El lenguaje de las flores
¿Tienen las flores un mensaje oculto? ¿Y el resto de plantas? Comunicarse a través de la botánica pudo ser durante mucho tiempo un sistema con el que saltar barreras lingüísticas y culturales.
Què se n’ha fet d´aquelles flors,
fa tants dies?
Què se n’ha fet d´aquelles flors,
fa tant de temps?
Adaptació de R. Casajoan per a “Where have all the flowers gone? Pete Seeger (1919-2014)
Si quedó algo del paraíso en la tierra, sin duda hay que buscarlo entre las flores. Desde la antigüedad clásica los poetas, los artistas y todos los que aprecian las cosas bellas de la existencia, han dedicado su atención a las formas que más armoniosamente se expresan de la naturaleza.
Más no solo las flores tienen sus lenguajes, desde muy antiguo hay un mensaje oculto pero evidente en los vegetales, el que lo comprende cierra un circulo de comunicación que permite mantener un precioso y enriquecedor diálogo, capaz de remontar las líneas del tiempo y las barreras culturales. Apreciar el mecanismo en profundidad nos aproxima al menos a algunas de las elementales pero poderosas capacidades de las plantas: crecer, comunicar y permanecer.
Si cualquier obstáculo se opone a su crecimiento, el acanto (Acanthus mollis) antes de rendirse redoblará sus esfuerzos para superarlo y continuar
Los antiguos encontraban la hoja de acanto tan graciosa que adornaban con ellas sus muebles, sus joyas y sus más preciosos trajes, y en el origen de esta predilección hay una leyenda. Calímaco, uno de los grandes arquitectos de la antigüedad, al pasar cerca de la tumba de una virgen inopinadamente fallecida pocos días antes de su boda, tuvo el impulso de acercarse a dejar unas flores, pero otra ofrenda había precedido a la suya.
La nodriza de la doncella, reuniendo las flores y el velo que debían servir de adornos nupciales, las colocó en un cestillo junto al sepulcro sobre una mata de acanto y las inmovilizó con una teja ancha. En la primavera siguiente las hojas del acanto abrazaron la cesta pero detenidas por las orillas de la teja se encorvaron y cerraron hacia sus extremidades. Calímaco conmovido por el sentido y significado de estas formas, concibió aquí la idea decorativa de los capiteles del orden corintio.
Restos, tras sucesivos incendios y reconstrucciones, del templo de Vesta realizado según el orden corintio en la antigua Roma (s. IV a. de C.). Aquí las Vírgenes Vestales guardaban el fuego sagrado que nunca se apagaba
Las flores están presentes en la mayoría de las celebraciones y el sentido de la ofrenda se confía y acaba invariablemente en estas elementales y humildes colaboradoras, producidas con mimo por agricultores especializados, presentadas según sus significados en un lenguaje que se ha ido perdiendo en un proceso similar al que sucedería si escribiéramos por la estética de las letras más que por el sentido de las palabras que forman.
Uno de los últimos reductos, quizás por el rigor que la ocasión demanda, se mantiene en los ritos funerarios, donde además si la presencia de la flor es una constante en la mayoría de las culturas, no es menos significativa la selección de los vegetales en torno a los emplazamientos y las arquitecturas destinadas a este fin.
Jardines de ensueño para el sueño eterno. Sin cipreses y aconfesional. Parque de la Paz, Chiva (Valencia)
En sus remotos orígenes el Feng shui responde a la idea de que cuanto más honrados y mejor tratados sean los antepasados, más prosperidad tendrán sus deudos. De ahí nace todo un código de interpretación del lugar ideal para ubicar estos emplazamientos, considerando minuciosamente detalles como los puntos cardinales y los accidentes del relieve, el paisaje, la interacción con los vegetales, sus formas y especies, las orientaciones respecto a los astros a lo largo de las estaciones del año o los flujos energéticos; generando una metodología prospectiva que posteriormente se exportará a la consideración de las condiciones idóneas para las edificaciones de los vivos.
Para los monjes taoistas cuyos jardines se inspiran en la naturaleza, el árbol es símbolo de eternidad y representa un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra. Las largas ramas descendentes significan: saludo. Imagen Montañas Huanshang. China
Así, más allá de las propiedades naturales de las plantas, muchas de ellas están revestidas de unos significados que tradicional y culturalmente han ido evolucionando y conformando un lenguaje que se expresa en las bellas artes, en los jardines, en las celebraciones festivas y hasta en las leyes que nos gobiernan. En este lenguaje por ejemplo la granada, por la disposición del interior del fruto representa la estrecha unión, su significado en el escudo de España desde los Reyes Católicos, a la luz de su símbolo cobra pleno significado. Por el contrario el ajenjo, origen de una de las sustancias más amargas de la naturaleza, se considera emblemático de la ausencia, que según Lafontaine es el más amargo de los males. Su nombre latino absinthium viene del griego y significa sin dulzura.
