Objetivo: salvar de la extinción la Jara de Cartagena

JARA

Una vez más, hablamos de nuestra amenazada Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis), una planta endémica del sudeste de la Península Ibérica (recientemente encontrada también en la isla de Cabrera) el único taxón vegetal declarado en situación crítica. En esta ocasión, desde Espores queremos dar a conocer el trabajo que se ha hecho desde el Jardí Botànic de la Universitat de València dentro de un proyecto para la conservación de la planta. Así, os iremos presentando los resultados obtenidos y como hemos contribuido a alejar su riesgo de extinción.

La extinción acelerada de especies vegetales y animales no es un fenómeno que tenga lugar no solo en selvas tropicales o en lugar remotos afectados por la deforestación masiva y la extensión de cultivos de soja o palma del aceite. La pérdida de especies tiene lugar cerca, en nuestra casa, y es obligación de las administraciones en colaboración con los centros de investigación, evitarla.

La Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. arthaginensis (Paz) M.B. Crespo & Mateo, de la que ya hablamos a Espores, forma parte de nuestra flora y se encuentra en una situación de peligro inminente de extinción. Tanto como que fue declarada especie en situación crítica por el Ministerio para la Transición Ecológica el 2018. Esto suponía incluir por primera vez una planta en la corta lista de especies más amenazadas de España necesitadas de medidas urgentes de conservación para evitar a suya desaparición irreversible.

Todas las administraciones implicadas (Ministerio, Región de Murcia, Comunidad Valenciana) en la protección de esta planta se pusieron a trabajar de lo lindo para conseguir detener el proceso de extinción. Las comunidades autónomas ya tenían la especie dentro de sus catálogos de flora protegida. Pero desde el Ministerio se promovió formar un grupo de trabajo especializado y movilizaron recursos económicos para desarrollar proyectos de investigación y conseguir el conocimiento de los centros de investigación para encontrar soluciones.

Cinco años después, la Jara de Cartagena está más lejos de la extinción. Hay miles de semillas conservadas en los bancos de germoplasma y centenares de plantas a los viveros, se han creado nuevas poblaciones en Murcia y Valencia, se ha hecho partícipe de su conservación a la ciudadanía… y todo gracias a un trabajo coordinado entre las administraciones públicas y los centros de investigación, del que el Jardí Botànic de la Universitat de València ha formado (y forma) parte.

Las amenazas

La Jara de Cartagena está amenazada por la reducción de sus poblaciones como consecuencia de la transformación del uso del territorio a lo largo del siglo XX. La actividad minera en la zona de Cartagena y la urbanística en el territorio valenciano menguaron sus poblaciones naturales hasta llevarlas a unos pocos individuos en Murcia y a solo un ejemplar, en la Pobla de Vallbona. Después los incendios y el avance de la estepa blanca (Cistus albidus L.), en el caso de Cartagena, y la dificultad para producir descendencia a partir de una sola planta, en el caso valenciano, llevaron a la especie al abismo de la extinción.

En los últimos años se ha trabajado mucho la producción de nuevas plantas a partir de las semillas de las poblaciones naturales, pero se ha detectado que no toda la descendencia tiene las características de la especie original. La hibridación con estepa blanca está presente y podría erosionar la genética original de la Jara de Cartagena hasta hacerla desaparecer, aunque tengamos la capacidad de producir semillas e individuos a partir de plantas madre aparentemente puras.

La hibridación ha sido un motor de evolución y de generación de especies cuando los procesos naturales se han desarrollado sin la acción o la perturbación humanas. Pero en ambientes transformados o con presencia de especies exóticas (que pueden ser especies autóctonas fuera de su lugar natural de distribución) pueden dar lugar a una imparable extinción silenciosa de las especies afectadas por el genoma de otros.

Objetivos del proyecto

Desde 2020, el Botànic ha estado trabajando en el proyecto de recuperación de la Jara de Cartagena que lleva por título: “Bases para la conservación de la Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis), especie en peligro crítico”, subvencionado por la Fundación Biodiversidad, adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El objetivo del proyecto fue reducir el riesgo de extinción de esta planta aportando, una solución multidisciplinar surgida de la suma de las aportaciones especializadas de los diferentes equipos de trabajo, para reunir todo su conocimiento científico y técnico focalizado sobre los problemas demográficos, biológicos y genéticos que amenazan la especie y su ciclo de vida.

Estos objetivos se han centrado en conocer mejor el genoma de la especie para poder realizar pruebas de paternidad mediante la técnica de los microsatélites y poder seleccionar lo mejor posible los individuos puros antes de llevarlos a las nuevas plantaciones de reforzamiento o de translocación. Por otro lado, se ha reunido información biológica del comportamiento de las semillas para poder anticipar las consecuencias del cambio climático sobre las poblaciones de esta estepa. También se ha estudiado su biología reproductiva con el fin de conocer la capacidad de atraer los polinizadores y de producir frutos y semillas en competencia con otras especies con las que comparte el hábitat en las nuevas poblaciones creadas. Finalmente, se ha caracterizado su hábitat y realizado acciones de gestión y erradicación de flora invasora y también de estepas blancas para evitar el riesgo de hibridación.

Toda esta información será imprescindible para la correcta gestión y recuperación del ecosistema que ocupa la especie, así como la adaptación de las nuevas poblaciones al cambio climático.

A pesar de que sabemos que suena un poco dificultoso, y lo es, los objetivos eran claros y se han tratado de abordar de manera ordenada por los grupos de investigación en biología de la conservación vegetal y en educación científica y formación del profesorado de ciencias, y las diferentes unidades del Botànic, como el banco de germoplasma, el laboratorio de biología molecular, el herbario o el vivero, entre otros.

