El árbol del amor
El romanticismo de San Valentín llega al Botànic con estas líneas dedicadas al árbol del amor, Cercis siliquastrum L., una especie que sorprende por la leyenda que esconde y por el rosa intenso de las flores.
Los valencianos tenemos nuestro particular santo para los enamorados, San Donís, día en que los novios regalan a las novias las frutitas de mazapán envueltas en un pañuelo para el 9 de octubre. Pero ya hablé de cómo hacer estos dulces tan llamativos en su día.
Hoy, día de San Valentín, no escribiré recetas, la cosa va de Cercis siliquastrum L. un árbol de nombre romántico. Familia de las leguminosas y procedente del sureste de Europa y el oeste de Asia. Muy bien valorado en jardinería por su espectacular floración primaveral y porque los frutos permanecen colgados en el árbol todo el invierno. Bien conocido es el rumor de que en España, esta tradición fue introducida por la marca comercial Galerías Preciado al notar una bajada en el ritmo de consumo pasado la Navidad.
¿Y por qué del amor?
El árbol del amor es conocido con dos palabras diferentes, un romántico y un trágico, pero empecemos por romántico. Las hojas, caducas, vuelven a vestir el árbol de verde en junio y dan el nombre común a la especie porque tienen forma de corazón. Pero el segundo nombre más conocido del Cercis siliquastrum L., es el árbol de Judas: dice la leyenda que Judas Iscariote se colgó de uno de estos árboles después de traicionar a Jesús.
Las hojas del árbol del amor tienen forma de corazón
Las flores tienen un color muy llamativo y ornamental, y llenan de rosa cualquier jardín entre marzo y mayo, justo antes de que aparezcan las hojas, que tan buena sombra dan. Además, las flores son comestibles, ligeramente picantes y se usan en ensaladas o en escabeche.
Flores del árbol del amor
La madera es de buena calidad pero no demasiado dura y el árbol no necesita podas. Tolera bien la humedad, la sequía y la contaminación y funciona muy bien en los jardines mediterráneos. Y además, no presenta problemas de alergia.
Reproducción y más detalles
La propagación requiere del tratamiento de la semilla debido al letargo que resulta de una cubierta impermeable que la evuelve. Lo más efectivo es remojar la semilla durante 60 minutos en sulfúrico concentrado ye inmediatmente estratificarla.
Cercis en flor. Derecha arriba: vainas. Derecha abajo: semillas
¿Pero, qué significa esto? Algunas semillas necesitan tratamientos previos a la germinación que pueden basarse en productos químicos y temperaturas. Algunas semillas germinan después de haber pasado por el sistema digestivo de un animal y por eso hay remojarlas en vinagre para simular los ácidos estomacales. Otros necesitan temperaturas concretas. Las semillas del árbol del amor requieren un tratamiento de 3º C durante 3 meses. La siembra de semillas no tratadas a la intemperie durante el otoño también puede dar una buena germinación.
A pesar de que los nombres comunes se refieren a la forma de las hojas y en la muerte de Judas Iscariote, el nombre científico dirigido a la forma de los frutos ya que Cercis hace referencia a la lanzadera de los telares de mano, con forma de algarroba, y siliquastrum significa algarroba imperfecta.
Cercis por aquí y Cercis por allí
¿Dónde podemos ver este árbol? En el Jardín Botánico hay un ejemplar en la colección que recibe el nombre de Flores. Además, también podemos ver Cercis siliquastrum L. en el antiguo cauce del río Turia, junto al circuito 5k de que Carmen López nos ha hablado en Espores, también podemos disfrutar de la sombra de este árbol. Pero uno de los Cercis más famosos de España es uno que crece junto al Monasterio de El Escorial.
Cercis siliquastrum del cauce del Túria. Imagen de Carmen Lopez
Si os gusta celebrar San Valentín pero no queréis caer en el regalo típico, os animo a que plantéis esta especie y la uséis como símbolo de amor. Y si las cosas no salen demasiado bien, recuerda que también puede ser el símbolo de la traición. Si quieres regalar algo con forma de corazón, ¡regala un Cercis siliquastrum!