El olivo (casi) milenario de Xàbia

Olea europaea L.es el nombre científico que reciben los olivos. El ejemplar de Xàbia del que hablamos, ubicado a los pies del Montgó, dicen que fue plantado por el año 1023, tal y como recoge la web de la asociación Olearum, dedicada a la difusión de la cultura y patrimonio del aceite (más adelante hablaremos un poco más de la edad de este monumento vivo). Por lo tanto, ahora mismo tendría 995 años, cerca de cumplir los diez siglos de vida. Se trata del único ejemplar de olivo de aquella época que ha perdurado en la zona hasta nuestros días. En aquel momento, Xàbia era una alquería musulmana, pobladores amantes del aceite de oliva, por lo que dedicaron gran parte del territorio al cultivo de esta especie. Además, en esta zona próxima a la Mediterránea, los olivos obtienen las condiciones óptimas para su desarrollo, ya que las heladas son poco frecuentes.

El olivo de Xàbia, en cifras

El olivo (casi) milenario se localiza en la partida de les Valls, muy cerca del linde de término con Dénia, junto al camino viejo de Pedreguer a Xàbia, a una altitud de 70 metros sobre el nivel de la mar, en las coordenadas UTM ETRS89 del huso 30 siguientes: X:769.734; Y: 4.298.400. En el catastro, estaríamos hablando de la parcela 197 del polígono 19 del término de Xàbia.

Ubicación geográfica del ejemplar de olivo. / Elaboración propia a partir del visor del Instituto Cartográfico Valenciano (ICV).

Como se puede observar a las fotos, el tronco, de importantes dimensiones, se encuentra vacío en la parte central y las profundas arrugas de antigüedad dibujan formas caprichosas que resultan visualmente atractivas. Siguiendo a la web Olearum,el olivo está injertado con tres variedades diferentes de oliva y tiene las dimensiones siguientes:

– Perímetro normal: 9,30 m
– Altura: 7 m
– Diámetro de copa: 8 m
– Edad estimada: 800-1000 años.

Detalle del tronco del olivo. / Nicolau Vives Riera

La datación de olivos es reconocida por muchos como muy difícil e, incluso, como imposible. Por un lado, por la dificultad de contar los anillos, que en el caso de esta especie no se distinguen con la misma facilidad que en otras; y por otra parte, porque la parte central del árbol suele estar vacía (Lousada, 2016).

Más allá de la protección legal

“Proteger los árboles va mucho más allá de salvaguardarlos físicamente. Obliga a mantener vivas las palabras que los acompañan, a ser respetuosos con los elementos que reúnen la historia acumulada en el entorno de cada una de estas plantas, a guardar la memoria oral o escrita que nos dejan” (Costa, 2012).

En el territorio valenciano, según el artículo 4 de la Ley 4/2006 de Patrimonio Arbóreo Monumental, se catalogan como singulares aquellos ejemplares con más de 350 años, 30 metros de altura, 6 metros de perímetro de tronco o 25 metros de perímetro mayor de la copa. El olivo milenario de Xàbia, con protección genérica, es sólo uno de los ejemplares vegetales que están incluidos en este Catálogo de Árboles Monumentales y Singulares. Cuando hablamos de árboles monumentales, nos referimos a sus grandes dimensiones, longevidad, significado histórico, belleza, simbolismo, etc. Los olivos, por cierto, son la especie más común en el Catálogo (22 % del total).

El blog del cronista del municipi de Gata de Gorgos, también hace referencia a nuestro olivo puesto que se trata de un ejemplar ubicado en una parcela propiedad de un vecino de Gata. El olivo es, por lo tanto, de titularidad privada. De hecho, en el visor cartográfico de la Generalitat Valenciana, encontramos el topónimo el Olivo de Joaquinet ubicado justo encima de la parcela.

La zona se encuentra incluida en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Montgó como área agrícola. Además, en el Plano General Estructural de Xàbia (PGE) en tramitación, según consulta realizada a la aplicación municipal Cartoxabia, la zona se clasifica como Zona Rural Protegida Natural (ZRP-NA).

