Colecciones confinadas
Hay colecciones en el Botánico para las que un confinamiento no es nada nuevo. Evidentemente, no hablamos de las plantas vivas del Jardín, que ahora han recibido la primavera como un regalo y se han sumado a ella mostrándose más bonitas que nunca.
Como sabéis, una tarea importante de los jardines botánicos es la conservación de especies y de colecciones científicas, y ya os hemos hablado muchas veces de nuestro herbario, con más de 240.000 pliegos que representan buena parte de la flora de la mitad oriental de la península Ibérica, especialmente del territorio valenciano y del sistema ibérico, y de nuestro banco de germoplasma,
que contiene material vivo, semillas y esporas, de plantas raras, endémicas o amenazadas de la Comunidad Valenciana y otros taxones de interés. Estas colecciones siempre están confinadas, en sus estantes, en sus congeladores, en los bancos del laboratorio, pero ahora hay una particularidad añadida, los que también están confinados, y no con ellas, son los encargados de conservarlas. Elena Estrelles y Jesús Riera, conservadores del banco de germoplasma y del herbario, nos cuentan cómo se organizan el trabajo estos días junto con la gente de su equipo.
Herbario conectado
Si hay una particularidad de los herbarios, y también del Herbario de la Universitat de València (VAL), es que son colecciones científicas en constante actualización, porque cada día se incorporan nuevos pliegos o registros, se actualiza la información que contiene sobre determinaciones, localizaciones o imágenes, se prestan materiales para investigaciones o se digitalizan de nuevo, entre otras muchas tareas. Pero la situación de confinamiento ha trastocado totalmente la actividad diaria que se lleva a cabo, sobre todo la que requiere la presencia en las instalaciones del herbario, en el Jardín Botánico.
Aun así, desde un principio, el personal del herbario se ha preparado para adaptarse a esta nueva situación. “Hemos reorientado nuestro trabajo hacia aquellas acciones que podemos hacer desde casa”, nos cuenta Jesús Riera, el conservador, que trabaja codo a codo (a distancia) con Javier Fabado. “Estamos usando el acceso remoto a la información de la colección: su base de datos informática, donde está recogida toda la información contenida en las etiquetas de los cerca de 240.000 pliegos que forman la colección”. En este momento excepcional, esta opción ha resultado básica para poder actualizar aquella información que no requiere la presencia física del pliego para hacerlo.
Por ejemplo, entre los numerosos ítems que contiene la base de datos, un muy importante es la información de la localidad donde ha sido recogido el material y su asociación a unas coordenadas GPS. La pregunta para el conservador es obligada: ¿por qué son importantes las coordenadas GPS? “Porque hay investigadores que estudian dónde y cómo se distribuyen las plantas en todo el mundo y, por lo tanto, necesitan información precisa de dónde viven. Y los pliegos de herbario son un testigo”, explica. Pero no todos los pliegos tienen indicada la información de las coordenadas. Aproximadamente un 25 % no la incorpora a la etiqueta, a pesar de que contiene una indicación precisa del lugar donde ha sido recogido el material. ¿Cuál es, pues, el trabajo que se hace en el herbario? Deducir esas coordenadas a partir de los datos de la etiqueta, intentando encontrar el punto de recolección, interpretando la información de las anotaciones, con la ayuda de las bases de datos geográficas: Visor cartográfico de la Generalitat Valenciana, Iberpix, Google Earth, y GEOLocate, entre otros.
El resultado del trabajo que se hace en el herbario se puede consultar en portales como el de Colecciones de la Universitat de València o al de biodiversidad, GBIF, un espació de open data para ofrecer datos de biodiversidad mundial a quien las quiera consultar, con una red que está formada por más de 50 países.
Semillas a golpe de tecla
La misma situación vive actualmente el banco de germoplasma del Jardín Botánico, del que se encargan Elena Estrelles, la conservadora, y Josefa Prieto, realizando cada día las tareas informáticas, de conservación, tratamiento de las muestras, estudios, todas ellas presenciales y con rutinas y protocolos establecidos desde hace años. El banco ahora, con las puertas cerradas, espera la vuelta de las pisadas por sus corredores, y hasta ese momento, ellas se han organizado con toda una serie de tareas que se pueden realizar a distancia.
El trabajo podría agruparse en tres bloques. En cuanto a la revisión y mantenimiento de las bases de datos, igual que en el herbario, estos días están aprovechando para incluir datos relativos a las localidades donde se han recolectado las muestras conservadas, o corrigiendo datos, como los autores de los nombres científicos de las especies, que se pueden comprobar en otras bases de datos accesibles, principalmente World Flora Online. Elena Estrelles también nos habla del proyecto de colecciones patrimoniales de la Universitat de València, “para este proyecto estamos preparando información relativa a nuestras colecciones de esporas y semillas, para que pronto puedan estar accesibles a través de la plataforma y se puedan hacer visitas virtuales para conocer más su mundo”.
