Vlinderhof: cuando personas voluntarias crean, disfrutan y mantienen un jardín
Un jardín impulsado y cuidado por personas voluntarias, aficionadas y profesionales. Es el caso de Vlinderhof, literalmente “jardín de mariposas”, un peculiar ejemplo de jardín comunitario con diseño naturalista de Piet Oudolf que nos describe nuestra bloguera El blog de la tabla en el siguiente artículo.
Acaba de comenzar el otoño, una estación que en el jardín no es sinónimo de vacaciones; todo lo contrario, existe una larga lista de tareas que es imprescindible realizar antes de que lleguen las primeras heladas. Eso mismo estarán pensando estos días las personas voluntarias que trabajan en el mantenimiento de Vlinderhof, el jardín comunitario diseñado por Piet Oudolf, que se creó a iniciativa de un grupo de vecinos dentro del Máximapark, parque situado en la zona oeste de Utrecht, una de las ciudades históricas mejor conservadas de los Países Bajos.
Voluntarios trabajando en Vlinderhof, agosto 2018. / Vlinderhof
Para todos los públicos, personas o insectos
El nombre Vlinderhof se traduce como “jardín de mariposas”, lo que no es una transcripción literal de lo que este jardín ofrece, pero sí nos da una pista acerca de la selección de especies vegetales incluidas en su diseño de plantación. Así, están claramente pensadas para que sea atractivo no solo para las personas, sino también para la fauna silvestre, como mariposas, abejas, abejorros y otros insectos. Esto, lógicamente, da un valor añadido al jardín, puesto que favorece la biodiversidad gracias al papel que juegan esos insectos en la polinización de las plantas. De hecho, se presta una atención especial a las abejas solitarias, ofreciéndoles oportunidades de anidación gracias a los llamados hoteles de abejas e, incluso, un apicultor de la zona ha instalado un colmenar en ese jardín.
Vista panorámica del jardín Vlinderhof en verano. / Vlinderhof
Resulta curioso saber que, a pesar de ser un jardín creado por y para los vecinos, puede visitarlo cualquier persona sin tener que pagar por ello, convirtiendo lo que se supone que tendría que ser un jardín comunitario de uso privativo en un jardín público.
Por otro lado, llama especialmente la atención saber que un grupo de 57 vecinos son quienes trabajan como voluntarios en el mantenimiento de ese jardín. Me gustaría pensar en la posibilidad de que cundiera el ejemplo y pudiéramos hablar de algo similar en nuestro país. Pero, hasta donde yo sé, ni está ni se espera la posibilidad de semejante proyecto.
Personas voluntarias trabajando en Vlinderhof, septiembre 2018. / Vlinderhof
Cómo comenzó todo
La idea surgió de un jardinero local, Marc Kikkert, que se acababa de trasladar a Het Zand, en el límite del Máximapark. Precisamente en ese parque público, de 200 hectáreas, y situado en la parte nueva de Utrecht, Marc Kikkert descubrió un terreno del parque aún no utilizado y pronto pensó en la posibilidad de convertirlo en un jardín comunitario. La gran admiración que sentía por el trabajo de Piet Oudolf hizo que pensara en él para su diseño.
Vista panorámica de Vlinderhof en otoño. / Vlinderhof
Piet Oudolf es un prestigioso diseñador de plantación de jardines holandés, maestro en el diseño de jardines naturalistas, públicos y privados, y líder del movimiento conocido como New Perennial Movement (Nuevo Movimiento de Vivaces). Este movimiento se caracteriza por el uso de herbáceas vivaces y gramíneas ornamentales, elegidas tanto por su estructura como por el color de su flor, y presentadas para ofrecer interés a lo largo de las cuatro estaciones del año. Es particularmente conocido por los grandes jardines públicos que ha diseñado, como el de la High Line de Nueva York o Lurie Park en Chicago, entre otros muchos.
