Un ahijado con tronco y hojas: ¡apadrina un granado!
Dos jóvenes de la Huerta Sur acaban de lanzar el proyecto Apadrina un granado para compartir su experiencia con el cultivo de este árbol, muy arraigado en nuestra tierra pero en retroceso en las últimas décadas. Una excelente manera de fomentar el compromiso con la naturaleza y el desarrollo sostenible.
El apadrinamiento de árboles es una estrategia cada vez más utilizada para dar a conocer la riqueza vegetal que nos rodea y contribuir a la conciencia de su importancia en el desarrollo sostenible. Además, provoca el establecimiento de un vínculo especial, mientras se cuida o se hace el seguimiento de la evolución del individuo apadrinado, que alimenta el compromiso con el respeto y conservación de la naturaleza. En el caso de los árboles frutales, se convierte en una forma más de dar una salida satisfactoria al producto que ayuda a difundir la cultura del esfuerzo que hay detrás de labrar la tierra.
Han plantado la variedad ACCO, una granada roja muy temprana, que no tiene acidez y con una dulzura característica
Bajo estas premisas, dos jóvenes de la Huerta Sur han lanzado la iniciativa Apadrina un granado en el que han puesto a disposición de los interesados 100 de los 500 granados que plantaron hace dos años en los campos familiares ubicados en Paiporta y Torrent. “Siempre habíamos cultivado naranjas, pero han dejado de ser rentables y teníamos dos opciones: dejar perder el campo o buscar alternativas” explica Jose Vicente Paredes, diseñador gráfico de profesión, que no se resigna a abandonar el patrimonio familiar. Junto a su socio, tras informarse de las opciones existentes, encontraron que la alternativa llegaba en forma de granada.
El granado (Punica granatum) es un árbol o arbusto denso que florece a principios del verano y que da sus frutos en otoño. Las granadas son grandes, de forma globosa, rodeadas de una piel que puede ser de varios colores: desde el verde hasta el amarillo, rosado o rojo. Los grandes tienen la parte externa jugosa y la interior seca, lo que se llama especie balaustre.
Granado, Punica granatum
En tierras valencianas, la mayoría de las granadas se producen actualmente en los huertos de Elche y la comarca de la Vega Baja, y se exportan en el centro y norte de Europa. También les llegan las procedentes de Estados Unidos, grandes productores de la que se ha definido como “superfruta” porque se le atribuyen propiedades antioxidantes, antienvejecimiento y cardioprotectores, entre otros. Mientras, aquí hemos visto cómo se abandonaban árboles y campos y se ha ido perdiendo la costumbre de su consumo, habitualmente comiendo los granos de la fruta enteros. Quizás es en este punto donde radica la diferencia. Tal y como apunta Paredes, “en Europa hay mucha costumbre de beber el zumo de granada, es tan habitual o más que el zumo de naranja”. En cambio, aquí en nuestra casa “se consume poco porque la gente tiene la idea de que es una fruta difícil de comer, aunque se puede utilizar un exprimidor normal para sacarle zumo o incorporarse los grandes en muchas recetas”.
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Jose Vicente Paredes afirma que aunque el producto, los frutos, los tienen vendidos, el proyecto Apadrina un granado les permite “hacer algo diferente, compartir los árboles y las virtudes de la granada”. La iniciativa está dirigida a “personas interesadas en la agricultura sostenible y preocupadas por la biodiversidad”. El apadrinamiento del granado incluye la opción de ir a recoger las granadas del árbol apadrinado (si no, nos hacen llegar 15 kg a casa directamente, sin intermediarios). También se puede concertar cita para ir al campo y recibir clases sobre todos los secretos del cultivo del granado y de las propiedades de la granada, se puede regalar y, por supuesto, se puede bautizar al “ahijado”. Un conjunto de valores que pueden aportar al tiempo libre salud, formación y sostenibilidad.
