado son 8 grados y un puño cerrado con el pulgar extendido equivale a 15 grados. Estos son algunos ejemplos pero hay más medidas. Además, la longitud del brazo es proporcional al tamaño del puño, cualquier persona puede hacer las mediciones.
Esperamos que este paseo por las estrellas os haya despertado la curiosidad. Mientras el cielo espera a que averiguamos las historias que las estrellas nos cuentan, las hojas de los árboles caen para dejar libre la vista al cielo, todo un detalle por parte del otoño.