Echinacea purpurea ‘Fatal Attraction’, Echinacea pallida y otras plantas vivaces en julio 2018. / Vlinderhof
Marc Kikkert ya había decidido quien diseñaría el jardín, pero tenía por delante un reto ambicioso, sin duda. Para lograr su objetivo, reunió a los residentes del barrio y lideró el trabajo que supuso despertar el interés, lograr el apoyo público y la financiación necesaria para implementar el diseño de jardín que Piet Oudolf había realizado para Vlinderhof.
En ocasiones, la suerte acompaña y el popular dicho “querer es poder” se cumple. En marzo de 2013, el Ayuntamiento de Utrecht transfirió oficialmente más de 5.000 m2 de zonas verdes al Grupo de Construcción y Gestión del Vlinderhof en el Máximapark.
Se pone en marcha Vlinderhof
Una vez reunidos los patrocinadores, y a través de la asociación “Amigos de Máximapark”, el jardín comenzó a coger forma en 2013 gracias al trabajo de un grupo de aproximadamente 25 personas voluntarias.
Piet Oudolf diseñó el contorno, a base de setos, en 2013. Después vendrían las plantas, un esquema de plantación en el que se utilizaron 100 especies diferentes. Entre el mes de marzo y abril de 2014, los voluntarios plantaron vivaces, arbustos y árboles y, solo unos meses después, en mayo de 2014, se inauguraba el jardín Vlinderhof.
Vlinderhof, verano 2018. / Vlinderhof
Helenium ‘Moerheim Beauty’, Echinops ritro ‘Veitch’s Blue’ i Sporobolus heterolepis en agosto 2018. / Vlinderhof
Desde entonces, la asociación se ha encargado de su mantenimiento y cuidado, con el apoyo de residentes, voluntarios y patrocinadores. Es realmente alentador ver la ilusión con la que trabajan y ejemplar su forma de organizarse, especialmente cuando llega el cambio de temporada.
Eventos y mucha música
El trabajo en el jardín tenía que conceder alguna recompensa. La primera fue poder pasear en medio de una ciudad por un jardín que parece trasladarte al campo. Además, si el paseo te cansa, los bancos instalados en los senderos permiten hacer una alto en el camino.
También se ha convertido en un espacio al aire libre donde se reúnen las familias, realizan exposiciones, talleres, mercados, jornadas de puertas abiertas y otros eventos. Merecen mención especial las tardes y noches de verano, que en ocasiones regalan juegos de luces y conciertos al aire libre. Porque los jardines hay que saber disfrutarlos y, sin duda, con música y buena compañía es mucho más sencillo y gratificante hacerlo.
Vlinderhof: cuatro años después
El verano de 2018 ha sido especialmente brillante para Vlinderhof. No en vano, son ya cuatro años cumplidos. En ese periodo, la experiencia ha jugado a favor del equipo de voluntarios, y el tiempo a favor del jardín, que se establece perfilando su diseño de forma cada vez más palpable y lúcida.
Vlinderhof, agosto 2018. / Vlinderhof
Vlinderhof ha recibido y continúa recibiendo visitas de profesionales de la jardinería y paisajismo, aficionados y profesionales, especialmente atraídos por el diseño de plantación de estilo naturalista. Parece ser que es un jardín que no deja indiferente a nadie ni decepciona al visitarlo, incluso después de haber visto las maravillosas fotos que se suelen difundir y que podrían poner el listón muy alto.
A juzgar por los comentarios que hacen quienes comparten en las redes sociales o en sus respectivos blogs la experiencia de su visita a este jardín, creo que puede afirmarse que Vlinderhof es lo que es y no hay trampa ni cartón: un bellísimo jardín pintado por un gran artista-paisajista, conservado por personas llenas de ilusión y disfrutado por los vecinos de la zona, por ciudadanos y ciudadanas de Utrecht y por personas procedentes de diferentes lugares de todo el mundo.
Tengo la impresión de que la colaboración entre vecinos conforma la esencia de este jardín, al tiempo que la belleza de su carácter pictórico se convierte en el alma de Vlinderhof.