Una imagen del olivo donde se aprecia su ubicación junto al camino viejo de Pedreguer a Xàbia. / Paco Costa 

Pero más allá de la protección legal, se echa de menos un panel interpretativo que informe de las características del árbol (dimensiones, historia, simbolismo, etc.), así como el adecuado mantenimiento de la parcela, que se encuentra salpicada de suciedad por la falta de educación de determinados seres vivos. Posiblemente, sería una buena idea la instalación de una pequeña área recreativa con bancos y mesas de madera, papeleras y los paneles interpretativos que comentábamos. De esta manera se contribuiría a poner en valor el recurso paisajístico, darlo a conocer y fomentar el amor por nuestros elementos naturales. También habría que estudiar la realización de trabajos de conservación del árbol y de su entorno por parte de personal técnico especializado en árboles monumentales. Todo esto con acuerdo previo con el propietario del terreno.

Por otro lado, no podemos olvidar que el olivo milenario no se encuentra exento de la amenaza de la Xylella fastidiosa, una bacteria que causa enfermedades en varias plantas, entre ellas el olivo. Parece que el comercio de árboles, narrado por ejemplo en la por película El Olivo, quedaría en este caso descartado.

Un referente en el paisaje agrícola de les Valls

La ubicación del árbol, en una zona agrícola a medio camino entre Xàbia y Jesús Pobre, concretamente al lado del camino viejo de Pedreguer a Xàbia, la convierte en punto de referencia en las rutas tanto excursionistas como ciclistas o a caballo. De hecho, el itinerario es el llamado camino de Santiago desde Xàbia. Sin duda, es un buen punto donde pararse y contemplar el paisaje e inmortalizarlo, tomar aire y continuar con el camino.

El olivo es un recurso de paisaje de carácter ambiental, como así viene recogido en el Estudio de Paisaje de Xàbia, elaborado en el marco de la revisión del planeamiento general municipal. Su silueta ha ido creciendo lenta pero de manera continua desde hace casi 1000 años y es testigo de una parte importante de nuestra historia.

Además, se habla (hablamos) mucho el olivo milenario, pero nos olvidamos de que a su lado mismo tenemos también un importante ejemplar de algarrobo (Ceratonia siliqua), que hay que tener en consideración y dar el valor que merece, puesto que es el compañero de viaje olvidado.

Detalle del tronco. / Paco Costa

Ficha práctica para visitantes

Cómo llegar
Para hacer una excursión hasta el olivo milenario de Xàbia es una buena opción dejar el vehículo al paraje de la Rana, junto a la carretera CV-734 que comunica Gata con Xàbia. Después, tomaremos dirección norte y cruzaremos el barranco de les Valls y el barranco del Hedra, para girar a la derecha por el camino viejo de Pedreguer hasta llegar al olivo después de haber recorrido unos 2 kilómetros con escaso desnivel. Otra opción recomendable es dejar el vehículo en Jesús Pobre y buscar el camino viejo de Pedreguer. En todo caso, aquí encontraréis la ubicación  sobre un mapa de Google.

Recomendaciones
Es necesario recordar la importancia de no dañar el ejemplar arbóreo. Para ello, no se debe subir al olivo ni romperle ninguna rama. De hecho, una buena opción para evitar daños al monumento vivo seria colocar unas barandillas de madera perimetrales al tronco del árbol, evitando que éstas hieran o perjudiquen las raíces del propio olivo.

Lugares donde comer
En Jesús Pobre, por ejemplo, en cualquiera de los bares del pueblo. También queda bien cerca del olivo el Restaurante Montgó, al lado de la carretera CV-735, con menús relativamente asequibles.

Otros lugares que visitar en la zona
Podemos aprovechar la excursión y visitar el eucalipto centenario (Eucalyptus camandulensis) del paraje de la Rana, en Gata de Gorgos, otro árbol monumental protegido. Si queremos andar algo más, al paraje de la fuente de Mata, también en Gata, podemos encontrar otro ejemplar monumental, en este caso, de lentisco (Pistacia lentiscus). Además, los domingos (en invierno, por la mañana, y en verano, por la tarde-noche), el mercado del riurau de Jesús Pobre es un lugar interesante donde pasear y adquirir productos autóctonos y/o ecológicos. Finalmente, cómo no, el parque natural del Montgó, uno de los símbolos por excelencia de la costa de la Marina Alta, que ofrece una serie de rutas señalizadas con diferentes niveles de dificultad.