El Desierto de Las Palmas
El Desierto de las Palmas es uno de los espacios que más ha sufrido los estragos de los incendios de la Comunidad Valenciana. También es de uno de los espacios protegidos de nuestro país ya que acoge la reserva europea más grande de palmito, la única especie de palmera nativa de Europa Continental.
Las zonas de la serranía litoral de la comarca de la Plana Alta, en la provincia de Castellón, destacan por sus abundantes costas y roquedos paralelos a la costa mediterránea. Encontramos allí el punto más alto de la provincia, el pico Bartolo, que con sus 729 metros de altura se convierte en un mirador de lujo desde el que observar las tierras del interior de Castellón, el golfo de Valencia o las Columbretes, un pequeño archipiélago formado cuatro grupos de islas volcánicas situadas a unos 40 kilómetros perteneciente al término municipal de Castellón de la Plana. Este pico forma parte del Parque Natural del Desierto de las Palmas, que abarca los municipios de Benicasim, Borriol, Cabanes, Castellón de la Plana y la Puebla de Tornesa.
Vistas del Pico Bartolo
Islas Columbretes
Desde aquí se pueden distinguir varias serranías como El Desierto, la Sierra de Les Santes y Les Agulles de Santa Àgueda, formados en su mayoría por areniscas de ródeno, una piedra que tiñe el paisaje de color rojizo. El entorno combina las zonas secas y arenosas, formadas por barrancos, con suaves relieves y con suelos pobres en cal muy apropiados para el desarrollo de vegetación. Al contrario de lo que muchos piensan, el sitio del que estamos hablando, el Desierto de las Palmas, es todo menos un desierto, aunque su nombre pueda llevar en principio a confusión. De hecho, desde el punto de vista botánico es un enclave con un valor muy alto, ya que alberga plantas y comunidades vegetales endémicas o muy raras. Como veis, nada que ver con la vegetación pobre asociada a los parajes desérticos.
La tierra del Palmito
De entre todos los pobladores del Desierto de Las Palmas destacan especialmente los palmitos o palmiteras (Chamaerops humilis), especie carismática y extensamente distribuida por el litoral mediterráneo y la provincia de Almería, especialmente en el Cabo de Gata, que crece de forma totalmente espontánea. El palmito es muy usado en alimentación ya que sus cogollos son ricos en ácido butírico y son usados como antidiarreico, astringente y como planta ornamental. El nombre de esta especie proviene de los vocablos griegos chamai (pequeño) y rhops (arbusto), y se adapta perfectamente a la zona costera y a las zonas montañosas porque aguanta muy bien la exposición solar, las altas temperaturas y los suelos pobres en cal.
Vista de Castellón desde el macizo de las Agujas
Cogollos de palmito, en la planta y en el plato
El parque natural del Desierto de las Palmas debe su nombre a la abundancia de palmitos. Pero lo de desierto no hace justicia ni a la orografía ni al clima de la zona, ya que el nombre es debido a la presencia, desde el siglo XVII, de la orden mendicante de las Carmelitas Descalzas, que denomina Santos Desiertos a espacios dedicados al retiro espiritual. Los Desiertos son lugares deshabitados e idóneos para las carmelitas, que pretenden volver al carisma original de la Orden, la vida cenobítica acompañada de un espíritu eremítico renovado por la Contrarreforma. Prueba de ello son las ruinas del antiguo convento Carmelita, situado en la soledad de los palmitos y perteneciente al término municipal de Benicásim.
Vistas del Antiguo Monasterio
Además de los atractivos geográficos o históricos la riqueza vegetal de la zona es considerable, aun teniendo en cuenta que, en el año 1992, un grave incendio arrasó parte del Parque, con lo que a día de hoy el Desierto de las Palmas está en pleno proceso de regeneración vegetal. Pese a ello, podemos encontrar un gran número de arbustos típicos de la zona, casi todos endémicos, como el madroño (Arbutus unedo), el durillo (Viburnum tinus), el brezo (Erica arborea), el torvisco (Daphne gnidium), el aladierno (Rhamnus alaternus), el rusco (Ruscus aculeatus), el enebro (Juniperus oxycedrus), el lentisco (Pistacea lentiscus) y el palmito (Chamaerops humilis), o enredaderas como la rubia (Rubia peregrina), la hiedra (Hedera helix) o la zarzaparrilla (Smilax aspera). La presencia de suelos de ródeno permite también la existencia de alcornoques y la carrascas, aunque debido a los incendios y a la intervención humana para transformaciones agrarias han menguado.
En la zona existe una microrreserva de flora, las Agujas de Santa Águeda, ocupada por formaciones de pinares con pino rodeno (Pinus pinaster), que sólo crece en los terrenos silíceos de areniscas rojas, y pino carrasco (Pinus halepensis) que habita en cualquier tipo de suelo.