¿Qué acciones se han realizado durante este tiempo?

Dentro del proyecto se ha estudiado el genoma de la Jara de Cartagena y el de la estepa blanca y se ha creado una biblioteca de microsatélites. Esto quiere decir que ahora tenemos identificados unos marcadores moleculares específicos de la especie, con los que poder hacer pruebas de paternidad y diferenciar los individuos puros de los híbridos, así como trazar las líneas parentales de cada individuo. A partir del estudio molecular diseñados, se han podido encontrar marcadores específicos en cada una de las dos poblaciones de la Jara de Cartagena y también marcadores propios de cada una de dos especies implicadas en el proceso de hibridación. De esta de manera, ahora podemos conocer la situación genética de cada individuo y la podemos vincular a su capacidad reproductiva. Con esta información, podrían actuar para aumentar la diversidad genética de las poblaciones y crear situaciones para dotarlas de una resiliencia mayor ante las diferentes situaciones ambientales provenientes del cambio climático que nos afecta.

Simultáneamente, se han recolectado más de 10.000 semillas de las poblaciones naturales de la Península para los estudios de germinación ex situ. Las semillas han sido sometidas a varios experimentos para conocer su resiliencia ante diferentes situaciones: como el estrés hídrico, las altas temperaturas o el paso de un incendio que arraso con su hábitat. Además, también se han realizado experimentos de envejecimiento acelerado de las semillas para conocer su longevidad y viabilidad una vez se encuentran en el suelo. Aun así, se han notado diferencias notables entre ambas poblaciones estudiadas, que podrían estar asociadas a las diferencias ambientales que encontramos entre ellas.

Otro paso, ha sido establecer unos óptimos protocolos de cultivo y manejo de los planteles para garantizar el éxito de supervivencia en la naturaleza. Se ha colaborado con los viveros de la Generalitat Valenciana (CIEF) y la Región de Murcia, aunque la mayor parte de la experimentación se ha desarrollado al vivero del Jardí Botànic de la Universitat de València. Se han hecho pruebas de riego, exposición al sol, combinado diferentes materiales, sustratos y procedimientos.

En las poblaciones creadas en los últimos años por el Centro para la Investigación y Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat Valenciana se ha puesto el punto de mira en los polinizadores. Mediante observaciones directas e indirectas, se ha tratado de conocer cuáles son los insectos que visitan habitualmente la especie y cuál es su comportamiento. Su éxito reproductivo está condicionado por su capacidad de floración, pero también por su capacidad de atraer los polinizadores que hay en el hábitat, puesto que son los encargados de mover el polen dentro de un mismo individuo, entre individuos de la misma población o entre especies diferentes. Además, para evitar la hibridación de las nuevas plantaciones de la Jara de Cartagena puras y disminuir la hibridación ya presente en la población de Murcia, se han retirado tanto las especies invasoras como los individuos de la estepa blanca, dejando un margen de 250 metros alrededor de estas.

Con las plantas producidas en nuestro vivero y con la colaboración del Centro para la Investigación y Experimentación Forestal (CIEF), el Parque Natural del Turia, el Ayuntamiento de Vilamarxant y el Colegio Público “La Pea”, hemos creado una nueva población de Jara de Cartagena en el territorio del Parque. El lugar fue elegido por muchos motivos. Entre otros, por la ausencia de estepa blanca, para evitar su introgresión en la descendencia de las plantas llevadas en el campo.

Arraigado a las semillas sobrantes de la recoleta inicial de semillas en las poblaciones naturales que se conservan para futuras investigaciones, se ha impulsado una iniciativa más en el Jardí Botànic, creando un huerto-semillero que mantendrá aisladas las plantas puras cultivadas en vivero de la especie que no se han replantado en la naturaleza, para recolectar sus semillas hasta tener un volumen aproximado de 100.000 semillas.

Y si vamos a la parte más social del proyecto llevada a cabo, se ha trabajado la educación ambiental incorporando la Jara de Cartagena dentro de un programa educativo en la propia formación formal del profesorado, y con el alumnado del colegio público “La Pea”, de la localidad de Vilamarxant.

Finalmente, el departamento de Cultura y Comunicación somos los responsables de que estés leyendo este artículo en este momento. Nosotros nos sumamos a todo este trabajo para difundir la información recopilada y obtenida a través de las diferentes acciones del proyecto. Un trabajo que va desde el inicio, puesto que hemos tratado de llevar una comunicación activa en las diferentes redes sociales del Botànic sobre la evolución del proyecto, para fomentar el interés y la participación en este.

Los resultados del conjunto de todas estas acciones mencionadas os los iremos presentando próximamente en forma de diferentes artículos más específicos alrededor del trabajo hecho desde la biología molecular, la respuesta de las semillas, el estudio de los polinizadores y la educación ambiental. No te pierdas la oportunidad de conocer la vida del proyecto, los retos a los cuales hemos tenido que hacer frente, las dificultades superadas y todos los resultados obtenidos, contados de primera mano por las personas que han hecho posible la mejora de la situación de la Jara de Cartagena.

Hasta la publicación de los artículos puedes encontrar más información en nuestra web

Etiquetas
Revista de divulgación científica del Jardí Botànic de la Universitat de València.
Nota legal: Revista Espores. La veu del Botànic se hace responsable de la selección de bloguers pero no de los contenidos y opiniones en los articles de los mismos.
Send this to a friend