Además, el Jardín Botánico mantiene intercambio de semillas con otros jardines de todo el mundo. “Es una actividad muy antigua”, explica Elena, “se viene realizando prácticamente de los inicios del Botánico de la Universidad, hace más de doscientos años”. Y es justo ahora, en esta época, cuando las semillas de las plantas cultivadas en el jardín, y recolectadas el año pasado, se ofrecen en otros centros a través del Index Seminum, y esto mismo hacen otros jardines. Un intercambio orientado principalmente al mantenimiento de las colecciones de planta viva, pero también hacia la investigación. “Los meses de primavera se reciben centenares de pedidos, y al mismo tiempo nosotros buscamos y pedimos semillas de aquellas especies que se vuelen sembrar en otoño, para obtener nuevas plantas que los próximos años se incorporarán a las colecciones de planta viva del Jardín. Este año se han pedido ya semillas de más de 100 especies diferentes”. Como ahora los pedidos se hacen por correo electrónico, esta parte de la gestión se puede hacer durante el confinamiento, y después se prepararán las semillas y se harán los envíos.
Finalmente, desde casa también están preparando información relativa a las plantas con que trabajan, por ejemplo, en cuanto a la caracterización de semillas y protocolos de germinación , con fichas informativas útiles para el personal del mismo jardín, profesorado que pueda hacer actividades prácticas a partir de ellas, profesionales del sector, e incluso público general interesado en la propagación de las plantas. “Además, también estamos participando en la redacción de fichas descriptivas de plantas en el marco de colaboración que el Jardín ha establecido con la Generalitat Valenciana para el desarrollo del Banco de Datos de Biodiversidad. Ahora estamos completando la información de las especies incluidas en el Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazada que todavía no tienen ficha elaborada.
Salidas de campo y apoyo a la investigación
Mientras estudias la carrera de Biología, o cuando la has acabado, una pregunta clásica es si vas a ser un biólogo de bata o de bota. Es decir, si tienes pensado ir a un laboratorio o perderte por el campo. Tanto en el herbario como en el banco de germoplasma, combinan ambas cosas, pero una parte muy importante del trabajo de los equipos de Elena y Jesús son las salidas a recoger material. De momento, es tiempo de planificarlas a la espera de poder organizarlas y realizarlas en función de la nueva situación.
En cuanto a las semillas, es en verano cuando la mayoría de plantas fructifican, y es cuando se hacen las campañas de recolección, así se va ampliando la colección de material vegetal destinada a la conservación de flora silvestre valenciana. “La recolección se centra en especies silvestres que son de interés”, cuenta Elena, “porque están amenazadas, o son endémicas, o hay algún interés en su estudio. Además, desde hace muchos años colaboramos con la Generalitat con la recolección de semillas y esporas en espacios protegidos, como las Microrreservas de flora”. ¿Y cómo deciden dónde van? Consultan información en las diferentes bases de datos para buscar localidades donde nunca hayan estado o con especies de las cuales todavía no tienen semillas conservadas en el Jardín.
En el caso del herbario, las salidas de campo tienen la finalidad de obtener información sobre la distribución por el territorio de las diferentes especies, información que se facilita al Banco de Datos de Biodiversidad de la Comunitat Valenciana, además de la recogida de muestras de los ejemplares interesantes que se encuentran y se conservan en el herbario después de un proceso de prensado y secado. Este año ya se había empezado la campaña de recolecciones antes del confinamiento. “El clima valenciano permite hacer salidas de campo prácticamente todo el año, aunque son los meses de marzo a junio los que concentran la mayor actividad”, nos comenta Jesús. Ahora, a la espera de ver cómo se retoman las salidas, se planifican los posibles itinerarios a partir de un GIS (Sistema de Información Geográfica) donde tienen recogida toda la información relativa a la flora valenciana como cantidad de semillas conocidas, endemismos y plantas amenazadas y cartografía del territorio, entre otros.
Por último, no olvidemos que en el Jardín siempre hay personal en formación desarrollando sus trabajos de fin de grado, y también estudiantes de doctorado que están trabajando con semillas o pliegos de diferentes especies, que en estos momentos o bien no pueden continuar su trabajo de forma presencial en el laboratorio, o no pueden acudir al herbario a consultar su fondo. Ahora todo el mundo está trabajando desde casa, pero es la era de la comunicación, así que el banco y el herbario continúan prestando todo el apoyo y ayudándolos a resolver problemas o dudas sobre datos, análisis, identificación de especies, etc.
Como ha aparecido diferentes veces en este artículo, la Universitat de València está trabajando para hacer accesible al público sus colecciones. Podéis consultar aquí otras colecciones confinadas que también esperan que pasen estos días para reencontrarse con quien las cuida y las conserva.