Los principios activos del ajenjo hicieron de la absenta -una controvertida bebida de alta graduación alcohólica- la favorita de los desesperados círculos de la bohemia artística. A principios del s. XX, su aura maldita la abocó a la prohibición que actualmente aún sigue vigente en algunos países. Autor: Matt Lavin
El reencuentro con los autores clásicos que se produjo en el Renacimiento renovó la presencia de estos lenguajes de las flores y su vigorosa simbología; basta observar los motivos preferidos en muchas de las producciones artesanales y artísticas de esta época cuya larga y reconocible estela llega hasta bien entrado el XIX.
En cuanto al lenguaje pictórico, si bien se puede interpretar, su impresión sensorial no necesita más explicaciones. Tras el rapto de las sabinas los romanos se coronaron de Mirto en honor de Venus guerrera, Venus victoriosa. Consagrado al amor este arbusto mediterráneo que soporta mal las heladas, sedujo a los árabes que preferían su compañía tanto en sus jardines como para el botiquín de sus guerreros. En la actualidad, y en otra lectura, su utilización en jardinería como planta para setos, recuerda también que el Mirto separa de sí todas las demás plantas a la manera del amor, que cuando se adueña de un corazón no abandona su lugar por ningún otro.
Detalles de una de las obras cumbre del Renacimiento italiano: acianos (imagen derecha), rosas, prímulas, anémonas, laureles, mirtos… cada una en su lugar simbólico al encuentro del Nacimiento de Venus. Sandro Botticelli (1445 -1510)
Con otros medios, como destiladores de la evocación, las esencias de los poetas nos acercan a la profundidad intemporal del aroma de lo sublime. Si para los antiguos las ramas de Mirto enmarcan el pecho de Primavera que tiende el manto a Venus, y eso expresa sus atributos, de alguna manera muchos años después estos versos de Gibran Khalil Gibran (1883-1931) siguen en esa misma línea.
“Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio. Y hay quienes dan con dolor y ese dolor es su bautismo.
Y hay quienes dan y no saben del dolor de dar, ni buscan con ello la alegría, ni dan conscientes de la virtud de dar.
Dan como, en lo hondo del valle, esparce el mirto su fragancia en el aire.
A través de las manos de los que son como ésos Dios habla y, desde el fondo de sus ojos, Él sonríe sobre la tierra”
Y es que para penetrar en el misterio de las flores, no encontraremos mejor guía que un poeta, pero si no tenemos ninguno a mano un viverista puede servir. Hasta bien entrado el XIX sólo los muy poderosos podían permitirse mantener un jardín, aunque popularmente todo el mundo desde los claustros de los monasterios a los patios e inmediaciones de las viviendas siempre ha dialogado con las flores asegurando su presencia para todas las ocasiones.
De los artesanales gremios de mestres de enramaes y lligaors, que junto a las producciones de los huertos eclesiásticos mantenían las tradicionales producciones de flores, a los especialistas con formación botánica que harán vivir una última época de esplendor a los símbolos vegetales
La cultura popular de adornar con plantas hasta los lugares más humildes es universal. Santiago Rusiñol (1861-1931) inspirado pintor de paisajes y jardines, no desdeñó esta última y entrañable categoría
Pero desde los ferrocarriles y los barcos de vapor, el mundo se ha hecho más pequeño y tesoros exóticos y lejanos como expresiones nuevas del lenguaje floral, se han hecho accesibles y hasta familiares. Actualmente las rosas y los tulipanes viajan en avión con temperatura y humedad controladas por sensores electrónicos, pero ya pocos saben que la hiedra simboliza amistad, las rosas blancas sigilo, el boj determinación pese al sufrimiento y las margaritas pequeñas “lo pensaré”.
Estas emociones y sus expresiones vegetales van perdiéndose con nuestros ancianos, con sus decimonónicas galanterías, formas extintas de cortejos de almidón, paseos por el parque con carabina y bailes de salón. Pero esta es la parte anecdótica pues detrás también se va toda una cultura antigua que nos ha acompañado y modelado con las plantas y sus flores.
Emblemáticas de los encantos femeninos, las raras orquídeas como estas Cymbidium tienen sus incondicionales y son actualmente un apreciado regalo, tras cuyo importante comercio hay una sólida línea de investigación científica en la que el Jardí Botanic y su orquidiario son un centro de referencia
Y para terminar os contaré que algunas curiosidades sobre las plantas que hemos nombrado aquí se encuentran en un pequeño libro que me regalaron hace muchos años, El Lenguaje de las Flores, aunque en su día me resultó un tanto anticuado (la tercera edición es de 1882). Pasados los años al, irme haciendo yo mismo igualmente otra antigualla, le he encontrado nuevos sentidos y además ciertas claves para empezar a hablar ese idioma, hacer preguntas y sobre todo entender las respuestas.
Recursos electrónicos:
http://es.scribd.com/doc/198763345/El-Lenguaje-de-Las-Flores